“Sin Messi, no hay nada”. La sentencia es del corazón de las negociaciones y obliga a abrir los ojos. La demanda de un nombre de entrenador -lógica porque históricamente las operaciones para contratar un conductor se basaban en sentarse con un director técnico y su representante y se terminaba- no encaja con los tiempos y con las necesidades de la Comisión Normalizadora que la FIFA puso para reorganizar la AFA. Puede estar Diego Simeone desistiendo en conferencia de prensa. O Jorge Sampaoli peleándose en Sevilla. O Carlos Bianchi y Ramón Díaz autopostulándose. Pueden haber mil nombres y tías de barrio que se candidateen, pero antes, aunque la ansiedad carcoma, hay que resolver algunos pasos.
Tres partes tiene la negociación que se llevará a cabo la semana que viene en Europa -a cargo de Armando Pérez, presidente de Belgrano, y de Javier Medin, miembro del Departamento de Legales de Boca y vice de la CN- y todo empieza y termina en Messi.
Es un triángulo el que hay que enfrentar donde cada uno de los vértices, a la vez, depende de otro. Suena complejo, pero puede entenderse desde un modelo de negociación que cuenta con tres partes: a) Messi; b) el entrenador; c) los sponsors. La gira por Europa incluye reuniones con todas las partes.
A) MESSI
Habiendo pasado la bronca por la derrota contra Chile, Lionel Messi empezó a respirar y, en su inhalación, recordó sus enojos acumulados por los desórdenes de la AFA (esos que publicó en Instagram, que aclaró en una conferencia de prensa, y, sobre todo, los que no dijo). Convencerlo para que vuelva a jugar es una necesidad que responde a dos cuestiones: primero, a lo futbolístico, de un equipo que lo necesita como sea; segundo, a lo económico, ya que, tal como graficó Guillermo Tofoni, CEO de World Eleven (organizador de los partidos de la Selección), “Messi representa el 50% de las ganancias”.
Entonces, lo central es convencer a Messi de que la AFA pasará a ser una organización “seria y ordenada”. La intervención de la FIFA y de la Conmebol (ambas con nueva cúpula) no alcanza para que el 10 advierta un cambio fuerte. Por eso, la elección del director técnico es determinante: no fue él, pero sí Javier Mascherano -socio y, en muchos casos, vocero de de su compañero de Barcelona- quien le marcó a Armando Pérez que era muy importante la necesidad de alguien con perfil europeo. Lo mismo le confió el entorno del Jefecito al Gobierno Nacional, con quien él ya mostró cercanías en varias ocasiones: fue la figura de la candidatura a los Juegos de la Juventud y a 19 días de la elección presidencial dio una charla con Mauricio Macri en la Jefatura de Gobierno de Buenos Aires. La elección es clave.
Entonces, la vuelta de Messi depende, en parte, del entrenador.
B) ENTRENADOR
Elegir un buen técnico es determinante, pero un buen técnico sale dinero y la plata de AFA hoy no alcanza para pagar un contrato de un entrenador como se estima debiera cobrar quien represente a la Selección número uno en el ranking FIFA. Sea Sampaoli, Simeone, Pochettino, Berizzo o el que sea -más allá de los que ya se bajaron- requieren un dinero importante. El exentrenador de Chile, además, tiene una cláusula y, desde ahí, se abre una negociación. Con dinero que surja de los sponsors y del Gobierno -versiones de un lado y del otro confirman y desmienten si la gestión nacional se meterá económicamente con este tema, aunque sea el propio Estado el que negoció con la FIFA la formación de la Comisión Normalizadora y el repartidor de dinero para los clubes-, se le ofertará a Sevilla (no está claro si será la cláusula completa o cuánto). Si no es Sampaoli, ese dinero será necesario.
Entonces, la decisión del entrenador depende de los sponsors.
C) SPONSORS
En Europa, habrá una reunión cumbre con Adidas, aunque esa no será la única marca con la que se establecerán conversaciones. Además, deberán reverse los amistosos pautados hacia 2017, que incluye giras que generan mucho dinero, por ejemplo, en Rusia. La empresa de ropa deportiva tiene que liquidarle una plata a la AFA que supera los 25 millones de dólares. La discusión está en los tiempos de cuándo debe abonarlo: si es cuando la AFA se normalice, si es cuando la FIFA lo determine, si es cuando los papeles lo anuncian. La Comisión Normalizadora viaja para convencer a la entidad alemana de que les pague ahora. Con ese dinero y plata que financiaría el Gobierno (aunque, vale repetir, algunas fuentes lo niegan), se ofertaría al entrenador -Sampaoli o el que sea-.
El problema es que los sponsors harán una pregunta clave a los representantes de AFA: ¿Messi vuelve? Con el 10, Argentina llegó a mercados emergentes como China, Estados Unidos, India y Bangladesh. En la renegociación de contratos, la presencia de Leo es determinante. Para Adidas, incluso, vale más: Messi juega en Barcelona que tiene como sponsor a Nike, pero el 10 está patrocinado por Adidas y, en Argentina, juega con una camiseta de dicha marca, lo que es clave para la venta de camisetas de la entidad alemana. Sin Messi, la cuestión es complicada.
Entonces, la decisión de los sponsors depende de Messi.
La fórmula dicta: A depende de B, B depende de C y C depende de A. Ese entramado requiere algo clave: habilidad suprema para organizar los puntos de la mejor manera posible para que la triple negociación llegue a buen puerto, en un contexto de una entidad con mala imagen y mala prensa. Pérez y Medín son los anchos de esta historia de negocios.
Por Ezequiel Scher
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