Tras días previos agitados por cambios en la grilla, había una gran expectativa por cómo sería la quinta edición del B.A. Rock. Desde temprano, el sonido fuerte se hizo presente en La Balsa, el escenario principal, con la presentación de La Mono Trío, banda de Gaspar Benegas, uno de los mejores guitarristas de la música argentina. Con media hora arriba de las tablas, pudo dar a conocer su nuevo proyecto al público que se acercó desde temprano. Enfrente se ubicaba el Signos, otro escenario al aire libre que para arrancar contó con las presentaciones de Kennek, Buenas Noches Egipto y Sick Porky para atrapar oyentes nuevos y mostrar el arte que se encuentra en estas tierras y hay para ofrecer más allá de lo que suene en el mainstream.
En el escenario Artaud, ubicado dentro del Microestadio, también se rockeó fuerte desde el inicio. Allí,donde se concentraría la parte más sentida y barrial del festival, apareció Luceros El Ojo Daltónico, banda oriunda de Bahía Blanca, que fue una de las grandes sorpresas de la jornada. Con un set para movedizos, la banda se adueñó de un lugar que podría haber sido complicado, acompañados por una gran cantidad de seguidores que coreaban todas sus canciones y armaban pogos que hacían transpirar las paredes del recinto. Sobre ese mismo escenario hubo tiempo para el deleite de las guitarras clásicas con Jimmy Rip And the Trip y para la presentación de una de las bandas ascendentes de la escena under como La Condena de Caín, justificando sin atenuantes su participación como representantes del rock que está llegando desde hace ya unos años. Además, LCDC fue de los primeros grupos en la tarde en preguntar “¿Dónde está Santiago Maldonado?”, algo que se repetiría a lo largo de la tarde-noche.
A la hora puntual que marcaba la grilla, hizo su entrada Catupecu Machu para realizar uno de los shows más particulares de la fecha. Con un exacerbado Fernando Ruiz Díaz a la cabeza, la banda repasó mayormente sus hits más recientes, enfocándose en un sonido con un gran trabajo de consolas y máquinas, yendo más allá del rock tradicional. También hubo tiempo para los clásicos como “Perfectos Cromosomas”, “Origen Extremo” y “Magia Veneno”, y lugar para invitados como Lisandro Aristimuño en “Para Vestirte hoy” y Sick Porky para “El Mezcal y La Cobra”. Además, el vocalista lanzó polémicas frases para pedir que bajen una bandera que flameaba entre el público, donde dijo que “para eso hay otras bandas” y “la cultura de la bandera con palitos ya saben lo que pasa”.
Al mismo tiempo que Ruiz Díaz protestaba por la bandera en el escenario La Balsa, en el Artaud, Nagual desplegaba un show arrasador y plagado de esas mismas banderas de palo que no se querían ver afuera, cada una con inscripciones de los barrios desde donde se acercaba el público. Ciriaco Viera, voz de la banda de Mataderos anunció que esto era sólo “un pre calentamiento para Obras” donde se presentarán el próximo 11 de noviembre. Nagual demostró por qué es una de las bandas que empieza a consolidarse en la escena argentina, dejando atrás el mote de “emergente”. El acompañamiento de una gran cantidad de gente que sentía cada tema con pasión no es lo único que permite caracterizarlos, ya que no presentaron fisuras al momento de hacer sonar sus temas y arrasaron con guitarras, bajo, batería y saxo como armas para ganar la batalla de distinguirse dentro de un festival que hasta permitió momentos de bailar rock and roll al público.
Uno de los platos fuertes de la jornada, sin duda, era el desenlace de ese escenario rocanrolero que se ubicó en el estadio cubierto con la presentación dela nueva formación de Los Gardelitos. En esta nueva etapa acompañan a Eli Suárez (voz y guitarra): Yamil Salvador (guitarra y coros), Pablo Ponch (bajo) y Jero Sica (batería). La banda que está en el corazón de aquellos que pisan los barrios bien adentro, estuvo a la altura de las circunstancias y casi colma el recinto durante su show, que contó con la presentación de un tema nuevo elegido para abrir, denominado “Sortilegio De Arrabal”. Entre tema y tema hubo tiempo para reclamar por varias causas, incitando a que “no pasemos a la historia por tibios” antes de pedir la aparición con vida de Santiago Maldonado y la liberación de Patricio Fontanet. La banda encabezada por Eli demostró por qué es una de las líderes de la patria rocanrolera y se dio el lujo de dar un show con mucho más trabajo musical que otras veces al incorporar violines y contrabajo para reinterpretar sus temas.
Ya cerca del cierre de la jornada llegó el turno de Las Pelotas, quienes a fuerza de su propia historia y de hits como “Personalmente”, “Será” y “Capitán América” lograron levantar a una multitud que ocupaba todo el predio al aire libre ubicado sobre la calle Gutenberg al 300. La banda aprovechó la llegada de la noche para hacer grandes juegos de luces que acompañaban las melodías, expandiendo su presentación artística. El cierre fue con Fernando Ruiz Díaz de invitado para dedicarles a Luca Prodan y Alejandro Sokol “El ojo blindado” y así hacer temblar el piso y que se escuche en todos lados por la memoria de Sumo.
El cierre del escenario Signos fue con Ricardo Soulé, algo fastidioso por no haber podido probar sonido y por el poco tiempo para tocar del que disponía, pero dando cátedra de rock y dejando en claro por qué es la influencia de las bandas más resonantes del país durante media hora.
Para el fin del largo día llegó la banda uruguaya La Vela Puerca. Con un público que los esperaba ansioso tras un año sin tocar en Capital Federal y un parate de varios meses que recién hace poco se cortó. La presentación estuvo centrada principalmente en temas de “Érase…” (2015), su último disco de estudio, pero acompañada con varios de su antecesor, “Piel y Hueso”, y los clásicos que le dieron su esencia festivalera a la lista. La algarabía en “Zafar” y los pogos en “Por La Ciudad”, “El Viejo” y “El Profeta” demostraron por qué son una banda tan convocante en la actualidad, ya que logran conjugar la euforia, el cariño y el disfrute de una gran variedad de gente sin distinción de edad, clases sociales o cantidad de recitales encima. Como frutilla del postre, para los nostálgicos vino desde su primer cd, “Deskarado” (1998), “Madre Resistencia” que fue enganchado con un cover de “TV Caliente”, y el cierre tan clásico como necesario con Sebastián Teysera (voz) junto a su guitarra acústica sentado en el medio del escenario para interpretar “José Sabía”.
Aplausos, ovaciones y muchas buenas energías para el inicio del B.A. Rock 2017, que no contó con sponsors y se vio obligado a enfrentar adversidades y seguir hacia adelante. Las bandas dejaron en claro su apoyo al festival por el aguante a la música nacional; y los espacios otorgados para todas las variantes de este gran mundo que es el Rock Argentino cumplieron con creces las expectativas en este Día 1.
Por Patricio Seral
Fotos por Grizzly FV
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