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Senna: Las diez mejores del mejor (Parte 1)

El próximo 1° de Mayo se cumplirán nada menos que veinte años de la partida del considerado por la mayoría del ambiente de la Fórmula Uno como el mejor piloto de su historia, y en Rock ´N Ball decidimos recordarlo mostrando sus diez carreras más importantes en la categoría reina. Aquí, la primera parte.

Desde hace casi dos décadas el primer día del mes de mayo contiene una significación especial para todos los amantes del automovilismo. Aquella jornada, en 1994, Ayrton Senna pasaba a la inmortalidad tras sufrir un accidente fatal en la curva Tamburello, mientras lideraba el Gran Premio de San Marino. Desde entonces, y a pesar de los años transcurridos, la figura del tricampeón brasileño levanta innumerable cantidad de seguidores en el mundo que lo recuerdan, llegando a ser considerado una “persona amada o admirada con exaltación”, lo que significa en pocas palabras un ídolo.
El fruto de tal devoción fueron sus hazañas, realizadas tanto fuera como dentro de un circuito en sus apenas 34 años de vida, ya sea ayudando a los niños carenciados de Brasil a través de su fundación, o logrando vencer a toda una burocracia que buscó en varias ocasiones complicarle la vida arriba de un coche, como ocurrió entre 1988 y 1991, años donde alcanzó sus tres títulos mundiales.
Desde este humilde espacio hemos decidido centrarnos en lo deportivo, recogiendo los que a nuestro entender fueron los diez momentos más relevantes del piloto paulista en la máxima categoría, sin orden cronológico alguno, queriéndolo recordar como el gran campeón que fue. Aquí, la primera parte.

10 – Brasil 1984: Debut en F1

 

Su primer paso en la categoría lo dio con Toleman, equipo donde corrió solo aquel 1984.
Su primer paso en la categoría lo dio con Toleman, equipo donde corrió solo aquel 1984.

Luego de coronarse campeón de la Formula Ford en 1983, Ayrton Senna logró llamar la atención de varios equipos de la Fórmula Uno, incluyendo a grandes escuderías como Williams y Mclaren. Finalmente, el brasileño recaló en el equipo Toleman, un conjunto que se encontraba entre los coches de mitad de grilla, y con el cual debutó un 25 de Marzo de 1984 en la máxima, a la edad de 24 años y cuatro días. El epicentro fue el extinto Autódromo de Jacarepaguá, en Rio de Janeiro, un circuito en el que nunca había disputado una competencia a pesar de encontrarse en su pais de origen.

Aquel fin de semana, Senna consiguió el 17° puesto en clasificación, a 5,133s de lo hecho por el poleman Elio de Angelis, y quedando 1,7s por delante de su compañero de equipo Jhonny Cecotto (un joven venezolano que había debutado en la máxima el año anterior), que se ubicó en la 18° plaza, de un total de 27 maquinas.
La carrera no iba a durar mucho para aquel coche n°19, ya que mientras marchaba 16°, a la octava vuelta de las 61 totales el turbo le jugaría una mala pasada, siendo el primer abandono de aquel GP.

Igualmente, el brasileño ya había cumplido con su primer objetivo: alcanzar la máxima categoría a nivel mundial, el tope de la competición.

 

9 – Portugal 1985: La primera victoria

 

La felicidad de un joven Ayrton Senna que lograba en su segundo año su primer triunfo (Fuente: The Cahier Archive)
La felicidad de un joven Ayrton Senna que lograba en su segundo año su primer triunfo (Fuente: The Cahier Archive)

Su segundo año en la Fórmula Uno vino con cambio de escudería: el prestigioso equipo Lotus, luego de ver su sorprendente desempeño durante su año debut lo enlistó en su órbita, haciendo dupla con el italiano Elio de Angelis.

