En el partido de hoy sucedió lo que menos esperaba el hincha verde: que Claudio Verino y Federico Martorell tengan un partido (o un primer tiempo, mejor dicho) tan flojo. Tampoco íbamos a sospechar que el Juanma Aróstegui iba a errar un penal a favor perdiendo 2 a 0. En los primeros 45 minutos, en los que las cosas no salieron para nada bien, Sportivo Belgrano le dejó todo el manjar servido en bandeja a Gimnasia de Jujuy, que no perdonó.
Se perdió en la Tacita de plata después de una racha que se veía deliciosa: 7 puntos de 9 disputados y, lo más importante, sin goles en contra. Claramente lo que fue hasta hoy el fuerte verde falló. Podía pasar, puede seguir pasando, aunque dudosamente dado el nivel que sobre todo Verino ha tenido desde la primera fecha hasta hoy.
Los errores fueron pagados demasiado caro. Cuando a los 31′ de la primera etapa Matías Quiroga, el 9 del Lobo, metió el primero de penal, empezaron para Sportivo los minutos más duros. Casi ocho minutos después llegó el segundo de la mano de Enzo Ruiz y, coronando un segmento para el olvido sanfrancisqueño, el arquero Lucas Hoyos le adivinó el penal a Aróstegui, que la metió a los 15 del complemento.
El que pareció desentenderse de su entorno fue Juan Pablo Francia. El Gordo fue, en el peor momento verde, el que más y mejor intentó revertir la situación (quizás junto a Matías Quiroga). Cuando en el segundo tiempo entraron el Chipi Velasco y Nicolás Fassino, el 10 de Sportivo se lució aún más. No alcanzó, pero su nivel ilusiona y es algo más que rescatable.
Hay razones para preocuparse: el equipo de Carlos Mazzola es un poco inestable y en algunos partidos se muestra bastante vacío. Ejemplos: Huracán, Sarmiento, Gimnasia. Hay que buscar el equipo que le ganó a Banfield 3 a 1, al que se rompió los huevos para ganarle a Almirante en Isidro Casanova. Ahora viene San Martín de San Juan y es una buena oportunidad para reivindicarse.
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