Un día como hoy, pero en 1959, nacía en Artigas, Uruguay, Rubén Walter Paz, un habilidoso volante creativo que no sólo fue ídolo en Uruguay, si no que también dejó una marca imborrable en Racing Club de Avellaneda.
Paz va a ser siempre recordado como un referente de la Academia a fines de los ochenta y principios de los noventa, ya que con la celeste y blanca obtuvo la Supercopa Sudamericana de 1988, y además ese año consiguió a nivel individual la distinción de Futbolista Sudamericano del año y Futbolista Argentino del Año.
Cabeza también se destacó en Peñarol y en Internacional de Porto Alegre, obteniendo diferentes títulos a nivel local con dichos equipos y ya consolidándose como un desequilibrante jugador que ganó los Sudamericanos Sub-20 de 1977/79 y la Copa de Oro de 1980 con la Selección uruguaya.
Después de haber jugado cinco temporadas en el fútbol brasilero Paz fue convocado para jugar la Copa del Mundo de México en 1986, y justamente fue eliminado en octavos de final frente a Argentina, finalmente campeón de dicho torneo.
Tras el mundial, Churrasco llegó al Viejo Continente a pedido de Enzo Francescoli, y después de un breve paseo por París, sólo jugó seis partidos en el Racing Matra, arribó al fútbol argentino para ponerse la camiseta del Racing argentino.
Luego volvió a Europa y tras 25 partidos en el Genoa volvió a ponerse la camiseta de la Academia, ese mismo año (1990) fue citado para jugar su segundo mundial consecutivo, fue la Copa del Mundo de Italia, donde también quedó eliminado junto a Uruguay en octavos de final.
A partir de 1994 empezó a recorrer diferentes tipos de clubes, equipos chicos de Uruguay, aunque en la temporada 1995/96 tuvo un breve paso por Godoy Cruz de Mendoza.
Rampla Juniors, Frontera Rivera, Wanderers de Artigas, Nacional y Tito Borjas de San José fueron otros de los equipos donde supo desplegar su fútbol el talentoso volante Charrua.
Rampla Juniors puede que sea uno de los equipos más conocidos con respecto a los ya nombrados, pero con Tito Borjas tuvo un sueño, hacerlo llegar a primera división, tal es así que como incorporación estelar se sumó Marco Van Basten, aunque finalmente el holandés no jugó ningún partido fue parte de la historia, o por lo menos vendió un poco de humo. El objetivo no se cumplió, en realidad no fue mucho más que una fantasía.
El ex volante de Racing se dio el gusto de debutar en 1977 en Peñarol, uno de los equipos más importantes de Uruguay, y gracias a su profesionalismo y preparación física llegó a jugar 23 años al máximo nivel, pero finalmente se retiró en la Organización de Fútbol de Interior vistiendo la camiseta de Pirata Juniors, un club de su Artigas natal, a fines del 2006.
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