Cuando Atlético Rafaela logró el ascenso a Primera División, el entrenador Oscar “Cachin” Blanco buscó experiencia y para el puesto de arquero se reforzó con Ángel David Comizzo. La noticia habrá afectado a Ezequiel Medrán, el juvenil de inferiores que había sido titular en la campaña del ascenso. No obstante, en el fútbol no hay nada dicho y finalmente, el hombre de la casa volvió a quedarse con el puesto. Sus buenas actuaciones a pesar del descenso de la “Crema” lo llevaron a Boca. El entrenador ”Xeneize” por aquel entonces era Miguel Ángel Brindisi, quien no estaba del todo convencido con las actuaciones de un tal Wilfredo Caballero. El destino siempre guarda sorpresas: Brindisi renunció en el verano tras una derrota ante River, Caballero realizó una estupenda carrera en Europa, y Medrán sólo jugó 11 partidos en dos años bajo la sombra de Roberto Abbondanzieri. No obstante, había sentado un precedente: los arqueros de Atlético Rafaela darían que hablar.
Marcelo Barovero ni siquiera recuerda cómo empezó a atajar. Sabe, eso sí, que el inicio de su carrera tuvo lugar en Porteña Asociación Cultural y Deportiva, club que juega en la Liga Regional de San Francisco. “Trapito” vivía en Córdoba, y a los 11 había rechazado la posibilidad de jugar en Newell’s por la lejanía con su hogar. No obstante, a los 14 encontró lugar en la pensión de Atlético Rafaela y comenzó a destacar en las inferiores. Tanto llamó la atención que un año más tarde le llegó la citación de José Pekerman y Hugo Tocalli para entrenar con las Selecciones Juveniles. Así comenzó a perfeccionarse, mientras el entrenador de arqueros de Atlético, Carlos Goyén -campeón de América con Independiente- lo preparaba para descolgar centros: “Una vez que dominas tu área chica, ya tenes confianza en vos y podés salir al área grande con mucha confianza. Goyén me enseñó eso”. Como si fuera poco, en Ezeiza un tal Ubaldo Matildo Fillol lo fusilaba una y otra vez para pulir sus reflejos. Para cuando Medrán emigró a Boca, Barovero ya estaba listo para hacerse dueño del arco. Le ganó el puesto a Rodrigo Burela, se transformó en pieza clave y permaneció hasta 2007, cuando Antonio Mohamed se fijó en él para atajar en Huracán. A pesar de haber brillado en otros equipos como Vélez y River, “Trapito” hoy juega en Necaxa de México y asegura: “lo único que me importa es cómo van Atlético Rafaela y Necaxa”.
Primero Darío Capogrosso y luego Gabriel Airaudo fueron los dueños del arco los años siguientes, hasta que un rafaelino demostró estar listo. Una vez más, el titular era un jugador surgido de las divisiones inferiores: Guillermo Sara debutó en 2009 y fue una pieza fundamental para el regreso a Primera en 2011. En la máxima categoría se estrenó de la mejor manera: en su primer torneo atajó tres penales. En el segundo, obtuvo el récord de atajar dos en un mismo partido. José Sand fue su víctima. Ante su gran nivel, la venta al Betis de España se presentó como una gran oportunidad económica para el club. Hoy arquero de Boca Juniors, Sara reconoce que en Atlético Rafaela jugaba demasiado acelerado por su cantidad de intervenciones, mientras que en el club de La Ribera debe mantener la calma, sentirse relajado. Siempre que puede, regresa a Rafaela, y además, declara que una vez retirado su futuro y el de su familia estará en aquella ciudad tranquila y que tanto cariño le brindó.
Tras la aparición de Sara, el número de arqueros surgidos en Rafaela que daban un salto a clubes grandes comenzó a ser una novedad. El propio arquero de Boca cree que: “Después de las apariciones de Medrán y de Barovero, se nos dio la chance a los chicos del club. Porque se dieron cuenta de que los muchachos de inferiores podíamos atajar. Obviamente que hay un trabajo detrás. Atlético es un gran lugar para empezar como arquero. Además, te patean mucho y te mostrás”.
Que Rafaela es tierra de buenos arqueros pareció confirmarse cuando Axel Werner jugó sólo 14 partidos en Atlético y se ganó la venta al Atlético Madrid, la convocatoria a los Juegos Olímpicos 2016 y un año a préstamo en Boca. Estudiante de Comunicación Social y apasionado por la lectura, Werner jugó en todas las Selecciones juveniles argentinas y ya se prepara para ganarse un lugar en el fútbol europeo. Sobre su breve paso por Atlético Rafaela, expresó: “Fue quien me dio el empujón y la posibilidad de vivir todo lo que me tocó este año. Yo remarco siempre que Atlético fue más que el trampolín, fue el que me preparó en inferiores, me dio la chance de debutar en Primera y es el responsable de todo lo que me pasó”. Cosas del destino, hoy comparte el arco de Boca junto a su viejo compañero Sara: “con Guille compartí mucho tiempo, tuve la posibilidad de entrenar bastante, de crear un vínculo”.
Pero la historia no termina ahí. La Selección Argentina Sub-20 se encuentra en Ecuador disputando el Campeonato Sudamericano, y el arquero pertenece a… Atlético Rafaela. Ramiro Macagno tiene apenas cuatro partidos en Primera División, pero justamente fueron esos los que le permitieron sacarle ventaja a sus competidores por el arco, Facundo Cambese (Banfield) y Franco Pétroli (River). No obstante, vale aclarar que Macagno, cordobés como Barovero, no surgió de Atlético Rafaela, sino que llegó de Instituto.
El repertorio de arqueros surgidos de la casa seguro continuará. Matías Tagliamonte, con 18 años, es quien permite que Atlético acumule 13 años consecutivos con guardametas del club en el plantel profesional. Estuvo a un paso de ir al Sudamericano Sub-17 disputado en 2015, y mientras mira al alemán Manuel Neuer como referencia, sueña con escribir su propia historia. Hugo Cossa, el emblema que con 60 años atajó en la Liga Rafaelina, cree que las condiciones están dadas para que el semillero siga dando frutos: “El día que a un arquero joven le tienen que dar el arco de Atlético, a un técnico le quita responsabilidad. Sabe que viene de un proceso anterior con muchos arqueros del club, que es algo de la casa. No le pesa”.
Por Alan Alberdi
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