Luego de un inicio de torneo donde abandonó en su país por problemas eléctricos, llegaba la segunda fecha del torneo, en Portugal. El circuito de Estoril Phenergan Mg, Phenergan online, Phenergan Codeine Syrup, Phenergan Use, Phenergan 25mg, Phenergan Cost, Phenergan Tablets 10mg. fue el primero que lo vio ganar, en una carrera donde la lluvia nuevamente se hizo presente, al igual que medio año atrás en Mónaco.
Desde la clasificación Senna demostró el gran potencial de aquel Lotus 97T, dominando la clasificación y quedando 0,4s por delante de Alain Prost, logrando de este modo la primera de sus 65 pole positions.
La carrera fue íntegramente bajo el agua. Durante los 67 giros el coche negro y dorado dominó las acciones, estableciendo además el récord de vuelta, que fue 0,7s más rápido que la vuelta de Michele Alboreto, el segundo en este rubro.
El brasileño cruzó la meta con más de un minuto de diferencia sobre Alboreto, a la postre segundo, y el único en llegar con las mismas vueltas que el líder. En total, solo nueve maquinas de 26 arribaron al final, demostrando lo difícil que fue conducir bajo esas condiciones. Para Senna, fue su primer y único triunfo en tierras portuguesas, ya que nunca más volvería a ganar en Estoril. Esa fue la primera de sus 41 victorias en la máxima.

 

8 – Mónaco 1988: Donde cambió todo

 

Senna acaba de golpearse y así perder una victoria segura en Mónaco. No hay que por bien no venga dicen...
Senna acaba de golpearse y así perder una victoria segura en Mónaco. No hay que por bien no venga dicen…

Es posible que no muchos recuerden lo acontecido en tierras monegascas en el primer año de Ayrton en Mclaren. La principal causa es porque efectivamente no ganó, ni tampoco pudo llegar al final, aunque si es necesario tomar aquella carrera para darse cuenta de lo que aconteció desde entonces en aquel año, el primero de sus tres títulos mundiales.

La temporada 1988 se había iniciado en Brasil y luego continuó en San Marino. En aquellos GGPP, la suerte del brasileño fue dispar, ya que a la desclasificación en Jacarepaguá (por salir fuera de tiempo de boxes antes de largar) se le sumó una victoria en Imola, por lo que Mónaco era la cita para continuar de racha. Ya había logrado su primera victoria allí el año anterior, y la clasificación parecía mostrar que la historia se repetía: logró la pole position sacándole nada menos que ¡1,4s! a su compañero de equipo, Alain Prost, que contaba con el mismo medio mecánico. Ese fin de semana no fue uno más para él, ya que tras bajarse del auto luego de lograr tamaña diferencia explicó sus sensaciones, sensaciones que no son usuales en un piloto de competición: “Recuerdo que corría más y más deprisa en cada vuelta. Ya había conseguido la pole por unas décimas de segundo, luego por medio segundo, después por casi un segundo y, al final, por más de un segundo. En aquel momento me di cuenta, de repente, que estaba pasando los límites de la conciencia“. A tal nivel de concentración llegó el brasileño, que por momentos se sintió vulnerable: “Había establecido mis propios límites y los del coche, límites que jamás había alcanzado. Aún mantenía el control, pero no estaba seguro de lo que estaba sucediendo exactamente: yo corría… y corría… Fue una experiencia espantosa. De repente me di cuenta de que aquello era demasiado. Fui despacio hacia los boxes y me dije a mí mismo que aquel día no regresaría a la pista. Fue una experiencia que nunca más se repitió con tanta intensidad, y deliberadamente, no volví a permitirme llegar tan lejos

