Unos minutos antes de lo anunciado en redes sociales, las luces del Art Media se apagan y la tenebrosa intro empieza a sonar. El reloj marca las veintiuna horas clavadas y el escenario es invadido por Roy Mayorga, Eliot Lorango, Lola Colette y Zach Throne. Los músicos son los primeros en ingresar en tanto que Jerry Cantrell lo hace al final con lentes negros, su larga cabellera rubia y una leve sonrisa.
Su carrera como solista comienza a fines del siglo pasado con el disco “Boggy Depot” (1998), pero queda en pausa casi veinte años por sus demás compromisos. Es por eso que la lluviosa y fresca noche del domingo marcaba su debut en Argentina con este formato. Más Seattle imposible el clima.
El periplo que lo trajo hasta aquí inicia en Estados Unidos con algunos conciertos y continúa con su presencia en el festival Primavera Fauna de Chile. A diferencia de lo ofrecido en USA, para esta pierna sudamericana Cantrell no cuenta con un plantel completo. La ausencia del experimentado cantante Greg Puciato, que en este álbum no tuvo la misma participación que en “Brighten” (2021), permitía dar lugar a ciertas especulaciones. Las mismas quedaron sin efecto desde el primer acorde.
Si querías sangre la conseguiste
“I Want Blood” es el quinto disco de estudio Jerry Fulton Cantrell Jr. y fue publicado el 18 de octubre del corriente. Es decir, hace menos de un mes. Para la grabación del mismo, Cantrell contó con invitados de la talla de Duff McKagan y Robert Trujillo, entre otros. El tema que abre esta placa -también fue el primer sencillo de difusión- se llama “Vilified” fue el número uno de un total de diecinueve que tendría la lista.
Zach Throne, el segundo guitarrista y quien ocupó el lugar del mencionado Puciato, sorprendió con sus dotes como cantante. Si bien su voz estaba un poco alta en el comienzo, se acomodó en el transcurso de la noche. Al mismo tiempo Roy Mayorga daba una clase magistral desde su batería en tanto que Eliot Lorango completaba la sólida base slappeando su bajo y haciendo coros.
Por su lado, Cantrell mantiene una parca actitud y solo atina a moverse unos pasos muy cerca de su micrófono. Sin embargo, sonríe y agradece en varios pasajes por la efusividad con la que lo recibió el público argentino. En un punto solo pide disculpas y dice que esperaba que no hayan sonado muy desprolijos los temas nuevos, que recién los estaban tocando por primeras veces.
Las mismas no se notaron, o se notaron poco, porque las ganas de ver al nacido en Tacoma superaban cualquier desperfecto. Es más, a pesar del poco tiempo que pasó desde la salida el disco, los asistentes corearon enérgicamente los riffs de “Afterglow” -que menos a Mayorga tuvo a toda la banda cantando en simultaneo- y el tema homónimo.
Alicia encadenada
El show de Jerry Cantrell está terminando y la intro de “Rooster” es coreada por todo el público presente. Mientras un pibe saca un cartel pidiendo una púa y otros dos prenden un encendedor, las casi mil personas que coparon Art Media cantan el “oh oh oh” que abre y cierra el clásico incluido en “Dirt” (1992). No es un riff de guitarra, tampoco un silbido ni un ritmo alegre. Todo lo contrario: son la agonía, la densidad y una historia de secuelas post guerra plasmadas en una canción. Esos sentimientos grungeanos de Seattle flotan en el aire y son bien recibidos, la magia de la música en vivo.
Para esta versión, Jerry hizo las partes de las voces de Layne Staley, algo que no pasa en Alice in Chains. La presencia al frente de su tecladista Lola Colette con una acústica y toda la banda cantando al unísono, menos el baterista, nos hacen sentir por un momento en el MTV Unplugged. Sería injusto recalar solamente en eso porque Cantrell no vive del pasado con su agrupación de Seattle, pero sin duda fue uno de los momentos cumbres en la presentación del guitarrista norteamericano.
A seis años de su última actuación en el país, justamente con Alice, visitó estas pampas de la mano de su flamante lanzamiento discográfico, el cual defendió tocando seis canciones de un total de nueve que lo conforman. Tras renovar las credenciales con los argentinos y demostrar que no se vive sólo de la nostalgia, prometió volver a venir. ¡Te esperamos, Jerry!
Fotos cortesía DF Entertainment.
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