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Pampa Yakuza en el Teatro Vorterix: sobran pelotas

La calesita está llena de pendejos y vos, obligado a sentarte en el pony que sube y baja, querés hacer tuya la sortija. Las primeras vueltas mirás de reojo cómo se la roba la mano de otro, algunos con ayuda, o porque te llevan un par de años y ya saben dónde sentarse para hacérsela al calesitero. Pero vos la querés ganar solo, entonces esperás. Y llega ese día en qué caés en cuenta que tu brazo ya es lo suficientemente largo como para alcanzar por sí mismo cualquier cosa que se proponga. Que creciste. Y por primera vez en la vida creés que sí, que será cierto eso que te decían cuando empezabas a animarte a soñar: Que no hay deseo más arrollador, que no hay deseo más poderoso, que el de ver cumplidos los sueños. Pampa Yakuza deslumbró en el Teatro Vorterix el pasado viernes 10 de mayo. Conquistó la calesita, apresó la sortija. Y para el resto, para quien ose intentar recuperarla, le advierto: ya no alcanza con estirar la mano, Pampa juega en otra liga. Hay desfile Yakuzero en Colegiales. Una nariz de payaso usada como proyectil intenta chaparse al techo, pero vuelve a caer sobre una rubia que trafica globos de colores y obliga a los demás a inflar al menos dos por cabeza. Hay silbatos, papelitos, muchos flashes, y pan y vino, pan y vino,  pan y vino, pan y vino, el que no grita Yakuza, ¿para qué carajo vino? Es noche de estreno para los varones de Liniers. Temas nuevos, otros remasterizados y un paseo por la historia, eso apunta el menú. “Dejarse Llevar” y “La Mañana Del Mañana”, de Único Sentido (2009) y Orilla (2005), respectivamente, fueron la dupla de arranque en el Teatro Vorterix, seguidos de “Hoy es ahora” y “Buscando sin esperar”, del más reciente trabajo de los muchachos, Singularmente, lanzado en 2011, del que también pudo disfrutarse "Acertijos", "Viejos Conocidos" y "Arlequines", entre otros. Y… sí: Inevitable explosión. Seis chasquibums incendiados en la pelada, la semilla en el finito que te estalla la punta de la nariz. “No fue tanto tiempo, pero no saben las ganas que tenemos de estar acá”, confesaba Hernán Saravia, una de las voces cantantes de Pampa. Y se nota. Porque la expectativa será grande, pero la entrega de estos muchachos la supera.  “Desde El Umbral”, “Paisano del Adoquín” y “Mediotización”… la lista de temas es un ping pong entre discos, un orgasmo para los nostálgicos. Sin olvidar al primer trabajo de los Yakuza, del año 2003, Carnaval Para Tu Desconsuelo, del que sonaron  “Hagamos uno” y “Brillante sol”, además del homónimo, el ya clásico de cada cierre. Tampoco faltaron temas de De Único y Sentido, hits ya consagrados como “Bla Bla Bla”, “Sol de los Pobres” y “Juntos”. Y hasta hubo lugar para un cover del gran Pappo, "Sucio y Desprolijo". Canciones nuevas que ya parecen viejas.  “Alpiste” y “El Alargue”, seguidas por “En Vida”, que para cuando arrancó con su "la felicidad, sólo es felicidad en vida, los deseos realidad, se sienten y verás… germinan", a nadie le cabía ninguna duda, Pampa ha echado raíces. “Qué bueno que no se note que esta es una canción nueva”, reflexionaba Hernán, mientras cruzaba sonrisa con un Lucho Katz poseído por su charango, los dos, en sincro, secándose las frentes, señal de prueba superada. Así de rico se siente de rico cuando las cosas salen más que bien. “Gracias a ustedes, por ser cada uno un caballito en el motor Yakuzero, arrojaron cada vez que pudieron, como si nunca fuera suficiente. Es que es imposible anclar tanta adrenalina. Los Pampa rotan, bailan, no se quedan quietos.  Vientos alternando zona con cantantes, un percusionista endemoniado por los pasos de una chacarera, todos sumergidos en un mismo mambo. El mejor de los mambos. El del disfrute, el más puro y terrenal. La noche podría ser eterna y nadie estaría quejándose por la inmortalidad, pero después de “Carnaval Para Tu Desconsuelo”, de los muchachos arrojándose a la hinchada como queso rallado sobre una bolognesa, el final se hace tangible. Las listas pegadas al suelo del Vorterix cotizan en bolsa y, si traen pegote, valen doble, por la irrefutable evidencia de haber estado ahí, pegadas a ese piso. Estrenos exitosos, abrazo colectivo, aplausos que se apilan, que salen de todos lados. Esto fue Pampa Yakuza, señoras y señores, conquistando calesitas... una vez más. [gallery ids="75675,75669,75673,75676,75674,75670,75671,75668,75667,75663,75666,75672,75665,75664,75662"]

