Cierto. Argentina perdió. Jugó mal y el partido se planteó horrible. ¿Ya vamos a pedir la Cabeza de Sabella? Paremos un poquito. Tres días antes de este 0-1 en Puerto La Cruz, Argentina había paseado a Chile. Lionel Messi disfrutó el partido e hizo un gol. Gonzalo Higuaín hizo tres y Ángel Di María jugó bárbaro. Parte del problema en Puerto La Cruz pasó porque ninguno de los tres repitió su actuación. No significa que ninguno de los tres sirva o que sea “más de lo mismo”.
Si quizás decir que Marcos Rojo no estuvo a la altura, que José Sosa no hizo mucho más que Javier Pastore (que vio casi todo de afuera) y que quizás Clemente Rodríguez podría haber jugado por Zabaleta. Si coincidir que Martín Demichelis está muy lento y que no brinda seguridades…pero hasta ahí. No hay más análisis posible. ¡Apenas van dos partidos!
Sucede que el periodismo argentino en general y en especial el deportivo es resultadista al mango y no sólo eso, come tanto del éxito como del fracaso. Es decir, en términos periodísticos y en los espacios que hay que llenar era lo mismo ganar o perder con Venzuela. Lógico: todos queríamos ganar. Pero sinceremonos: era lo mismo.
Los titulares de los diarios de hoy hablan claro de ello: “¡Qué desastre!”, “Papelón Histórico”, “¡Vergüenza!”…Paren la mano muchachos…Hasta Olé, que siempre lleva la delantera en esto de los títulos catástrofes, eligió un eximio “Estamos Cansados”, que se acerca más a la reacción esperada.
Caerle ahora a Alejandro Sabella es de locos. Decir que Sabella es defensivo…Vamos muchachos, esos mismos que hoy se llenan la boca, golpean escritorios y gritan desaforados en Teve sobre aquel “con ganar medio a cero me conformo” que dijo Sabella en la previa son los mismos que ensalzaban al ex DT de Estudiantes de La Plata cuando el Pincha ganó el campeonato sin un sólo delantero neto. Ok, no tenía. Pero tampoco lo fabricó y ELP salió campeón igual. En esos momentos Sabella era un fenómeno, un capo, sagaz, sonaba para River, Boca, Vélez y hasta para dirigir los Globertrotters…Hoy, le caen con dureza.
En definitiva, Sabella dijo una verdad: “Con ganar medio a cero me conformo“. Debería ser: “Con ganar medio a cero se conforman” Y es que es así. Si ayer Argentina -que jugó pésimo, eh- le ganaba 1-0 a la Vinotinto se aplacaban las críticas. Críticas que deberían haber existido de igual forma si el juego, a igual desarrollo, arrojaba una victoria albiceleste.
Pero este suelo es resultadista. No hay con que darnos. Todos estamos en la misma bolsa. En la victoria son todos rubios y de ojos celestes y a nadie le importa si se canta o no el himno. En las derrotas nos fijamos hasta cuando tiempo pierde Messi atándose los botines. Basta muchachos, seamos buenos…como diría Horacio Pagani.
Alejandro Sabella está iniciando un ciclo. No se le puede caer con todo por una derrota, porque además, por más que nos empeñemos en vender que es así, Venezuela ya no es más aquella Selección Cenicienta. Y Argentina, quizás, ya no sea esa gran potencia. Hoy, Brasil está un escalón por encima. Y Uruguay también, por más que nos haga un agujero en el orgullo.
Hay que asimilar la realidad. La realidad hoy marca que en Sudámerica la brecha se ha acortado considerablemente. Hasta Perú, de pésimas eliminatorias rumbo a Sudáfrica, muestra un juego audaz y por momentos vistoso. Sólo Bolivia sigue fiel a su regla de jugar para cumplir. Después hay ocho equipos peleando por tres lugares y medio. Es así. No pensemos que por no jugar Brasil, Argentina ya está clasificada. Tiene material para que así sea, pero experiencias pasadas y recientes nos indican que asumamos las cosas con más mesura y menos aires de grandeza.
Sabella recién empieza su trabajo. Hay que darle tiempo que se trabaje. Apenas van dos juegos oficiales, Argentina aplastó a Chile y sufrió con Venezuela. Quizás la clave pasó en cómo se rodeó a Messi, pero reducir la derrota de ayer a los dichos de Sabella o a una línea de cinco es ver el fútbol con un corpiño en los ojos. A la hora que Argentina no haya podido patear al arco ¿Qué pesa más? Los cinco defensores o que Messi, Sosa, Higuaín y hasta Rojo y Zabaleta jamás sintonizaron Messi TV como para darle una mano a La Pulga. A Messi lo marcaban de a tres y de a cuatro, le dieron de lo lindo y lo ahogaron bien. No es que se “Borra en las díficiles”, es que es díficil ser Messi. Al menos si no te rodean como corresponde y si, ante cada tropiezo, algún gil va a pedir tu cabeza.
Entonces, paremos la moto. Bajemos uno o dos cambios y pensemos que el camino es largo. Todavía queda todo 2012 y parte de 2013, además de dos partidos más en este 2011 como para ya tachar a Sabella de “defensivo” o a Messi de “no poner huevos”. Eso, de última, hay que dejarlo para la hinchada, para el argentino que vibra con el deporte sin más armas que su pasión. Los periodistas, los que estudiaron para entender mejor este juego, deberían hacer lo que le piden a Sabella: pensar antes de hablar.
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