Durante el torneo anterior, previo a la cuarta fecha, directivos de All Boys y San Lorenzo se reunían antes del choque entre ambos clubes, para determinar un tema con respecto a la venta de entradas a los visitantes.
En dicho encuentro, acordaron que quien haga de local dispondría de 4.500 entradas para los visitantes, primero San Lorenzo en el Apertura, para que All Boys lo haga recíproco en el Clausura. Como en tantas reuniones en las que participó Rafael Savino cuando era presidente de San Lorenzo, el Ciclón salió perdiendo.
En el Apertura, San Lorenzo le otorgó las 4.500 entradas a All Boys y la Peste Blanca llenó la cabecera correspondiente. Mañana se vuelven a enfrentar, pero en el reducto de Álvarez Jonte y Chivilcoy, en Floresta, donde All Boys hace las veces de local. Las entradas que la dirigencia del Albo puso a disposición de San Lorenzo son menos de la mitad de las pactadas: 2.200.
Ante semejante injusticia Carlos Abdo puso el grito en el cielo y se comunicó con la dirigencia de All Boys, pero no hubo acuerdo. Al no haber existido ningún documento que plasmara el pacto hecho meses atrás, sólo se trató de un arreglo de palabra. No se puede más que pedirle a los dirigentes de All Boys que cumplan con lo dicho, pero no tiene por qué intervenir la AFA. Gente de palabra en Floresta, si las hay.
Las entradas comenzaron a venderse hoy a las 9 en las dos sedes que tienen los Cuervos en Capital Federal. De más está decir, para una hinchada que hizo una cancha, evitó un gerenciamiento y llenó los estadios más grandes del país estando en la B y con el club casi fundido, que ya se agotaron.
Mala actitud llegada desde Floresta, de un club que juega su primer temporada en Primera División desde su ascenso en 2010, y tiene actitudes como si fuesen los directivos del Barcelona. Se metieron con La Gloriosa y no es poco, pero los pingos se verán en la cancha.
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