Para sorpresa de lo que uno puede imaginar, esta historia poco tiene que ver con lo estrictamente deportivo y los tradicionales ritos futboleros. Tampoco se trata de un pacto entre hinchas merengues y la diosa frigia Cibeles que, desde su carro tirado por Leones, observa a los jugadores del Real Madrid dándose un baño de masas y dedicándole el triunfo a sus perseguidores. No, esta tradición tiene un origen mucho más simple pero no menos interesante…
Era una noche calurosa en Madrid cuando España se enfrentaba a Dinamarca en un partido correspondiente al Mundial de México 1986. Para esa década, los hinchas merengues ya estaban rendidos a los pies de la Quinta del Buitre, un equipo que tenía entre sus figuras a jugadores surgidos de inferiores y que, por su gran nivel, también eran el núcleo de la Selección española.
La noche mundialista terminó con goleada y baile. Fue 5 a 1 con 4 goles de Emilio Butragueño y los simpatizantes del Real Madrid, muy identificados con el seleccionado, estallaron de felicidad. La euforia los llevó a apaciguar el calor en el agua de la fuente más cercana, la de Cibeles, al grito de “Se siente, se siente, El Buitre presidente” en referencia a su goleador.
Así fue que en 1988, tras un importante triunfo en Semifinales de Copa de Europa ante el Bayern Múnich (Que lo había eliminado en la edición anterior), los fanáticos, que acostumbraban a celebrar en caravanas los triunfos importantes, terminaron encontrándose en Cibeles con el recuerdo de aquella gran noche de Butragueño.
Desde entonces la cita se produjo en la fuente de la diosa en cada nuevo título, sin embargo, con el correr de los años, los diferentes ayuntamientos tuvieron que reglamentar los festejos porque amenazaban con destruir el monumento.
Canaletas tendrá que esperar
El triunfo del Real Madrid en La Liga y Champions League se quedó con la última chance de que la fiesta sea Culé y la fuente de Canaletas, muy visitada por los simpatizantes del Barcelona durante la última década, este año quedó casi deshabitada.
El origen de que los hinchas blaugranas hayan elegido esta fuente con forma de faro como símbolo de sus triunfos se remonta a los años 30, cuando los seguidores consultaban los resultados de los partidos a la redacción del diario deportivo La Rambla, ubicado justo en frente.
Los periodistas del diario recibían por teletipo toda la información de los partidos que se jugaban en condición de visitante y lo escribían en una pizarra para que los hinchas estén informados. Si el Barça resultaba ganador, el lugar se tenía de fiesta.
Cuando la tecnología avanzó, la tradición continuó. Los hinchas siguieron acudiendo a la fuente para escuchar los partidos. Era habitual ver fanáticos caminando de un lado al otro con la radio pegada al oído y comentándose el minuto a minuto.
Los años pasaron y, con la TV e Internet, los hinchas pudieron seguir al equipo desde su casa, sin embargo, siguieron acudiendo a la vieja fuente para celebrar sus conquistas.
¿Y los otros?
Claro, si bien la costumbre es ver al Real Madrid y al Barcelona ganar todo, los demás equipos españoles también tienen su punto de celebración.
El Atlético de Madrid que hoy dirige Diego Pablo Simeone, al igual que su clásico rival, tiene un dios anfitrión de sus celebraciones ubicado en Madrid.
Hace poco más de 20 años, el 29 de Junio de 1991, los colchoneros se quedaron con la Copa del Rey tras vencer al Mallorca de Héctor Cúper con un gol en la prórroga. Instalados ya los festejos del Real en Cibeles, la caravana colchonera se detuvo un poco más al sur y terminó siendo recibida en la fuente de Neptuno.
Por su parte, el Deportivo La Coruña visitó la fuente de Cuatro Caminos durante su época de gloria en los 90s y Sevilla comenzó a hacerlo en 2006 adoptando la Fuente de Híspalis.
Contra la corriente, el Valencia prefiere festejar en el monumento a su gente que se encuentra en las inmediaciones del Mestalla y el Athletic, que tampoco adoptó la moda de las fuentes, suele sacar a lucir su pequeña embarcación por la ría de Bilbao.
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