Rock

Hurricane: la canción que liberó a un inocente

Fue una de las pocas canciones de protesta del músico Bob Dylan durante los ‘70s, y cuenta la historia del boxeador Rubin Carter quien fue injustamente juzgado por un triple asesinato y condenado a 18 años de cárcel por un crimen que nunca cometió. El tema del artista fue fundamental para la liberación del hombre. [caption id="attachment_38820" align="aligncenter" width="304" caption="En 1966, Carter tenía el record de 27 victorias, 12 derrotas y un empate en 40 peleas. "][/caption]

En la madrugada del 17 de junio de 1966, el ex-boxeador Rubin “Huracán” Carter pasaba en su auto junto con un amigo, John Artis, por el pueblo de Paterson, Nueva Jersey. Fue una casualidad trágica que esa misma noche ocurrió un triple asesinato en el bar Laffayete, donde dos hombres de color dispararon contra el barman y tres clientes, de los cuales sobrevivió uno llamado Willie Marins, quien perdió la vista de un ojo.

Entre las primeras personas que se acercaron al lugar se encontraba un pequeño criminal llamado Alfred Bello, quien dijo ver salir a dos hombres grandes en un auto blanco. La otra persona que llegó a la escena fue quien advirtió a la policía, una mujer llamada Patricia Graham, que se hospedaba en el segundo piso del bar.

 

[caption id="attachment_38833" align="aligncenter" width="384" caption="Bello, un ladrón de poca monta que dijo reconocer a Carter."][/caption] El auto de Carter tenía un parecido con el descripto por los testigos, excepto que Graham había declarado que el auto que huyó tenía diferentes luces, lo cual no fue tomado en cuenta por la policía. Tanto el boxeador como su amigo fueron detenidos y llevados a la escena del crimen. Sin embargo, no se tomaron huellas digitales, ni se les aplicó un examen de parafina para saber si ellos habían disparado. A las 4 de la madrugada, los policías llevaron a Carter al hospital para ser reconocido por Marins quien pese a no poder ver, reconoció que el boxeador no se parecía en nada a los asesinos.

Luego de ser interrogados, la policía liberó a los hombres, pero meses más tarde Bello les confesó a las autoridades que esa noche él tenía un cómplice llamado Athur Bradley. Ambos aseguraron que los asesinos fueron Carter y Artis, por lo que fueron arrestados y culpados, pese a no haber evidencia alguna.

 

[caption id="attachment_38834" align="alignleft" width="219" caption="Nota de un diario el 13 de mayo de 1967."][/caption] [caption id="attachment_38836" align="alignright" width="192" caption="Nota del 27 de mayo de 1967, cuando se da la sentencia."][/caption]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El primer juicio fue en 1967 y pese a no haber pruebas se los inculpó a ambos con cadena perpetua, aunque algunos habían llegado a pedir la pena de muerte. En 1974 hubo un segundo juicio, donde se volvió a culpar a ambas víctimas, con el único testimonio de Bello y Bradley. El movimiento político y policial de Paterson –pueblo que todavía tenía un dejo racista en la comunidad-, logró que los grandes medios no se enteraran del caso y mantuviese un perfil muy bajo.

Sin embargo, en 1975, el cantante del folk, Bob Dylan recibe por parte de Carter una biografía donde cuenta el caso. En un principio el músico vivió un debate interno, ya que no estaba del todo seguro de la inocencia del boxeador, sin embargo fue a visitarlo a la prisión de Rahway en Woodbridge, Nueva Jersey, donde luego de conocerlo supo la verdad.

[caption id="attachment_38816" align="aligncenter" width="384" caption="Bob Dylan visitó a Carter y luego de conocerlo supo de su inocencia."][/caption]

Instantáneamente y con la ayuda del compositor y director de cine Jaques Levy, Dylan comenzó a escribir una balada de protesta que contaba toda la situación que vivía Carter y los hechos de racismo e injustita que sufrió. Fue gracias a la canción –llamada Hurricane- que el caso tomo fama nacional y muchas comunidades negras del país saltaron en protesta.

En el tour que precedía al disco Desire -1976-, Dylan tocó un recital a beneficio en el Madison Square Garden en el que se recaudó más de 100 mil dólares para ayudar la defensa de Carter. Un mes más tarde, otro concierto en beneficio fue organizado por el músico en el que participaron artistas de la talla de Stevie Wonder, Ringo Starr y Dr John en el Houston Astrodome, llamado Hurricane II. Pese a que no se pudo juntar dinero luego de pagar por el lugar, la unión de los diferentes músicos ayudó a que el caso de Carter adquiriese más conocimiento. Hubo un tercer juicio en 1976, pero se lo volvió a culpar y no fue liberado hasta noviembre de 1985 a los 48 años. El juez fue Haddon Lee Saroki, quien revisó el caso y declaró que la fiscalía “se basó más en el racismo que la razón y el ocultamiento que la revelación”.

[caption id="attachment_38819" align="aligncenter" width="384" caption="La tapa del diario de Paterson del 22 de diciembre de 1976."][/caption]

Hoy en día Carter vive en Toronto, Ontario, donde desde 1993 hasta 2005 fue el director de la Asociación en Defensa de los Erróneamente Condenados. En 1999 se estrenó la película The Hurricane, con Denzel Washington en el papel del boxeador y con la canción de Dylan como tema principal. El caso quedó grabado en la historia porque demostró que el racismo todavía estaba latente en sectores de Estados Unidos hasta pasados los 60’s, y que, en cierto sentido, la música si puede salvar a una persona. Dylan compuso el tema exclusivamente para ayudar a un inocente a salir de la cárcel y logró su cometido.

