21 de septiembre del año 2006. En la explanada de ingreso al estadio Chateau Carreras (todavía no había sido bautizado Mario Alberto Kempes, ni tenía la bandeja superior) hay un sinfín de móviles de TV. De Córdoba, de Buenos Aires, de Rosario. Están los medios gráficos más grandes del país. Y también las radios. También una marea de gente va tomando posición. En todo el país es el “Día de la Primavera“, pero en este sector, corazón de la Argentina, también es el show regreso de Callejeros a los escenarios, algo menos de 2 años después de la tragedia de República Cromañón.

Pero esta historia empezó 72 horas atrás, en Villa Mercedes, provincia de San Luis. Allí, un policía un poco más botón de lo habitual empezó, sin querer, la cadena de acontecimientos que terminaría cuando Patricio Santos Fontanet y compañía empezaran a tocar los primeros acordes de “Señales“, ante 21 mil movilizadas, emocionadas y extasiadas personas. La historia tiene ribetes dignos de un libro o de una película. Y Rock ‘N Ball hoy la va a contar por primera vez.

José Palazzo, productor de aquel regreso Callejero en el actual Kempes, dialogó en exclusiva con nosotros. A 10 años, abre el arcón de los recuerdos: “Un empresario de San Luis, Diego Sosa, nos abrió las puertas de su casa. Íbamos a tocar en un colegio de San Luis, en un festejo de egresados. De ellos. Nadie sabía que los chicos iban a tocar ahí. Nadie”, recuerda Palazzo. “Pero en Villa Mercedes, un policía vio a Pato, le sacó una foto y empezó a averiguar. Ahí se corrió la bola, ataron cabos, y clausuraron el colegio. Hicimos una conferencia de prensa en un bar, vinieron 1500 personas, los chicos tocaron con la acústica unos temas. Eso fue el viernes 16 de septiembre”. Recuerda Palazzo y fue ahí donde entró el otro gran protagonista de la historia: Mario Pereira, histórico conductor de ‘Cadena 3’, una de las radios más importantes de Córdoba.

El sábado 17, por la mañana, Callejeros es invitado a una entrevista con Pereira, en la radio. La indignación de Pereira, quien tildó de “locura” el hecho que Callejeros no pudiera tocar, hace que entren a escena José Manuel de La Sota y Luis Juez, gobernador de la Provincia e Intendente de la Ciudad de Córdoba, respectivamente. El gobernador llamó a la radio, y habló con Palazzo: ‘Hacelo en el estadio, es el lugar más seguro que hay’, le dijo. Juez, por supuesto consultado, dijo que ‘se la bancaba’. Ahí se puso en marcha lo que 72 horas después, en pleno Día del Estudiante y de la Primavera sería el regreso de Callejeros a los escenarios de manera oficial, más allá de los dos temas que tocaron con “Jovenes Pordioseros“, como invitados sorpresa en el Teatro de Flores.

“El sábado, De la Sota y Juez nos dieron la habilitación verbal”, recuerda Palazzo, pero no todo fue tan fácil. El domingo por la tarde, a Córdoba, llegaron padres de víctimas que no querían saber nada con que Callejeros vuelva a subirse a un escenario. “Ahí la Muni tambaleó un poco, no le gustó mucho cómo venía la cosa. Pero el lunes ya teníamos armado el escenario, el martes probamos, el jueves tocamos. Si tardábamos un día más, nos lo iban a voltear”.

Claro, antes del show en Córdoba, a Callejeros le habían suspendido un show en Tucumán. Tenía el ok de la Ciudad de Tucumán y del gobernador, José Alperovich, pero éste último preguntó en Nación y desde el gobierno nacional le bajaron el pulgar al show. Ese concierto iba a ser el 22 de abril, y ya había miles de entradas vendidas que luego fueron devueltas: “A todos lados donde habíamos ido nos trataban como guerrilleros, era una Injustica muy grande que no pudiéramos tocar”, subraya Palazzo, desde Córdoba.

Mientras en Córdoba se seguía con la “rosca” política, en Buenos Aires, se puso en marcha el operativo-recital. Sobrevivientes, padres de víctimas y de sobrevivientes y público en general comenzaron a adquirir las entradas. 21 mil tickets había disponibles, contando los que la organización regaló a sobrevivientes y padres de víctimas y sobrevivientes. En 72 horas,en una distribución que Ticketek envidiaría, estaban los tickets vendidos: “Las entradas se pusieron a la venta el lunes a la tarde y el martes ya se habían agotado”, rememora, orgulloso, el cerebro detrás del “Cosquín Rock”, que en 2017 celebrará su 17ma edición.

“Aquel día estaban todos los escuadrones anti-bombas, muchísima policía y seguridad. Todos estabámos amenazados de muerte, los padres dijeron que iban a quemar Córdoba”, recuerda Palazzo, que cuenta que a él le pusieron un patrullero en su casa, para cuidarlo. “Los chicos entraron en un micro escolar, en el escenario no podía haber ni telas ni nada, por la visual e incluso había un helicóptero patrullando todo desde arriba. La verdad se trató más de un acto político que de un recital de rock”.

Sin embargo, a las 17 del miércoles 21 de septiembre de 2006, Pato, Elio, Juancho, Dios, Maxi y el Cabeza subieron al escenario y comenzaron a tocar “Señales“. “Ese concierto fue como terminar un ciclo”, apunta el productor, que también agrega: “Armamos un palco especial con padres de las víctimas, muchos padres de las víctimas estuvieron en el show. También vino Luis Juez”, remarca, como para entender aquello de “acto político”.

El Cabeza estaba con una remera de la madre, y no paraba de llorar. Pato estaba todo cagado, mudito. Todos estaban rodeados de amigos y familiares”, cuenta José sobre la trastienda de la banda antes de subir a escena y enfrentar el momento de volver a tocar. “Para llegar al escenario fueron en una camioneta custodiada por la policía, como si fueran delincuentes”, señala, aún hoy sorprendido Palazzo y apunta: “Es más, en otra época capaz que hasta los hacían tocar con chaleco antibalas”.

La recaudación de aquel show fue cedida, íntegramente, a la Municipalidad de La Calera, Córdoba, un municipio pequeño, lindero a la gran Ciudad de Córdoba. A diez años, Palazzo, que luego los hizo tocar en la edición 2007 de Cosquín Rock y que produjo las fechas de “Don Osvaldo”, no duda: “Aquella fue mi apuesta más grande, pero era una locura que ellos no pudieran tocar”.