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Sueño De Pescado: A corazón y pura esencia

En una época donde el rock está en jaque por diversas perspectivas, donde las industrias musicales quieren ganar más terreno del que tiene y las opiniones pesan, muchas veces, más que el mismo arte; Sueño de Pescado, demostró, una vez más, que la auto gestión, el trabajo en equipo y, por sobre todo, la pasión, mueven corazones.

Sueño De Pescado
Sueño De Pescado

El Teatro de Flores es una de las salas de espectáculos destacadas y mejor equipadas de la Ciudad de Buenos Aires, desde que se convirtió en un lugar exclusivo para recitales y eventos desde el año 2005. Ubicado en la Av. Rivadavia 7806 del barrio de Flores, el edificio ha sido la sede elegida por importantísimas bandas musicales, tanto del ámbito nacional como internacional.

Se podría decir que el Teatro de Flores es como Cemento entre los años 1985 y 2004; en algún momento, nos quedará el latiguillo de “Yo los vi en el Teatro de Flores” para mencionar de haber visto una banda cuando no eran de consumo totalmente masivo. Sueño de Pescado, tuvo ese golpe de suerte, y el placer de haber “copado” tan emblemático lugar para la cultura musical, con tan solo tres años de vida. La fiesta estaba asegurada.

La felicidad y la locura empezó dos días antes de la presentación de “Siglo Pánico”, cuando los oriundos de La Plata anunciaban que el show estaba sold out. La espera agotaba a todo el mundo, la ansiedad era más fuerte que cualquier otra sensación, y las ganas de poder ser parte de un show que iba a ser un puntapié para la masividad de la banda, llevó a que 1800 personas vibraran a la vez.

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Micros de Córdoba, La Plata, Berisso, Gran Buenos Aires, Capital Federal, Paraná, Rosario y hasta nuestros hermanos Uruguayos llegaron temprano a las inmediaciones de Flores y Caballito, donde de a poco se iba desatando una previa “en familia”, en paz y llenos de ilusiones. Se respiraba rock y también pasión: una familia abrazando un sueño.

Las puertas del lugar se abrieron pasadas la 1:30 am mientras que los fanáticos, los que escuchaban por primera vez a la banda, la banda de los jueves y los seguidores de siempre iban colmado el Teatro. Cerca de las 2:30 am, las luces se apagaron, los cánticos de “Sueño de Pescado es una fiesta”, “acá está tu gente que copa todos lados” se reproducían con más intensidad, el corazón latía más fuerte y la piel de pollo apareció.

El telón se abrió, una escenografía impactante nos deleitaba a todos, y los acordes de “Rock sin vuelo”, el primer corte de “Siglo Pánico”, llevó al momento de mayor placer a cada alma que estaba en el lugar. Es que sí, la banda de muchos, estaba copando Flores.

“Todo se va”, “Probaste un buen dolor” y “Vapor” siguieron en una lista que iba a quedar para la historia. El saludo de Manuel Rodríguez y la felicidad de sus secuaces, terminó en una seguidilla de aplausos que no tenían fin. Todo marchaba impecable, la pasión se podía sentir desde el primero hasta la última persona que estaba en el lugar. Continuaron con un cover de Riff, “Mala noche” y el gran Norberto Napolitano se hizo presente en una fiesta que no se quería hacer amiga del adiós.
_dsc0135“Los amigos de Berisso que ya están por brindar”, sí, sonaba “Carcelero” y todo era fiesta. La gente no para de agitar, Sueño de Pescado brindaba arte en todas sus formas, y la gente recibía todo lo que necesitaban para sentir el alma llena. Siguieron con “Stoned”, “Canción para mi ocaso” y “Buscan”.

Manuel Rodríguez agradecía a su familia, a la de cada uno de sus músicos y a su público, por la noche inolvidable que les estaban haciendo vivir. Parafraseando al líder de Sueño, “Más allá de todo lo que se diga mañana, que este amor y esta relación siga así de fuerte”. Sí, misma esencia, nuevo andar.

Un show que comenzó bien arriba tenía que continuar así, “Dejarlas sangrar” y “Barcos Hundidos” hacían que el público no parara de saltar, y cantar a viva voz “Nada nos va a derrumbar”. Otro cover, esta vez, de Los Redondos, “Mariposa Pontiac”, una versión punk que ya se escuchó en otros show, pero que se hacía casi imposible no volver a disfrutarla como la primera vez. El primer bloque estaba llegando a su fin, y fue “Revancha” la encargada de cerrarlo.

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando la banda interpretó “Pude” y “Maquinado”, dos temas incluidos en su último material discográfico, con una gran carga sentimental. Y fue en ese preciso instante, donde los abrazos y las lágrimas no faltaron. Continuaron con “Paso en falso”, “Los años ligeros” y “Mi cielo te deje”._dsc0374El show estaba llegando a su fin, y como no podía ser de otra manera, tenía que ser bien arriba. “Venganza Primavera” y “Ladran Sancho” con una lluvia de papelitos que cubrió todo el Teatro de Flores; músicos, técnicos, productores, y staff completo arriba del escenario y con un público con las emociones a flor de piel, daban el fin a un show que seguramente quedara en el corazón de todos los que estuvimos ahí, y en la historia de Sueño de Pescado.

Un espectáculo que contó con invitados especiales de bandas unders de La Plata, el cantante de Malabares y  “Beto” Olguín de Los Pérez García. Es que, por suerte, estamos viviendo un momento cultural de aguante y hermandad entre las bandas, y de eso también se trató anoche: reivindicar algunos valores de la cultura musical, que muchas veces, por diversas razones, se pierden.

Anoche en Flores hubo cardumen del bueno, y se soñó tan fuerte con buenos augurios que se hizo realidad. Un recital impecable, con una calidad musical excepcional, unos músicos del carajo sobre el escenario, un público que aguantó los trapos desde el primer momento y una lista que recorrió toda la trayectoria de la banda. No faltó nada.
_dsc0249Párrafo aparte para la escenografía, el arte del Siglo Pánico reinaba en los telones que estaban sobre el escenario y el juego de imágenes que se proyectaba en la pantalla. La puesta en escena con brújulas, mapas, hombres con máscara de hierro, mostraban claramente que la banda de La Plata está buscando renacer en la revancha de sus sueños.

Sueño de Pescado tiene eso que no se puede explicar demasiado, que se siente por dentro y te hace temblar hasta la pupila de los ojos. Tiene ese “no sé qué” que hace que haya hermandad entre la gente, que todos seamos iguales, un día o unas horas; que haya abrazos con desconocidos con lágrimas en los ojos y risas compartidas.

Algún día, les voy a poder contar a mis hijos que existía, para muchos, una banda que con tan solo tres años de vida llenó un lugar emblemático para la música nacional e internacional, que en sus shows existía la igualdad para todos sin importar raza, religión ni clase social. Algún día, le voy a poder contar a mis hijos, que para muchos, existía una banda que curó muchas de sus heridas y que más allá de todo, nos enseñó que “Si alguien suspira en el mundo por vos, no hay forma de abandonar”, y que “Si ladran sancho es porque ven que cabalgamos”, que esa banda se llamaba Sueño de Pescado, y de seguro no me va a creer. Porque es mágico. Tan incorrecto como leal, tan crudo como profundo, ¡Sueño de Pescado, papá!

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