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En busca de zafar de la Promoción ganó el menos peor

Gimnasia le ganó a Huracán 2-0, Lucas Castro y Claudio Graf, en La Bombonera y jugará la promoción frente a San Martín de San Juan, mientras que el Globo descendió a la segunda división.

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Todas las miradas del miércoles estaban puestas en River, ya que el Millonario jugaba la promoción con Belgrano de Córdoba, pero mientas los ojos están puestos en la promoción pocos se acordaron de que Huracán y Gimnasia iban a ser los protagonistas de una verdadera final: El que ganaba se quedaba un rato más en primera y tenía derecho a jugar un partido de ida y vuelta con San Martín de San Juan por la permanencia, mientras que el que perdía, iba a tener que conformarse con un descenso “decoroso”, ya que a partir de la próxima temporada iba a ser un equipo de la B Nacional.

[caption id="attachment_25039" align="aligncenter" width="480" caption="Gimnasia, en esto de sufrir, ya tiene un master."][/caption] Once contra Once, y hasta el 1-0, que fue a los 15’, el equipo platense fue muy superior, Huracán no era rival, Gimnasia tenía ambición. Después del 1-0 llegaron las expulsiones de Darío Soplán y Javier Campora, en ese momento la cabeza de los jugadores del Huracán hizo “click”, se dieron cuenta de que estaban descendiendo, y empezaron a jugar con el corazón más allá que con la razón.

El corazón del Globo fue más que la superioridad numérica de Gimnasia, tanto en el marcador como en la cancha. Al final del primer tiempo Huracán ya había emparejado el partido, pero cuando parecía que iba con todo en busca del empate el tiempo ya estaba cumplido.

Lo mejor que le pudo pasar a Gimnasia fue que terminara el partido, tenía dos hombres de más y no tenía respuestas, parecía un equipo de fútbol infantil, no habría la cancha, no tocaba, se las daba siempre al contrario, y encima corrían todos tras de la pelota como locos, sin convicción.

Once contra nueve en el segundo tiempo y el Lobo no podía cerrar el partido, es por eso que tenía que sufrir. El corazón de Guillermo Barros Schelotto, el mejor de la cancha, y el alma inmune de Fabián Rinaudo fueron la manija de un equipo que jugó mal, pero aún así fue superior al rival.

Gimnasia tiene una vida más, como la tuvo Huracán el sábado pasado después de estar descendido durante cinco minutos. Gimnasia deberá viajar a San Juan, pero eso no significa que sea merecedor de este premio. El menos peor de los dos equipos se ganó el derecho a jugar la promoción. No hay mucho más que eso.

Dos equipos con grandes dificultades, tanto deportivas como institucionales. Hoy lo vive Rosario Central, hizo todo mal, y jugará otra temporada más en la B. Huracán va camino a seguir los pasos del conjunto rosarino. Gimnasia sigue vivo, no por mucho más tiempo.

 

Gimnasia le ganó a Huracán 2-0, Lucas Castro y Claudio Graf, en La Bombonera y jugará la promoción frente a San Martín de San Juan, mientras que el Globo descendió a la segunda división.

Todas las miradas del miércoles estaban puestas en River, ya que el Millonario jugaba la promoción con Belgrano de Córdoba, pero mientas los ojos están puestos en la promoción pocos se acordaron de que Huracán y Gimnasia iban a ser los protagonistas de una verdadera final: El que ganaba se quedaba un rato más en primera y tenía derecho a jugar un partido de ida y vuelta con San Martín de San Juan por la permanencia, mientras que el que perdía, iba a tener que conformarse con un descenso “decoroso”, ya que a partir de la próxima temporada iba a ser un equipo de la B Nacional.

Gimnasia, en esto de sufrir, ya tiene un master.

Once contra Once, y hasta el 1-0, que fue a los 15’, el equipo platense fue muy superior, Huracán no era rival, Gimnasia tenía ambición. Después del 1-0 llegaron las expulsiones de Darío Soplán y Javier Campora, en ese momento la cabeza de los jugadores del Huracán hizo “click”, se dieron cuenta de que estaban descendiendo, y empezaron a jugar con el corazón más allá que con la razón.

El corazón del Globo fue más que la superioridad numérica de Gimnasia, tanto en el marcador como en la cancha. Al final del primer tiempo Huracán ya había emparejado el partido, pero cuando parecía que iba con todo en busca del empate el tiempo ya estaba cumplido.

Lo mejor que le pudo pasar a Gimnasia fue que terminara el partido, tenía dos hombres de más y no tenía respuestas, parecía un equipo de fútbol infantil, no habría la cancha, no tocaba, se las daba siempre al contrario, y encima corrían todos tras de la pelota como locos, sin convicción.

Once contra nueve en el segundo tiempo y el Lobo no podía cerrar el partido, es por eso que tenía que sufrir. El corazón de Guillermo Barros Schelotto, el mejor de la cancha, y el alma inmune de Fabián Rinaudo fueron la manija de un equipo que jugó mal, pero aún así fue superior al rival.

Gimnasia tiene una vida más, como la tuvo Huracán el sábado pasado después de estar descendido durante cinco minutos. Gimnasia deberá viajar a San Juan, pero eso no significa que sea merecedor de este premio. El menos peor de los dos equipos se ganó el derecho a jugar la promoción. No hay mucho más que eso.

Dos equipos con grandes dificultades, tanto deportivas como institucionales. Hoy lo vive Rosario Central, hizo todo mal, y jugará otra temporada más en la B. Huracán va camino a seguir los pasos del conjunto rosarino. Gimnasia sigue vivo, no por mucho más tiempo.