La calesita está llena de pendejos y vos, obligado a sentarte en el pony que sube y baja, querés hacer tuya la sortija. Las primeras vueltas mirás de reojo cómo se la roba la mano de otro, algunos con ayuda, o porque te llevan un par de años y ya saben dónde sentarse para hacérsela al calesitero. Pero vos la querés ganar solo, entonces esperás. Y llega ese día en qué caés en cuenta que tu brazo ya es lo suficientemente largo como para alcanzar por sí mismo cualquier cosa que se proponga. Que creciste. Y por primera vez en la vida creés que sí, que será cierto eso que te decían cuando empezabas a animarte a soñar: Que no hay deseo más arrollador, que no hay deseo más poderoso, que el de ver cumplidos los sueños. Pampa Yakuza deslumbró en el Teatro Vorterix el pasado viernes 10 de mayo. Conquistó la calesita, apresó la sortija. Y para el resto, para quien ose intentar recuperarla, le advierto: ya no alcanza con estirar la mano, Pampa juega en otra liga.

Hay desfile Yakuzero en Colegiales. Una nariz de payaso usada como proyectil intenta chaparse al techo, pero vuelve a caer sobre una rubia que trafica globos de colores y obliga a los demás a inflar al menos dos por cabeza. Hay silbatos, papelitos, muchos flashes, y pan y vino, pan y vino,  pan y vino, pan y vino, el que no grita Yakuza, ¿para qué carajo vino?

Es noche de estreno para los varones de Liniers. Temas nuevos, otros remasterizados y un paseo por la historia, eso apunta el menú. “Dejarse Llevar” y “La Mañana Del Mañana”, de Único Sentido (2009) y Orilla (2005), respectivamente, fueron la dupla de arranque en el Teatro Vorterix, seguidos de “Hoy es ahora” y “Buscando sin esperar”, del más reciente trabajo de los muchachos, Singularmente, lanzado en 2011, del que también pudo disfrutarse “Acertijos”, “Viejos Conocidos” y “Arlequines”, entre otros. Y… sí: Inevitable explosión. Seis chasquibums incendiados en la pelada, la semilla en el finito que te estalla la punta de la nariz.

“No fue tanto tiempo, pero no saben las ganas que tenemos de estar acá”, confesaba Hernán Saravia, una de las voces cantantes de Pampa. Y se nota. Porque la expectativa será grande, pero la entrega de estos muchachos la supera.  “Desde El Umbral”, “Paisano del Adoquín” y “Mediotización”… la lista de temas es un ping pong entre discos, un orgasmo para los nostálgicos. Sin olvidar al primer trabajo de los Yakuza, del año 2003, Carnaval Para Tu Desconsuelo, del que sonaron  “Hagamos uno” y “Brillante sol”, además del homónimo, el ya clásico de cada cierre. Tampoco faltaron temas de De Único y Sentido, hits ya consagrados como “Bla Bla Bla”, “Sol de los Pobres” y “Juntos”. Y hasta hubo lugar para un cover del gran Pappo, “Sucio y Desprolijo”.

Canciones nuevas que ya parecen viejas.  “Alpiste” y “El Alargue”, seguidas por “En Vida”, que para cuando arrancó con su “la felicidad, sólo es felicidad en vida, los deseos realidad, se sienten y verás… germinan”, a nadie le cabía ninguna duda, Pampa ha echado raíces. “Qué bueno que no se note que esta es una canción nueva”, reflexionaba Hernán, mientras cruzaba sonrisa con un Lucho Katz poseído por su charango, los dos, en sincro, secándose las frentes, señal de prueba superada. Así de rico se siente de rico cuando las cosas salen más que bien.

“Gracias a ustedes, por ser cada uno un caballito en el motor Yakuzero, arrojaron cada vez que pudieron, como si nunca fuera suficiente. Es que es imposible anclar tanta adrenalina. Los Pampa rotan, bailan, no se quedan quietos.  Vientos alternando zona con cantantes, un percusionista endemoniado por los pasos de una chacarera, todos sumergidos en un mismo mambo. El mejor de los mambos. El del disfrute, el más puro y terrenal.

La noche podría ser eterna y nadie estaría quejándose por la inmortalidad, pero después de “Carnaval Para Tu Desconsuelo”, de los muchachos arrojándose a la hinchada como queso rallado sobre una bolognesa, el final se hace tangible. Las listas pegadas al suelo del Vorterix cotizan en bolsa y, si traen pegote, valen doble, por la irrefutable evidencia de haber estado ahí, pegadas a ese piso. Estrenos exitosos, abrazo colectivo, aplausos que se apilan, que salen de todos lados. Esto fue Pampa Yakuza, señoras y señores, conquistando calesitas… una vez más.