El dominio del coche rojo y blanco número 12 continuó el domingo: Senna controlaba totalmente las acciones, llevándole a Prost una diferencia de casi un minuto al finalizar el giro 66, doce antes de que caiga la bandera a cuadros. Era la segunda victoria consecutiva en Mónaco y la segunda en Mclaren, hasta que en la vuelta 67 un “error” de manejo lo hizo golpear contra las barreras, justo antes de la entrada al túnel monegasco. Ese “error” para él no fue solo eso, sino que se trató de algo más, que tenía estrecha relación con su creencia en Dios: “El accidente me dio mucho que pensar, me hice muchas preguntas. Aquello no fue sólo un error de pilotaje. Era el resultado de una lucha interna que me paralizaba y me convertía en invulnerable. Tenía un camino hacia Dios y otro hacia el diablo. El accidente sólo fue una señal de que Dios estaba allí esperándome para darme la mano. Mi familia y yo salimos confortados gracias a aquel accidente, y yo aumentada mi fe y mi energía espiritual Malpractice lawsuits related to this type of error constitute a rapidly increasing source of medical liability actions Valtrex cheap Online India,6 and there areВ  “.
El fortalecimiento al que se refirió se tradujo en pista en las siguientes ocho carreras, donde llegó entre los dos primeros siempre, sumando seis victorias (cuatro consecutivas), que le allanaron el camino para su primer título mundial. Además, aquel abandono fue el último suyo en Mónaco, donde establecería un récord hasta hoy inigualable.

 

7 – Japón 1991: El tricampeonato

 

Detrás del vencedor Berger, Senna festeja su tercera consagración
Detrás del vencedor Berger, Senna festeja su tercera consagración

La obtención de su tercer y último título mundial tuvo al circuito de Suzuka nuevamente como escenario de la consagración, al igual que en 1988 y 1990. Esta vez, su principal rival no fue Alain Prost (que por entonces era echado del equipo Ferrari), sino que Nigel Mansell con el Williams FW14 erigió como el hombre capaz de poder quitarle el “uno”, aunque sin llegar a generar una definición tan reñida como en las que había participado el piloto galo.

Transcurridas catorce competencias de un total de 16, Senna (que había obtenido seis victorias, dos 2° puestos y solo dos carreras sin llegar a los puntos) llegaba a Japón con 85 unidades, mientras que Mansell (que contaba con cinco triunfos, tres 2° puestos y cinco carreras sin sumar), acumulaba 69 unidades, siendo el único que podía arrebatarle la corona. Al brasileño le alcanzaba con ser segundo, mientras que el británico necesitaba imperiosamente ganar las dos competencias restantes para aspirar a su primer campeonato.
La clasificación fue dominada por los Mclaren: Gerhard Berger marcaba el mejor tiempo y se situaba por delante de Senna y Mansell, a la postre 2° y 3° respectivamente. Ante esta situación, Ayrton tenía clara su estrategia: mantener detrás suyo a su rival el mayor tiempo posible, a sabiendas que el segundo puesto le servía para ser campeón, aunque también era conocedor del espíritu combativo del británico, por lo que no le iba a resultar nada fácil lograr el objetivo.
La carrera se largó sin mayores emociones: Berger picó en punta, seguidos por Mansell y Patrese, y las Ferrari de Prost y Jean Alesi. El británico no escatimó en esfuerzos y comenzó a presionar al brasileño, mientras Berger hacía diferencia y se escapaba solo en la punta.
Los primeros giros fueron de esa manera: un Berger despegado del resto, y el duelo Senna-Mansell por el segundo lugar como principal poco de atención. Vuelta tras vuelta, el Williams n°5 era prácticamente la sombra del Mclaren n°1, aunque sin poder en ningún momento sobrepasarlo.
Finalmente, la historia se definiría en el inicio del giro 10, cuando debido a problemas en el pedal de frenos Mansell no logró descender la velocidad de su Williams de manera ideal y perdió el control del coche, despistándose detrás de Senna en la primera curva. Su destino fue la cama de leca, donde al no poder salir sentenció sus chances por la corona.

Con aquel abandono y sin importar su resultado final, Senna ya se consagraba por tercera vez monarca en la máxima, igualando hasta entonces lo echo por Jack Brabham, Jim Clark, Jackie Stewart, Niki Lauda, Nelson Piquet y Prost (que al año siguiente lograría su cuarta corona), quedando solo por detrás de nuestro Juan Manuel Fangio. Además, era (y sigue siendo) junto con Prost los pilotos que más títulos le dieron a Mclaren (3), que culminó con aquella consagración una época dorada para la casa de Woking.
Aquel Gran Premio de Japón de 1991 sería para Berger, que había sido superado por Senna a mitad de carrera pero que en el giro final retomó la punta luego de que el brasileño lo dejara pasar. Poco importaba perder la victoria para Ayrton: el principal objetivo ya estaba cumplido.

