El fabuloso escolta de los Warriors estuvo implacable como en toda la serie y llevó a su equipo a dar el mayor batacazo hasta el momento al eliminar al tercer clasificado de la Conferencia Oeste, los Denver Nuggets, por 4-2. Stephen, considerado hasta el momento como el mejor jugador de estos playoffs, fue acompañado por una fenomenal tarea de Andrew Bogut que anotó 14 puntos y atrapó 21 rebotes. El Rookie Draymond Greene estuvo a la altura de las circunstancias con 16 unidades y 10 tableros.
El público llenó de amarillo el Oracle Arena para ver consumado el milagro. Denver llegó a la serie como claro favorito, después de haber peleado hasta los últimos partidos la primera o segunda posición de la conferencia. La única mancha fue la inoportuna lesión del italiano Danilo Gallinari, que le quitó su mayor argumento detrás de la línea de 3 puntos. Pero los Warriors saben de milagros. Como aquella vez en 1975 cuando barrieron en las Finales de la NBA a unos favoritos Washington Bullets o más cerca en el tiempo, en el 2007, cuando la víctima fueron los campeones de la liga, los Dallas Mavericks, en la primera ronda de playoffs. Golden State era el octavo, Dallas el primero de la conferencia.
El tercer cuarto del encuentro fue fundamental, ya que ahí Curry apareció en todo su esplendor con 3 triples, y varias asistencias para poner en el comienzo del último cuarto, una ventaja máxima de 18. Todo era euforia entre sus aficionados, pero la inexperiencia de un equipo joven complicó las cosas. Pérdidas insólitas desde el saque de fondo, posesiones mal administradas, y un Andre Iguodala que tuvo su noche desde tercera dimensión (5-8, 24 puntos), acercaron a los Nuggets a sólo 3 puntos. Allí Harrison Barnes falló de 3 puntos, y posteriormente cortó con falta a Kenneth Faried que anotó 1 de sus 2 libres. Con el encuentro 90-88, el local volvió a fallar en un saque de banda y dejó el partido en manos de Denver. Wilson Chandler falló un tiro forzado, Faried no pudo rematar, Brewer no llegó a rescatarla y selló la suerte de los de Colorado en la serie.
Golden State enfrentará en la próxima ronda nada menos que a San Antonio Spurs, otra vez con desventaja de localía. Los texanos son favoritos, pero un Curry encendido es indefendible. Si David Lee se recupera favorablemente (ayer jugó un minuto) y las aportaciones de Bogut en la pintura siguen a este nivel, los Warriors son un equipo para respetar.
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También ayer unos diezmados Chicago Bulls buscaban finiquitar la serie ante Brooklyn Nets. En el multicampeón de los noventa faltaron Kirk Hinrich (tampoco estuvo en el quinto juego) y Luol Deng, con una inoportuna gripe que afectó también a Taj Gibson y Nate Robinson, que a pesar de la enfermedad estuvieron en cancha. Hay que sumar a esta enfermería a Joakim Noah, que desde hace mucho tiempo sufre dolores intensos en el pie, por una fascitis plantar. Sin embargo Tim Thiboddeau no buscó excusas en la amplia lista de tocados, y salió a tratar de liquidar la serie en el United Center.
Arrancaron a puro gol, con Marco Bellinelli (22 puntos) cargando la ofensiva por parte del local, y Deron Williams (17 y 11 asistencias) mostrando todo su repertorio. Claro, el base aprovechó los 16 centímetros de estatura que tiene sobre Robinson para poder establecer diferencias. La primera mitad terminó con dominio de Brooklyn por 6 tantos, 50-64. El partido se disputó en la llave, con Carlos Boozer (14 puntos, 13 rebotes) y Noah (14 y 15) batallando contra Brook López (17 & 3) y Reggie Evans (apenas 2 puntos pero con 15 tableros).
Un hermoso drible de Kryptonate Robinson sobre Kris Humphries y la efectividad de Belinelli desde 7,25, dejaron a los Bulls 2 puntos abajo (90-88) a falta de 2 minutos. Una canasta de Joe Johnson más un libre de Andray Blatche pusieron a Nets 93-90, pero rápidamente el veterano Nazr Mohammed recortó distancias a un punto. Blatche esta vez encestó los dos y Marco falló el tiro de 3 puntos salvador para finiquitar el resultado en 95-92 para los visitantes, que forzaron un séptimo partido a disputarse mañana en New York. El que sonríe es LeBron James, ya con una semana de descanso, viendo como se desgastan los dos equipos, de los que saldrá el rival de Miami Heat en semifinales.
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