En Traslasierra, Córdoba —un rincón donde la naturaleza y la introspección marcan el ritmo del día—, una banda vuelve a encender una llama que parecía dormida, pero que nunca se extinguió. CORAZÓN FUEGO nace del impulso de mantener viva la memoria musical de BUSCANDO OTRA DIVERSIÓN y DIFERENTES ACTITUDES JUVENILES, dos pilares fundamentales del hardcore argentino de los 90.

Pero lo suyo no es un simple ejercicio de nostalgia: es un acto de amor, militancia sonora y reapropiación de una historia que sigue latiendo con fuerza.

Formada por músicos con largo recorrido en la escena —Gianni De Genaro (guitarra, ex B.O.D., 90Raíces, Hueso), Coco Falcone (batería, ex ITA, 90Raíces, Hueso, Raise My Kilt), Chulo Becerra (bajo, ex D.A.J., Los Tónicos, Fuera del Tiempo) y Leila Acosta (voz, ex Hijos de Tigre, Fuera del Tiempo)—, CORAZÓN FUEGO conjuga presente y pasado en una propuesta que emociona y resiste.

Un nuevo punto de partida

El hardcore siempre fue música de resistencia. Hoy, con una sensibilidad renovada y un contexto político que exige volver a alzar la voz, CORAZÓN FUEGO aparece como un puente entre lo emocional y lo combativo. Esta entrevista con Leila Acosta lo confirma: hay corazón, fuego, y mucho por decir.

RNB – En los noventas conociste B.O.D. y D.A.J. como oyente. ¿Qué recordas de esos momentos?

LA – Recuerdo con emoción toda la ceremonia previa a llegar a los recitales. Los volantes, las publicaciones en los suplementos del diario. El viaje que tenía que hacer hasta llegar a los lugares, porque crecí en Hurlingham (noroeste del GBA), y los shows en su mayoría sucedían en Capital. Andaba con una “Guía T” en la mochila. Muchas veces iba sola, colectivo, tren, y otro colectivo más. Valía el esfuerzo. Al llegar me encontraba con diferentes tribus con las que compartía inquietudes. Todo era nuevo para mí, y llegaba con confianza a meterme en lugares desconocidos, sabiendo que algo interesante iba a encontrar.

Foto: cortesía prensa

RNB – Creciste en los noventas y tu educación musical fue el hardcore. ¿Qué impacto tuvo esa movida en tu vida?

LA – Así como escuchaba hardcore también disfrutaba del grunge, punk rock y lo que llamaban el “Nuevo rock argentino”. Siempre había algo nuevo para ir a ver. Creo que fui afortunada al crecer en esa época: había muchas opciones, shows gratis o a precios muy accesibles. Si me llegaba el nombre de alguna banda del exterior que me podía interesar, le encargaba CDs a la disquería vecina. La movida del “Hazlo tú mismo” dejó huella en mi vida, como un impulso para moverse en pos de lo que buscas.

RNB – En una adolescencia donde te sentías distinta por tus búsquedas —espiritualidad, yoga, vegetarianismo—, ¿sentís que el hardcore fue un vehículo para darle una dimensión artística, musical y política a esas búsquedas?

LA – La práctica de yoga en ese entonces era menos popular que en la actualidad, me la pasaba rodeada de abuelitas. Cuando llegaron a mis manos fanzines donde se hablaba de vegetarianismo y formas de vida diferentes, encontré contención y también surgieron más inquietudes. Supongo que la sensación de pertenencia es muy importante para une adolescente. Habiendo tantas opciones, y con las hormonas a punto de ebullición, la cultura hardcore/punk me acompañó en ese inconformismo, en la búsqueda de respuestas, en el cuestionamiento de lo establecido… eso trato de sostener en la actualidad.

RNB – En un momento pasaste de ser oyente a cantar. ¿Cómo se dio ese paso y qué lo motivó?

LA – Si bien la música formó parte importante en todas las etapas de mi vida, me llevó tiempo sentir que era capaz de subirme a un escenario. Cuando llegué a vivir al Valle de Traslasierra, hace diez años ya, me encontré con unos vecinos que estaban armando una banda. Yo tenía puesta una remera de D.A.J., y se acercaron a preguntarme si quería cantar. Arengada por el cambio de vida, sentí que podía, y lo hice. La banda se desarmó después de unos meses, y atesoro en mi corazón el debut que fue en la primera marcha LGBTIQ+ que se hizo en el Valle.

RNB – La propuesta de CORAZÓN FUEGO es interpretar las canciones de B.O.D. y D.A.J. ¿Qué tan complejo para vos es darles tu propia voz? ¿La postura es respetar las versiones originales o reinterpretarlos?