 

6 – Mónaco 1992: David contra Goliat

 

Realmente emocionantes fueron aquellas vueltas finales en el principado, con un Senna que pudo aguantar a aquel Mansell a posteriori campeón.
Realmente emocionantes fueron aquellas vueltas finales en el principado, con un Senna que pudo aguantar a aquel Mansell a posteriori campeón.

El mundial de 1992 fue prácticamente monopolizado por Nigel Mansell y su Williams FW14B, el coche más tecnológico de aquel entonces, con el que el británico consiguió 9 victorias en 16 carreras y se coronó cinco fechas antes del final, estableciendo un nuevo récord.

Ya desde comienzos de año, el equipo de Groove monopolizó las acciones, logrando con Mansell vencer en las primeras cinco competencias, dominando todas y cada una de las vueltas recorridas.
La sexta fecha fue en el trazado de Montecarlo, en Mónaco Professional essay writers . La situación en el campeonato no era ni por asomo la ideal para Senna, ya que con un rendimiento muy por debajo de los Williams solo había alcanzado la suma de ocho puntos en aquellas primeras competencias, que lo colocaban en el cuarto lugar del mundial, detrás de Mansell, Ricardo Patresse, y un joven Michael Schumacher. En busca de su primer triunfo del año, contaba con la ventaja de haber obtenido la victoria en las últimas tres ediciones del gran premio más glamoroso del calendario, aunque por lo visto iba a necesitar algo más que la experiencia para vencer.
La grilla en aquel 31 de mayo tenía a los Williams en la primera fila, mientras que Senna colocaba a su MP4/7A en la tercera posición, a más de 1,1s del hombre de la pole, Mansell.
La carrera se desarolló con cierta monotonía: Mansell picó en punta, mientras atrás Senna se “zambulló” en la primera curva para dar cuenta de Patresse y así tomar la posición de escolta. Adelante, el Williams con el clásico número 5 rojo del inglés se escapó del pelotón, estableciendo diferencias inalcanzables para el brasileño. El primer triunfo del a posteriori campeón en Mónaco estaba al caer, a menos que surgiera algún imprevisto… Y así fue: en la vuelta 67, y a causa de un problema con una tuerca, Mansell ingresó a boxes a cambiar neumáticos y perdió toda la ventaja que tenía con Senna, que tomó el liderazgo y estableció una diferencia de cinco segundos sobre el Williams, a ocho giros del final.
Sin embargo, Mansell no dio nada por perdido: fiel a su estilo combativo, giró (gracias a la combinación entre el excelente chasis y las gomas nuevas) dos segundos por vuelta más rápido que Senna, estableciendo el record de vuelta, por lo que a tres giros del final ya se lo vio pegado a la cola del Mclaren.
Esos tres últimos recorridos al circuito monegasco fueron emocionantes: Mansell con un coche mucho más veloz buscó por todos lados superar a Senna, aunque sin realizar en ningún momento queja alguna sobre la defensa del brasileño, que con un auto realmente inferior pudo soportar los embates de un Williams que terminó a solo 0,2s del líder, en lo que fue el primer triunfo de Mclaren en la temporada. Para Senna, aquel fue su quinto triunfo (el cuarto consecutivo) en Montecarlo, igualando el récord de Graham Hill. Un año más tarde lo quebraría, estableciéndose como el máximo ganador del Gran Premio de Mónaco, récord que hasta hoy permanece inalterable. Ni siquiera Michael Schumacher, que corrió el doble de ediciones que él (18 contra 9) pudo quebrarlo, logrando cinco victorias.

Sin dudas, fue la pista donde más cómodo se sintió el brasileño: como vimos, allí se hizo conocido en 1984, logró su máximo nivel de concentración en 1988, y siempre fue la pista “comodín” donde venció en años en los que el coche no era para nada competitivo, como las últimas dos victorias en 1992 y 1993. “Mónaco siempre fue mi territorio” sentenciaría luego de su último triunfo allí.

 

@JMCardozo5