Miniaturas de un Pavote lanzó de manera digital su último trabajo discográfico titulado Uniformes rojos, uniformes negros. En el primer CD oficial de la banda se distingue la marca propia de nuestro tan querido rock nacional.
En sintonía con los movimientos musicales que vienen impactando desde el circuito emergente, el disco cuenta con nueve canciones narradas a lo largo de casi 40 minutos. Un buen compañero para los viajes urbanos en el transporte público y un espejo de las vivencias cotidianas que transcurren en la ciudad.
“La cordura en exceso”, un arranque rocanrolero muy potente abre el juego del viaje propuesto por Miniaturas de un Pavote. Guitarras fuertes a un compás veloz para marcar lo que será el camino de todo el CD, seguido por “Cuento ruso” con un estilo similar. “Desde la otra calle” sirve como transición para meterse en la parte más introspectiva de la banda, con un cambio menos aunque sin perder el rocanrol. Este pasaje le deja todo servido a “El cielo es demasiado”, una melodía constante que sirve de ruta a la letra. Es una canción personal, de esas que el público llega a corear con pasión mirando al cielo durante las presentaciones en vivo.
El track que le da nombre al nuevo material inicia como una balada recitada que poco a poco sube su potencia hasta estallar en el estribillo. “La semilla y la sangre”, “Capicúa (por La Paternal)” y “Pasillos” vuelven a poner a tope los impulsos con la batería que empuja y las guitarras que sostienen el armazón, siempre resguardados por el bajo que es el gran cohesionador. El final de esta historia es nuevamente íntimo con “Imprudente” para conjugar todas las sensaciones de una lucha diaria contra los enemigos personales.
Así va el cuento Uniformes rojos, uniformes negros, con el orden ideal para transitar por los diversos recovecos que tiene la música de Miniaturas de un Pavote; con un hilo conductor que une las microhistorias para formar todo el disco. El rebrote de lo personal y la empatía de verse identificado, las causas de lucha colectiva y los anhelos de revolución, los caminos de la vida y la vida que toman esos caminos, todo junto en 38 minutos de rock nacional que aún vive y aún sigue dando nuevas bandas para descubrir.
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