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Fue una de las pocas canciones de protesta del músico Bob Dylan durante los ‘70s, y cuenta la historia del boxeador Rubin Carter quien fue injustamente juzgado por un triple asesinato y condenado a 18 años de cárcel por un crimen que nunca cometió. El tema del artista fue fundamental para la liberación del hombre.

En 1966, Carter tenía el record de 27 victorias, 12 derrotas y un empate en 40 peleas.

En la madrugada del 17 de junio de 1966, el ex-boxeador Rubin “Huracán” Carter pasaba en su auto junto con un amigo, John Artis, por el pueblo de Paterson, Nueva Jersey. Fue una casualidad trágica que esa misma noche ocurrió un triple asesinato en el bar Laffayete, donde dos hombres de color dispararon contra el barman y tres clientes, de los cuales sobrevivió uno llamado Willie Marins, quien perdió la vista de un ojo.

Entre las primeras personas que se acercaron al lugar se encontraba un pequeño criminal llamado Alfred Bello, quien dijo ver salir a dos hombres grandes en un auto blanco. La otra persona que llegó a la escena fue quien advirtió a la policía, una mujer llamada Patricia Graham, que se hospedaba en el segundo piso del bar.

 

Bello, un ladrón de poca monta que dijo reconocer a Carter.

El auto de Carter tenía un parecido con el descripto por los testigos, excepto que Graham había declarado que el auto que huyó tenía diferentes luces, lo cual no fue tomado en cuenta por la policía. Tanto el boxeador como su amigo fueron detenidos y llevados a la escena del crimen. Sin embargo, no se tomaron huellas digitales, ni se les aplicó un examen de parafina para saber si ellos habían disparado.
A las 4 de la madrugada, los policías llevaron a Carter al hospital para ser reconocido por Marins quien pese a no poder ver, reconoció que el boxeador no se parecía en nada a los asesinos.

Luego de ser interrogados, la policía liberó a los hombres, pero meses más tarde Bello les confesó a las autoridades que esa noche él tenía un cómplice llamado Athur Bradley. Ambos aseguraron que los asesinos fueron Carter y Artis, por lo que fueron arrestados y culpados, pese a no haber evidencia alguna.

 

Nota de un diario el 13 de mayo de 1967.
Nota del 27 de mayo de 1967, cuando se da la sentencia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El primer juicio fue en 1967 y pese a no haber pruebas se los inculpó a ambos con cadena perpetua, aunque algunos habían llegado a pedir la pena de muerte. En 1974 hubo un segundo juicio, donde se volvió a culpar a ambas víctimas, con el único testimonio de Bello y Bradley. El movimiento político y policial de Paterson –pueblo que todavía tenía un dejo racista en la comunidad-, logró que los grandes medios no se enteraran del caso y mantuviese un perfil muy bajo.

Sin embargo, en 1975, el cantante del folk, Bob Dylan recibe por parte de Carter una biografía donde cuenta el caso. En un principio el músico vivió un debate interno, ya que no estaba del todo seguro de la inocencia del boxeador, sin embargo fue a visitarlo a la prisión de Rahway en Woodbridge, Nueva Jersey, donde luego de conocerlo supo la verdad.

Bob Dylan visitó a Carter y luego de conocerlo supo de su inocencia.

Instantáneamente y con la ayuda del compositor y director de cine Jaques Levy, Dylan comenzó a escribir una balada de protesta que contaba toda la situación que vivía Carter y los hechos de racismo e injustita que sufrió. Fue gracias a la canción –llamada Hurricane- que el caso tomo fama nacional y muchas comunidades negras del país saltaron en protesta.

En el tour que precedía al disco Desire -1976-, Dylan tocó un recital a beneficio en el Madison Square Garden en el que se recaudó más de 100 mil dólares para ayudar la defensa de Carter. Un mes más tarde, otro concierto en beneficio fue organizado por el músico en el que participaron artistas de la talla de Stevie Wonder, Ringo Starr y Dr John en el Houston Astrodome, llamado Hurricane II. Pese a que no se pudo juntar dinero luego de pagar por el lugar, la unión de los diferentes músicos ayudó a que el caso de Carter adquiriese más conocimiento.
Hubo un tercer juicio en 1976, pero se lo volvió a culpar y no fue liberado hasta noviembre de 1985 a los 48 años. El juez fue Haddon Lee Saroki, quien revisó el caso y declaró que la fiscalía “se basó más en el racismo que la razón y el ocultamiento que la revelación”.

La tapa del diario de Paterson del 22 de diciembre de 1976.

Hoy en día Carter vive en Toronto, Ontario, donde desde 1993 hasta 2005 fue el director de la Asociación en Defensa de los Erróneamente Condenados. En 1999 se estrenó la película The Hurricane, con Denzel Washington en el papel del boxeador y con la canción de Dylan como tema principal.
El caso quedó grabado en la historia porque demostró que el racismo todavía estaba latente en sectores de Estados Unidos hasta pasados los 60’s, y que, en cierto sentido, la música si puede salvar a una persona. Dylan compuso el tema exclusivamente para ayudar a un inocente a salir de la cárcel y logró su cometido.