LA – El momento mágico sucedió cuando Coco (batería) viajó a Córdoba especialmente para comenzar con los ensayos. Chulo (bajo) y yo compartimos nuestras vidas hace muchos años, y en casa, en lugar de living, hay una sala de ensayo. Gianni (guitarra) vive cerca, nos vemos muy seguido. Ese primer encuentro sonó potente y nos quedamos muy conformes. A la hora de cantar no busco imitar a Germán Giletta ni a Lucky, sino desde mi propia voz interpretar esas letras con las que me identifico. No me resulta complicado en lo más mínimo, disfruto mucho del proceso. La estructura de los temas sigue tal cual fueron grabados. Es muy importante que quien conoce las canciones y se acerque al show, pueda cantarlas. Es parte clave.

RNB – Desde afuera parece que el hardcore tiene una impronta muy masculina. ¿Qué lugar como mujer fuiste encontrando en la escena?

LA – Personalmente me siento contenida con mis compañeros de banda y encuentro respeto en el entorno.

RNB – Me da la sensación que hoy no sorprende que haya mujeres cantando hardcore, con experiencias muy interesantes como Miserer. ¿Cómo explicas este cambio?

LA – Siento que la energía femenina está en todo y su fuerza no se puede cuantificar ni contener. Sé que grandes como Pat Pietrafesa o Brenda Cuesta (sólo por mencionar a las primeras que vienen a mi mente) se han plantado con firmeza y han pasado miles de dificultades. Y gracias a ellas, las que hoy llevamos menos tiempo subidas a un escenario somos escuchadas y respetadas.

RNB – El género siempre tuvo un discurso de unión y comunidad más allá de cerrarse por momentos en sí mismo. ¿Cómo repercute en lo cotidiano sentirse parte de algo así?

LA – Me parece que es algo inherente al ser humano: buscar afinidad en otros. Pero también encuentro riqueza al escuchar y compartir con quienes tienen ideas diferentes. El respeto es clave si queremos aprender a convivir.

RNB – No me parece casual que en un momento como este del país y del mundo se retome el discurso del hardcore. ¿Qué ideas y posturas te parecen actuales?

LA – Han pasado treinta años ya desde que se escribieron, aun así, estas canciones suenan actuales para mí. Creo que podrían haber sido escritas hoy. La indignación con los políticos de turno, con la destrucción del planeta, con la ambición y la superficialidad; el deseo de mejorar, de confiar en nuestros pares, de hacer cada día algo que deje huella positiva, son todos temas que están vigentes. Y creo que es buen momento para gritarlos, ¡con fuerza!

RNB – Vos estás radicada en Traslasierra en una vida muy distinta a la de Buenos Aires. ¿Qué tan difícil es cambiar el chip para cantar hardcore?

LA – Lamentablemente la violencia, las injusticias, la corrupción, están en todas partes. Si bien estoy rodeada de un entorno verde y puedo conectar a diario con la naturaleza, creo que es nuestra responsabilidad mantener viva la llama de la disconformidad. Si queremos que algo cambie, debemos visibilizarlo, estemos donde estemos.

RNB – B.O.D. y D.A.J. son parte clave de la movida de los noventas en el género. ¿Qué sentís que aportó cada una desde lo musical y lo lírico?

LA – En lo musical encuentro pegadizas las melodías de B.O.D. En los ensayos me lleva el ritmo. La voz desgarradora de Germán Giletta, las guitarras únicas de Gianni… recuerdo a Chulo diciendo que es una máquina de hacer riffs. Y el genio de Juanjo en la batería: por algo es hoy un gran productor internacional. A Cyber todavía no tuve el gusto de conocerlo, pero les agradezco a los cuatro el legado y seguiremos haciendo que suene con todo.

Con D.A.J. tuve la suerte de compartir los preparativos para los shows que se hicieron en 2010 y 2014. Fue mágico acompañar ese proceso, la reunión de los integrantes que viven en lugares tan distantes, los días y noches en la sala Qispikay, el calor de la gente a la hora del show. Esas melodías complejas y punzantes.

RNB – Eligieron ponerle al proyecto CORAZÓN FUEGO. ¿Qué significa para vos?

LA – CORAZÓN FUEGO sale de la pasión que se desprende de hacer lo que te gusta, teniendo en cuenta el pasado y pensando en el presente y el futuro. Cada acción y pensamiento cuenta y suma a la hora de proyectar una vida mejor, acorde con las ideas que nos resuenan, descartando mandatos vacíos o costumbres sin sentido.

RNB – En los ensayos ¿Qué canciones te conmueven cantar de cada banda?

LA – Me conmueve cantar “No Más”, admiro esa energía para sacarte de encima lo que no te hace bien, lo que te lastima. Creo que es pura inteligencia emocional.

Y de D.A.J. podría decir que “Voy a Elegir” también me transmite ideas claras, búsqueda permanente, no conformarse. Imagino que es una canción que podría ser cantada en las escuelas… una de esas canciones que plantan una semilla.

Corazón Fuego, nacida de los miembros de D.A.J. y B.O.D., se presentará en Buenos Aires el próximo 27 de abril a las 19.00 horas en el “C.C. Bula”, Bulnes 998, C.A.B.A.