Por Ignacio Vázquez

Palmeiras y Botafogo combatieron hasta el último segundo del tiempo suplementario y gracias a una genialidad del número 10 del Verdão fue que se decidió, por la mínima diferencia, el primer cruce de octavos de final del Mundial de Clubes.

En un partido meritorio de una final de Copa Libertadores, se disputó cada pelota como si fuera la última, 31 faltas demostraron la intensidad de ambos equipos, por consecuencia llegaron empatados sin goles al término de los 90 minutos reglamentarios. Un encuentro duradero y sufrido para ambas parcialidades que aportaron la pasión brasileña en suelo estadounidense.

Primer clasificado a los cuartos y a la espera del ganador entre Benfica y Chelsea, los paulistas ya embolsaron 40 millones de dólares en recompensas por haber logrado este acontecimiento. Paulinho resolvió el choque con una brillantez: recibió abierto por derecha y con su pierna izquierda se infiltró en el área rival y encontró un remate raso abriendo su zurda con la cara interna que con un leve desvío en la punta del botín de Alexander Barboza se insertó en la red anunciando la victoria de los dirigidos por Abel Ferreira.

Psulinho (#10, Palmeiras)

Aunque su próximo adversario está sin confirmar, el enfrentamiento será disputado el viernes 4 de julio a las 22 horas en el Lincoln Field, Filadelfia. A pesar de ello, el Alviverde sufrirá una baja sensible ya que su defensor titular y capitán, el paraguayo Gustavo Gómez, vió la tarjeta roja después de acumular dos amarillas durante todo el juego.

El Fogão no logró continuar su camino hazañoso luego de haber vencido en fase de grupos al flamante campeón de Champions League, Paris Saint-Germain y dejando atrás al Atlético Madrid del Cholo Simeone. Sin embargo murió de pie y brindó pelea hasta el final.