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Música y Mundial: pasiones de todos, suerte de pocos

Durante la antesala del Mundial Rusia 2018, en Rock 'N Ball te contamos la vida musical de jugadores que dejaron su huella en la historia de los mundiales

La música y el fútbol son pasiones de multitudes, son las vías de escape y regocijo de una gran masa popular que, en el caso deportivo, tiene su clímax durante un mes cada cuatro años. Algunos pocos personajes a lo largo de toda la historia se pudieron dar el lujo de pasar por un mundial y además tener una vida ligada al rock y a la música en general. Como en Rock ‘N Ball entendemos de pasiones, te contamos la historia de algunos de estos sujetos.

Germán “Mono” Burgos

Sin dudas si cualquiera piensa en una rápida asociación entre el rock y el fútbol se le viene a la cabeza el nombre del Mono Burgos. Un hombre con una amplia trayectoria deportiva en la que consiguió varios títulos locales con River Plate e incluso una Copa Libertadores, etapa que lo catapultó a Europa. Su primera estadía en el viejo continente fue atajando para el Mallorca y más tarde pudo conseguir el ascenso a la primera división española con el Atlético Madrid en el 2001, donde finalmente se retiró en la temporada ’03 debido a un cáncer de riñón.

No menos importante, y es lo que lo coloca al Mono como figura dentro de este suplemento, fueron sus participaciones en las Copas Mundiales de Francia 1998 y de Corea-Japón 2002, en las que defendió a la Argentina. Pese a su consagrada carrera en el balompié, su corazón le tiró siempre para el rock ya desde los tempranos ’90, cuando era jugador de Ferrocarril Oeste, con su grupo de covers llamado La Piara, en el que interpretaba canciones de Pappo, Ratones Paranoicos y los Rolling Stones.

Los hechos marcan que el portero argentino cuenta con cuatro discos de estudio: Jaque al rey (1999), Fasolera de tribunas (2000), Líneas calientes (2002) y Abismos (2005); con distintos integrantes y cambio de nombre del grupo entre medio debido a los viajes que le demandaba su carrera profesional. El rock and roll, hard rock y el blues fueron las melodías que interpretó Burgos durante sus bandas, una de ellas llamada Burgos Simpatía (un tiempo después renombrada The Garb) en honor al tema “Sympathy for the Devil” de los stones.

Paul “Gazza” Gascoigne

Marcado por una infancia dura y una vida complicada, Gascoigne fue uno de los mejores centrocampistas ingleses de su tiempo. Debutó como profesional en el Newcastle en el año 1985 y estuvo allí hasta el 1988 donde fue transferido al Tottenham con el pase más caro en el fútbol inglés hasta ese momento, tras haber sido premiado como “mejor jugador juvenil del año” por su desempeño en la temporada 1987/88.

Su gran nivel lo llevó a ser convocado a la selección de Inglaterra y su cita mundialista fue Italia 1990, en la que fue elegido dentro del 11 ideal de aquella copa. Sin embargo, y a lo que aquí ocupa, también tuvo ligazón con el mundo del rock más allá de haberse peleado con Liam Gallagher en un bar de Londres. Durante sus años dorados, Gascoigne participó en el tema “Fog on the Tyne” del grupo Lindisfarme e impulsó con tanta magnitud el track que fue el segundo más vendido en el Reino Unido. También colaboró con New Order junto al resto de sus compañeros de selección para cantar “World in Motion”, el tema que la banda dedicó al combinado inglés para el Mundial Italia ’90.

Gaizka Mendieta

Referente e ídolo indiscutido de la historia del Valencia con un paso de nueve años en el club. Volante de marca, luchador y con experiencia mundial. Entre sus pergaminos se encuentran los títulos alcanzados con su equipo de referencia en 1999 donde ganó la Copa del Rey y la Supercopa locales, una carrera arrasadora que lo llevó a ser la segunda transferencia más cara en la historia del club hasta el momento en que lo vendió a la Lazio, detrás del argentino Claudio López.

