“Yo ya he jugado, ahora te toca hacer el gol a vos”. Esa frase de Miroslav Klose a Mario Götze en la final contra Argentina fue lo último del “Bombardero Alemán” en la Copa del Mundo. Curiosamente, parece haberle pasado su don a Götze quien fue el verdugo de la Albiceleste. Sin embargo, a pesar de no terminar el partido de la final, Miro ya había grabado su nombre en los anales de la historia del fútbol.
El emblemático 7-1 en las semifinales de Brasil 2014 contra la Verdeamarelha fue la jornada donde el récord histórico de Klose se concretó. En la tierra de Ronaldo, el teutón pudo romper la marca de O Gordo y se convirtió en el máximo artillero de las Copas del Mundo con 16 goles. A pesar de llegar tarde a la cumbre de la élite futbolística internacional, le alcanzó para quedarse con una de las conquistas más icónicas de este deporte.
Aunque recién en 2007 llegó a una institución de primera línea como el Bayern Münich, desde el 2001 fue parte de la Selección Nacional alemana, cuando aún vestía la camiseta del Kaiserslautern. En Die Mannschaft también batió el récord y se convirtió en el futbolista con más tantos vistiendo esa camiseta: en 2014, en la previa del Mundial, superó al histórico Gerd Müller (68). Su retiro del combinado europeo lo redondeó con 71 goles.
Su carrera comenzó en 1997, en la sexta división de Alemania, jugando para el Blaubach-Diedelkopf con 19 años. Sus once goles en 22 juegos hicieron que, en poco tiempo, esté en el Kaiserslautern –también en el ascenso germano-. Llegó en la Tercera categoría y colaboró como protagonista para llevarlo a Primera en el 2000.
Tras 53 tantos en más de 140 partidos, pasó a Werder Bremen. Ahí, sus más de seis decenas de goles lo catapultaron al Bayern Münich. Con ellos y Lazio llegó a la élite del fútbol mundial. En sus vitrinas ostentará dos Bundesligas, dos Copa de Alemania, dos Copa de la Liga, una Supercopa y una Copa Italia. Igualmente, el logro más grande fue llegar a ser, por ahora, el hombre récord de las Copas del Mundo.
La Bota de Plata y la Bota de Oro en los mundiales de 2002 y 2006 respectivamente lo pusieron al borde del éxito mayúsculo. Cuatro goles en Sudáfrica 2010 lo llevaron a estar uno detrás de Ronaldo. Pero en Brasil 2014 rompió el mito del brasilero y acrecentó su propio nombre.
En el 2-2 ante Ghana en fase de grupos, igualó la marca del astro sudamericano; ante Brasil en el Mineirao, ni más ni menos, destronó al ídolo local en el 7-1 al Scratch. El título del Mundial acompañó el éxito personal del bombardero alemán: con 15 goles es el hombre histórico de la competencia. Su reinado solo es amenazado por su compatriota Thomas Müller (10), único en vigencia dentro de los 30 máximos anotadores.
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