A los 37 años, el oriundo de Santa Fe e integrante de la Generación Dorada abandonará las canchas luego de más de veinte años de profesionalismo. Andrés Nocioni fue uno de los pilares del Seleccionado argentino en la última década, junto a Emanuel Ginobili y Luis Scola, entre otros. “Viví como jugué. Fui siempre honesto y entregué mi corazón en cada club en el que estuve, todos los días, todas las prácticas, todos los partidos”, escribió el alero argentino en un fragmento de su carta de despedida.
Triple de Andrés Nocioni ante Brasil en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
“Chapu” fue líder en cada uno de los planteles donde formó parte. Sin lugar a dudas, la capacidad de liderazgo y su juego aguerrido son dos de las cualidades que lo destacan hasta el día de hoy. En su larga carrera, obtuvo 17 títulos, entre los cuales se destacan 5 medallas de oro con el seleccionado nacional. Al mismo tiempo, obtuvo 5 logros individuales en varias de las ligas que disputó. “Grité, sufrí, festejé, lloré: crecí. Nunca me entregué. Ni en los peores momentos, que por supuesto también los tuve”, destacó el santafesino en el final de la emotiva carta.
Su retiro abre paso a la continuidad del recambio generacional que se viene dando desde hace algunos años en la Confederación Argentina de Básquetbol, luego de que muchos de los estandartes históricos abandonaran las canchas.
Nicolás Richotti, Facundo Campazzo, Nicolas Laprovittola, Gabriel Deck, Nicolás Brussino, Patricio Garino, Roberto Acuña y Marcos Delia, son sólo algunos de los jóvenes que integran el seleccionado nacional, que prometen y mucho en sus respectivos equipos.
Luego de varios retiros, la camada más ganadora de la selección nacional va llegando a su fin. A pesar de esto, el futuro es prometedor y la CABB junto a su entrenador, Sergio Hernández, apuestan a las próximas generaciones de basquetbolistas argentinos.
Para Nocioni, se va cerrando una etapa gloriosa en su vida, y así lo resaltó en su mensaje: “Hasta acá hemos llegado, amigos. Ha sido un camino largo, repleto de piedras, luces, empeño y también grandes satisfacciones. Pero de algo estoy seguro: valió la pena transitarlo”.
Comentarios