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La República de Phelpsia

Si Michael Phelps, el mejor nadador de todos los tiempos, fuese un país, sería la quinta mejor nación de la historia en lo que se refiere a medallas de oro en ese deporte.

En un episodio de la segunda temporada de la serie animada Padre de Familia, se descubre a la nación más pequeña del mundo. Se trata de Petoria, micronación comprendida por la casa del irreverente Peter Griffin, debido a que la misma no figuraba en los planos municipales.

Ahora bien, uno también puede suponer que eso le haya sucedido a una familia de Baltimore, en el estado norteamericano de Maryland. En una cuya cabeza sea Michael Phelps Sr. Y su hijo menor se llamase igual. ¿Por qué esta introducción? Porque, en tan solo cinco juegos olímpicos, Phelps Junior (aunque ese apelativo sea ignorado debido al anonimato de su padre), o mejor dicho, la República de Phelpsia, se convirtió en el quinto mejor país de la natación olímpica, y el 40º mejor en todo el olimpismo hasta este momento, contando países ya inexistentes como por ejemplo la Unión Soviética (o su variante en Barcelona ’92, el Equipo Unificado).

Fueron 23 medallas de oro, 3 platas y 2 bronces, desde la inaugural el 14 de agosto de 2004, con la de los 400 metros medley, a la última del sábado, 11 años y 365 días después (los Juegos se hacen en años bisiestos), en la posta 4×100 medley. Los únicos países que lo superan en la natación son Estados Unidos (a la que le dio el 10% de sus primeros puestos), Australia, la hoy extinta República Democrática de Alemania, y Hungría.

Yendo al juego por juego, y dejando de lado la participación inaugural de Sydney 2000, donde apenas tuvo un diploma, Phelpsia en Atenas 2004 le dio la mitad de las medallas doradas a su país: 6 de las 12. A raíz de ello, finalizó en tercer puesto por detrás de los norteamericanos y de Australia (7 triunfos). Respecto a lo global, los dos bronces hicieron que esté en el puesto 16º del medallero (tuvo los mismos oros que Grecia, pero las platas desnivelaron en favor de los helénicos).

La prolífica actuación en Beijing 2008, donde batió el récord individual de Mark Spitz, logrando ocho triunfos en ocho competencias posibles, fue clave para la mejor posición histórica en el medallero: en la disciplina, quedó apenas por detrás de Estados Unidos, que, además de las conseguidas con él, sumo otros cuatro oros para terminar con 12. Detrás figuró Australia, que ganó 6 competencias. En el global, por su parte, ingresó ni más ni menos que al top ten, ingresando, justamente, al puesto número 10 (si bien Italia también tuvo ocho oros, los otros podios hicieron que sean novenos).

Londres 2012 no fue su mejor juego en comparación con los anteriores. Hubo cuatro medallas de oro, más dos de plata, para quien nació en el norte norteamericano. Los primeros puestos representaron apenas un 25% de los de su país (16), y esta vez se quedó fuera del podio ya que China sumó cinco doradas, y si bien Francia también se subió a lo más alto en cuatro ocasiones, y tuvo dos segundos puestos, el bronce hizo que se quede con el tercer lugar. El puesto 20 fue el final si se computan el resto de los deportes.

En Río 2016 tuvo un oro más que cuatro años atrás. Esos cinco representaron alrededor del 30% de lo que ganó EE.UU., y debido a la magra cosecha de sus rivales, no tuvo ningún problema en terminar segundo. Promediando los Juegos, se encuentra en el puesto 12. Aunque tenga la desventaja de no competir más. No solo en Río, sino en las venideras competiciones de este deporte. Y esta vez, de forma defintiva, tras aquel impasse post Londres.

Phelps, con más medallas que la gran mayoría de los países olímpicos (infografía BBC)
Phelps, con más medallas que la gran mayoría de los países olímpicos (infografía BBC)

Fueron cuatro juegos inolvidables, en donde Michael Phelps demostró haber sido el mejor deportista olímpico de la historia. Vamos a extrañar a la República del Phelpsia en los Juegos. A menos que Boomer, su primogénito, le siga sus pasos, y nos haga volver a pensar en él.

Santiago Luduena
Periodista deportivo, aunque también pueden decirle Licenciado. Escribió un libro, el árbol y el hijo aún los debe. Fanático de los deportes (y de Boca), pero también de los libros (más aún los de Casciari) y de Love of Lesbian. En una palabra: polifuncional.