Guía de Viaje: Milán, “Tu nombre clave es María Maggi de Magistris”

Moda, fútbol, arquitectura y el entierro clandestino del cádaver de Eva Perón, ¿qué tiene Milan para atraernos?



Milán es una ciudad fantástica.  Tal vez cuando uno piensa cuando piensa en Italia, ciudades como Roma, Venecia o Florencia son los primeros nombres que se nos vienen a la cabeza.  Por supuesto que para los amantes del fútbol también podría integrar está lista Nápoles. Pero esto no le quita mérito a Milán que, como les dije, es una ciudad increíble. 

Por ejemplo, si cuando viajás te gusta hacer shopping, en Milán te vas a divertir muchísimo. Es una de las capitales mundiales de la moda y tiene calles repletas de negocios de las más conocidas marcas del mundo con ropa para todos los presupuestos. 

Si, en cambio, el consumo no es lo tuyo y te gusta más la movida cultural, la ciudad tiene un patrimonio inmenso de lugares para conocer y disfrutar. Museos, pinacotecas, sitios históricos, ruinas, uno de los teatros de ópera más famosos del mundo y numerosos eventos culturales la convierten en una capital artística vibrante. Dos datos interesantes dan cuenta de esto. El primero es que en esta ciudad podemos apreciar una de las pinturas más famosas del mundo: La última cena, de Leonardo Da Vinci. Otro tal vez más desconocido: en la Pinacoteca Ambrosiana puede verse el famoso Códice Atlántico, también de Leonardo, una de las obras escritas más importantes del Renacimiento. 

“La Última Cena”, el popular cuadro de Leonardo Da Vinci, está en Milan

Difícil pensar en Milán y no pensar en fútbol. La ciudad cobija a dos de los clubes más importantes de Italia y del mundo: el Milán y el Inter. Ambos, con una rica historia y un palmarés envidiable (tanto a nivel local como europeo), comparten el Estadio Giuseppe Meazza, también llamado San Siro, catalogado por la UEFA como «estadio élite» que es verdaderamente impresionante. Una visita a la ciudad en clave futbolera debe incluir una visita obligada a este campo de juego.

Las actualidades de ambos equipos son discímiles. Mientras el Inter peleó el Scudetto -que se llevó por novena vez consecutiva la Juventus- y buscará un lugar en la final de la Europa League ante el Manchester United, el Milan vaga sin rumbo hace más de una década. Este torneo que pasó dio algunas señales de recuperación, pero aún le falta en una reconstrucción que ya lleva más tiempo del esperado para uno de los gigantes del fútbol de Europa.

Pero la ciudad también se destaca a nivel arquitectónico, con algunos edificios clásicos deslumbrantes como la Catedral de Milán, la Galleria Vittorio Emanuele II o el Teatro alla Scala. También se destaca la zona de nuevos desarrollos alrededor de la Piazza Gae Aulenti, obra del arquitecto argentino César Pelli. Allí se ubica, por ejemplo, el edificio más alto de Italia. Pero si de arquitectura se trata, una visita a la capital de Lombardía no puede estar completa sin recorrer el Cementerio Monumental, que hace honor a su nombre. Un espacio verdaderamente increíble más parecido a un museo al aire libre que a un cementerio en el sentido tradicional. Cada lápida es una auténtica obra de arte.

La impactante galería “Vittorio Emanuele II” es el Shopping más viejo de la Ciudad y lleva el nombre del Primer Rey de Italia.

Pero este no es el único cementerio célebre de la ciudad. El otro, el que no está incluido generalmente en los recorridos turísticos corrientes, es el Cementerio Mayor de Milán. Allí estuvo enterrado durante 14 años el cuerpo de Eva Perón. La historia de cómo su cuerpo llegó allí es una de las páginas trágicas de nuestro siglo veinte. Vamos a contarla brevemente.

Eva Perón muere en julio de 1952. Luego de inmensas exequias seguidas por el pueblo de luto, su cuerpo fue embalsamado y conservado en la CGT, mientras se llevaba a cabo la construcción del espacio que se creía sería su lugar de descanso definitivo. Pero en 1955 un golpe de Estado derroca a Perón y el cuerpo de Eva se convierte en un botín.  Un grupo comando secuestra el cadáver y lo somete a toda clase de vejámenes durante meses. Finalmente, en medio de disputas internas al golpe sobre qué hacer con el cuerpo, se decide sepultarlo clandestinamente. Se deciden por la ciudad de Milán aprovechando los lazos que unían a sacerdotes castrenses con el Vaticano y el papa Pio XII. 

El cuerpo de Eva fue santificado casi a su muerte y luego vejado de todas las maneras posibles cuando Perón fue derrocado en el ’55.

La identidad del cuerpo de Eva fue borrada bajo el nombre falso de María Maggi de Magistris entre 1957 y 1971, con la intención de impedir que su tumba se convirtiera en un espacio de peregrinación. Sin embargo su memoria tuvo revancha y allí donde estuvo sepultada (en la tumba 41 del campo 86) hay, desde el año 2005, un cenotafio que la recuerda con su nombre real y que se convirtió en un lugar de culto.

El “Cementerio Maggiore di Milano”, el lugar dónde estuvo el cuerpo de Eva Perón durante 14 años, enterrada con otro nombre.

Por Pablo Romeo*