La tarea de reunir a un puñado de artistas en un estudio de grabación no suele ser sencilla. Prioridades, intereses, compromisos, voluntades; un rejunte difícil de alinear en pos de un propósito unánime. Pero a mediados de los ochenta, el reconocido músico y activista Harry Belafonte se propuso congregar a las grandes estrellas de la industria con el objetivo de grabar una canción que pudiera recaudar fondos para combatir el hambre en África. El nuevo documental de Netflix, The Greatest Night in Pop, es un retrato fílmico de aquella noche histórica, donde el poder de la música se hizo tangible para todo el mundo.
En 1984, Bob Geldof y el escocés Midge Ure crearon el supergrupo Band Aid con la intención de combatir la hambruna que hacía estragos en Etiopía. Artistas británicos e irlandeses (Phil Collins, George Michal, Bono y los Duran Duran, solo por mencionar algunos) unieron fuerzas y lanzaron el sencillo “Do they know it’s Christmas?”.
Juntos somos mejores
Inspirado en el proyecto solidario, Belafonte impulsó la conformación de una versión norteamericana para continuar la labor humanitaria en un continente afligido por el hambre, el sida y las guerras civiles.
Mientras Lionel Richard y Michael Jackson trabajaban en la composición del tema, Belafonte continuaba reclutando músicos con la ayuda del célebre manager Ken Krager: Quincy Jones se comprometió como productor, y el sí contundente del songwriter Kenny Rogers ayudaba a darle notoriedad al proyecto.
En la era previa a la existencia de los emails y la telefonía celular, convocar a las superestrellas de la época era una tarea titánica. Bruce Springsteen se encontraba en medio de un exitoso tour internacional con “Born in the U.S.A.”, Stevie Wonder seguía sumergido en su trabajo con la banda de sonido de “The woman in red” (una comedia romántica dirigida por Gene Wilder) y Bob Dylan siempre había sido una figurita difícil de conseguir.
Prince fue el gran ausente de la noche a pesar de haber participado de los American Music Awards
La lista de cantantes comprometidos con la causa no dejaba de crecer y el destino les ofreció una oportunidad única: los distinguidos American Music Awards. Las grandes figuras del momento estarían presentes para participar de la gala de premiación más importante de la época para la industria discográfica estadounidense.
A partir de ese momento, el documental dirigido por Bao Nguyen expone imágenes inéditas de la mejor noche del pop -una velada inolvidable que logró la convocatoria más grande de la historia cediendo intereses personales o económicos-. Desde un tímido, por momentos incómodo, Bob Dylan hasta la joven y frenética Cyndi Lauper, acompañados por íconos como Ray Charles y Billy Joel. El 28 de enero de 1985, más de cuarenta artistas se encerraron toda una noche para regalarle al mundo no una canción, sino un himno: We are the world.
Como advertencia, Quincy Jones pegó un papel en la entrada del estudio con la frase: dejá tu ego en la puerta. El mensaje se captó instantáneamente, y a pesar de esperables discrepancias o rispideces, todos terminaron abrazados -exhaustos también- intercambiando autógrafos desnudando su fanatismo recíproco.
En momentos donde se divulgan valores exorbitantes de ganancias para el negocio de la música, The Greatest Night in Pop se luce como un recordatorio de los alcances de una canción y su fuerza para transformar la vida de las personas.
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