Los seguidores de Él Mató a un Policía Motorizado empezaron a llenar el Teatro Sala Ópera alrededor de las nueve de la noche, en la previa de la que sería la primera de dos fechas programadas para la semana. Desde el comienzo había mucha incertidumbre y expectativas por escuchar por primera vez en vivo los temas de El Tesoro, el EP que editó recientemente la banda como adelanto de su próximo disco y que ya circula por Internet a través de Facebook y otras redes sociales.
La ansiedad generada por las nuevas canciones se terminó pronto, cuando se abrieron las cortinas del escenario y Santiago Motorizado (bajo y voz), Chatrán Chatrán (teclados y sintetizadores), Doctora Muerte (batería), Pantro Puto y Niño Elefante (guitarras) empezaron a tocar Madre. El tema, que integra el Lado B del futuro disco al que anticipa El Tesoro, le dio un inicio tranquilo y sereno al recital. A pesar del breve lapso que pasó entre la difusión del material y la puesta en escena, gran parte de los espectadores cantaban la letra, lo que da cuenta de la rapidez con la que se ha dado a conocer.
Luego, Él Mató arremetió con la ya conocida Violencia, que haría que la noche fuese tomando un ritmo un poco más rápido, lo que a su vez dio pie a que la gente comenzara a moverse. Después de los aplausos, y antes de pasar al siguiente tema, Santiago saludaría a la audiencia con un “Gracias, buenas noches”. Mientras empezaban a tocar Nuevos Discos, el escenario se cubrió de humo, ocultando casi por completo a los músicos. La canción fue aumentando en intensidad, para culminar con el cantante tarareando sobre el instrumental y una fuerte ovación de la hinchada.
La banda sufriría un traspié en el inicio de El Tesoro, otro de los estrenos del nuevo EP homónimo, del cual se repondría rápido. Si bien la canción (que en este caso no se trata de un Lado B sino que será parte del disco próximo), no tiene el predominio de las guitarras noise características de Él Mató, le saca el jugo a los teclados de Chatran Chatran y tiene buenas probabilidades convertirse en el siguiente hit del quinteto indie. Mientras el público festejaba el nuevo material, el escenario se tiñó de azul para recibir a Dos Galaxias, con su enigmática simpleza para combinar una declaración de amor con un guiño Freak a Star Wars.
Todavía duraba el ensimismamiento en la sala cuando Doctora Muerte comenzó a marcar un ritmo rápido con la bata, y las guitarras de Niño Elefante y Pantro Puto se hicieron protagonistas en la intro de Terrorismo en la copa del mundo. La gente salió del ensueño para cantar a coro de los instrumentos primero y de la letra después. Pegado llegaría uno de los clásicos más longevos de Él Mató: Vienen bajando, esta vez en una versión un tanto más serena y reflexiva, con un lindo y mesurado solo de guitarra y un ending calmado. Pero la tranquilidad no duraría demasiado, porque le precedería Navidad de reserva y otra vez el recital volvería a subirse a la intensidad del pogo y el baile.
En el mismo tren vino Amigo Piedra a un tempo acelerado, y con Santiago subiéndole el tono a la segunda ronda de estrofas, lo que le dio una cuota extra de fuerza a la interpretación. Tras el final, los aplausos rabiosos se juntaron con un cantito de “Vamos Él Mató… Vamos Él Mató”, y en respuesta la guitarra rítmica comenzó a tocar los acordes de La celebración del fuego, con la voz del bajista pronosticando el fin y renacimiento de la galaxia. El resto de la banda se sumó después del primer estribillo, y el tema siguió a todo vapor hasta el cierre.
El clima era ideal para que sonara Mujeres Bellas y Fuertes con toda su potencia instrumental y lírica. La letra de la canción, leída en un contexto donde cada 30 horas una mujer es asesinada, pone la piel de gallina: “Gritos toda la noche / el vecino y un cuerpo / por el camino de tierra / te vas, te vas / mujeres bellas y fuertes / se han ido mi amigo, y no volverán”. El público recibió el tema con fervor, acompañó con palmas y coros hasta el último minuto y lo coronó con una ovación.
Noche negra calmaría un poco las aguas y pasaría fugazmente, sirviendo como interludio para que La cara en el asfalto subiera de nuevo los decibeles e hiciera saltar a los espectadores. A continuación, una larga introducción instrumental le daría inicio a El fuego que hemos construido. Con el correr de los minutos se generó una tensión musical que estalló en un final electrizante y a la vez melancólico, como si fuera el fin de unas vacaciones, como bien dice la letra. Como contrapunto, Sábado llegó a un ritmo frenético rayando lo punk, y no hubo quien pudiera quedarse quieto. Tras el final los músicos se retirarían del escenario por unos minutos para hacer una pausa.
El segundo bloque empezó con la tercera y última novedad de la noche, Postales Negras, un instrumental compuesto por Niño Elefante que forma parte también de los Lado B presentados en El Tesoro. El estreno fue muy bien recibido por el público, y el espectáculo continuó con una rápida versión de La Cobra, acompañada por un video vintage de carreras de motos. Después de los aplausos, una relajada versión de Aire Fresco antecedería a uno de los temas más icónicos de Él Mató, Chica de oro.
“Espero que lo hayan pasado bien, esto ya se termina” avisó Santiago por el micrófono, adelantando el final de la reunión. Sin embargo, todavía quedaban en la agenda Navidad en los santos y las infaltables Yoni B, Más o menos bien y Mi próximo movimiento. La catarata de hits dejó a la audiencia delirando y con ganas de más. “Listo, ya está” volvió a insistir el cantante cuando se apagaron los últimos acordes; pero la gente intuía que todavía faltaba algo, y el frontman empezó a reírse: “Nah, vamos a hacer una más” aclaró, y enseguida se vino Chica Rutera para terminar de redondear el show.
Por: Facundo Remi
Fotos por Flor Dakuyaku
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