Rock ‘N Ball te presenta la segunda entrega de la sección “¿Qué fue de tu vida?”, esta vez no para hablar de un club, pero sí para hacerlo de un jugador que en algún momento fue considerado como uno de los mejores del mundo y que vio diluirse su carrera rápida y estrepitosamente: Denílson de Oliveira Araújo.
Dueño de una de las mejores piernas zurdas producidas por el fútbol brasileño y una técnica al servicio de un estilo propio y auténtico, arrancó rompiéndola en São Paulo, donde jugó cuatro temporadas desde 1994, disputando 110 partidos y haciendo nada menos que 58 goles, algo que no está nada mal para un extremo izquierdo. Consiguió salir campeón de la Copa CONMEBOL (actual Sudamericana) en 1994 sin ser todavía miembro vital de la plantilla. Inmediatamente llamó la atención de Europa, que habitualmente se muestra obnubilado por los jugadores que se desempeñan en ese puesto y también engatusó al viejo lobo Mário Zagallo, técnico en ese entonces de la Selección de Brasil, quien lo hizo habitué de sus convocatorias a partir de 1995.
Su talento:
Treinta y dos millones y medio de euros. Eso fue lo que le pagó el Real Betis Balonpié al São Paulo por el pase de Denílson , lo que significó hasta ese entonces, el traspaso más caro de la historia del fútbol, superando los 27 millones de la misma moneda que había puesto, un año atrás, el Inter por Ronaldo al Barcelona. A ver, dimensionemos las cosas, Denílson fue pagado más que el mejor Ronaldo, ya contaba para ese entonces con 31 partidos en su Selección Nacional (marcando 5 goles) y era considerado el futuro del fútbol carioca.
En 1997 se proclamó campeón de la Copa América, anotando 2 goles y siendo parte importante del equipo. Algunos meses más tarde también ganó la Copa Confederaciones, en la cual se le otorgó el Balón de Oro al mejor futbolista del torneo.
Así fue que para el 98′, nuestro objeto de estudio ya estaba en una de las mejores ligas de Europa. Sin embargo no todo fue color de rosa. Su primera temporada dejó muchísimo que desear, errando una gran cantidad de goles por partido y teniendo actuaciones que no contentaban ni a su técnico ni a su público. Bajó claramente su promedio de gol a sólo 3 tantos por temporada, habiendo jugado todos los encuentros de su equipo y dos años más tarde, el Betis decidió mandarlo a préstamo al Flamengo, lo que fue echarlo de una patada en el culo, con elegancia europea.
En el Fla, jugó tan solo 11 partidos e hizo 3 goles, lo que dejó aún sin conformar a Manuel Ruiz de Lopera, histórico y polémico presidente verdiblanco, que 3 años atrás había pagado un dineral por él. Sin embargo, el dirigente decidió apostar por el brazuca tras haber tenido numerosas irregularidades institucionales que terminaron llevando al Betis al descenso durante el 2000. Un año en la Segunda División y cuatro más en la Primera fue lo que duró el brasileño en el club sevillano. Cada vez tuvo menor incidencia en las actuaciones de su equipo pero aún era convocado para la verdeamarella hasta 2005, su último año en la institución.
En 2002, fue convocado por Parreira para disputar el Mudial de Corea y Japón. Alcanzó a jugar, nunca de titular (ya que había perdido su puesto con un tal Ronaldinho), en 5 partidos de 7, entre ellos la Final del Mundo contra Alemania, en la que entró para el minuto final, lo que le alcanzó para hacer cosas como esta:
A pesar de los vaivenes en cuanto a su nivel, lo mejor que Denílson le mostró al mundo, a pura bicicleta y gambeta en velocidad, fue con las camisetas del Real Betis Balonpié, donde ganó la Copa del Rey el año de su salida y completó 189 partidos marcando 33 tantos, y la de su selección nacional, con la que ganó todo lo posible disputando en total, 61 partidos y convirtiendo 9 goles.