Al traspasar la frontera española su carrera frenó el vigoroso crecimiento que llevaba, pero le bastó a Mendieta para jugar en el Barcelona durante la temporada 2002/03 bajo el mando de Louis Van Gaal y ser titular indiscutido en la Selección de España del Mundial Corea-Japón 2002, en el que le marcó un gol a Sudáfrica. Tras retirarse del fútbol en el Middlesbrough inglés optó por comenzar una carrera en lo que hasta ese entonces era sólo un hobby y formó el grupo Gasteiz Gang, una banda compuesta por DJ’s con la que logró girar por Europa y que apenas fue la precuela de su carrera solista, la que tiene su nicho esencial en los boliches londinenses. Con la consola en lugar del balón, el ex-mundialista vasco no se ha alejado del mundo fútbol ya que con su nueva profesión musicalizó las finales de Champions League 2016 en Milán -Real Madrid vs Atlético de Madrid- y 2017 en Cardiff -Real Madrid vs Juventus-.

Faustino “Tino” Asprilla

Excéntrico, goleador e incomparable figura colombiana de la década del ’90. El delantero tuvo una larga trayectoria desde el Cúcuta Deportivo donde debutó hasta que colgó los botines en Estudiantes de La Plata, con pasos por el Parma donde le quitó el invicto de 58 fechas al AC Milan y fue propuesto para el Balón de Oro, el Newcastle tras el que sonó para incorporarse al Real Madrid pero una lesión en su rodilla lo impidió y la Universidad de Chile donde en un entrenamiento lanzó tiros al aire para alentar a sus compañeros que se preparaban para pelear el campeonato.

La vida de Tino siempre estuvo atravesada por la farándula y se intensificó luego de su retiro, pero durante su auge previo al Mundial de Estados Unidos 1994 grabó una canción en conjunto con el Grupo Niche, la agrupación de salsa más famosa en Colombia que le había dedicado una canción poco antes de la cita mundialista a la que llegaba como figura. Con toda su personalidad le puso la voz para el baile a “Tino y gol” pero no bastó para que tuviera un buen desempeño, tal como le pasó en el Mundial Francia 1998 donde llegaba como máximo artillero de su país en las eliminatorias pero una pelea con el Director Técnico durante el primer partido en tierras francesas frente a Rumania culminó con su expulsión de la concentración colombiana.

Johan Cruyff

Poco se puede agregar de una figura que es una eminencia mundial. Partícipe necesario del “fútbol total” en la “Naranja mecánica” que fue la selección de Holanda en el Mundial de Alemania Federal 1974 donde Cruyff y compañía salieron subcampeones; figura futbolística durante largos años en el Ájax de su país y en el FC Barcelona; tres veces Balón de Oro; mente planificadora de una táctica, identidad y forma de hacer las cosas dentro del campo de juego y, además, cantante.

En el año 1969 ya acumulaba 4 títulos locales pero su vitrina aún estaba vacía en comparación a la vista final de su carrera, quizás esta relativa falta de masividad fue la que le permitió darse un gusto personal y ese mismo año lanzar “Oei oei oei (Dat was me Weer een Loei)”, cuya traducción aproximada sería “Eso fue una pena, otra vez“. La canción fue catalogada estilísticamente como propicia para pasar en bares y cantinas y refleja la esencia de la música que predominaba en la época para los encuentros públicos de las personas. Años después el astro continuaría su crecimiento exponencial que lo llevó a ser campeón mundial de clubes en varias ocasiones (incluyendo una visita a Avellaneda para enfrentar a Independiente en la final intercontinental de 1972) y a refundar las tácticas de juego con la concentración puesta en la tenencia de balón, superpoblación de la mitad de la cancha y juego ofensivo, dejando como principal heredero a su ex dirigido Josep Guardiola.