Hasta propagandas de Nike hacía:
Tras su experiencia en el fútbol español, arribó a préstamo por un año al Girondins Bordeaux francés para mantener una continuidad de 33 partidos y tres goles. Aquí es donde se presenta uno de los más grandes defectos de su personalidad. Al hombre le gusta mucho el dinero, no pudo concretar su pase definitivo al Burdeos, aún pudiendo fichar como libre y teniendo por delante una participación en la Champions League, porque la institución francesa no estaba dispuesta a pagarle el salario que pedía. ¿Y quién sí podía pagarselo? Denílson abandonó el fútbol serio para aterrizar en Catar (antes, Qatar). Al-Nasr, era su equipo, si es que acaso importa el nombre cuando se trata de fútbol catarí. Allí disputó 16 partidos haciendo siete goles, aunque no se puede decir que haya mejorado su forma cuando la competencia era infinitamente inferior.
Comercial de Pepsi, peloteando con Guga Kurten
Siguiendo el mismo razonamiento pecetero, en 2007 se mudó a Estados Unidos para jugar en el Dallas FC. Desde ese momento empezó una gira que lo llevaría a recorrer la mitad del mundo permaneciendo un año (o menos) en cada club. En Dallas hizo 2 goles en 11 partidos, se mudó en 2008 a Sao Paulo nuevamente, pero esta vez para jugar en el Palmeiras de Varderlei Luxemburgo y disputar la Copa Libertadores. Si bien había fichado por el acérrimo rival del club que lo había visto nacer, el Verdão depositaba un buen dinero en tiempo y forma en su cuenta bancaria, y eso resultaba razón suficiente para su estadía en el club más popular de Brasil.
En Youtube hay más videos de sus publicidades que de sus goles:
Su regreso al fútbol comolagente, dio esperanzas a todo hombre de fútbol respecto a lo que significaba abandonar la joda y volver a jugar por los porotos y la gloria. Nada de eso, incluso consiguiendo el Campeonato Paulista y saliendo cuarto en el Brasileirao, Denílson rajó del Palmeiras para quedar nuevamente como agente libre y esperar ofertas de todo tipo. El Bolton de Inglaterra incluso lo tuvo entrenando durante algunos días, lo que levantó la perdiz por Europa e hizo que varios equipos quisieran contar con sus servicios. Denílson declaró entonces: “Yo quiero jugar en Europa, pero no estoy apurado. He recibido propuestas de Inglaterra,Grecia, Turquía y Alemania. Los estoy estudiando. Entiendo que este es el momento de regresar al fútbol europeo, pero si no estoy convencido de ninguna oferta, espero continuar en Brasil, donde también hay clubes interesados en mí”.
El hombre parecía decidido a volver a la cosa seria, sin embargo al ratito firmó un contrato de tres meses con el Itumbiara (¡¿El Qué?!) también brasileño, flamante ganador del campeonato Goiano, lo que fue un trato que le cerró a ambos, ya que Denílson estaba cubierto por un seguro en caso de lesionarse, y el club, que sólo en una ocasión había logrado alcanzar la Serie A brasileña, se potenciaba por la llegada de un campeón del mundo. Como era de esperarse, cumplido el contrato se tomó el buque para desembarcar en el (¡atención!) Xi Măng Hải Phòng de Vietnam.
¡Hijo de puta! ¡No podés querer tan poco al fútbol! Cinco palos y medio por año cobraba el tipo, obviamente el mejor pago de la historia en el futbol viednamita. ¡Fútbol Viednamita, ladrón de gallinas! En su primer partido, colgó una pelota del ángulo pateando un tiro libre 6 minutos después de haber ingresado. Seguramente el otro equipo no sabía ni que se podía poner barrera. A las tres semanas, tras haber disputado sólo la mitad de un partido, paró la pelota y dijo: “No me siento bien en lo físico, temo que deberé abandonar el fútbol” Y el deporte ovacionó de pie su precipitado retiro.
¡Ole! No colgó nada las botas, seguro que no quería vivir más en Vietnam, todo fue una pantalla y en 2010 firmó por 2 años con el Kavala griego (cada vez más sinvergüenza). A los tres meses le rescindieron el contrato por no haber podido disputar ni un solo encuentro. Clin Caja.
Hoy en día, uno de los deportistas más arruinados y desnaturalizados de la historia por el dinero y el sistema, vaga por el mundo buscando un equipo que le pase plata para comprarse un nuevo yatecito o alguna mansión en la Polinesia. ¡Ojo! Hace un año sonó para River…
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