Una de las cosas más difíciles en el fútbol es ganarte el cariño de propios y ajenos. Generalmente, este deporte es indiferente, y hasta incluso hostil con quienes defienden otros colores, con el que viene de afuera. Pero Jürgen Klopp genera ese quien sabe qué en el fanático futbolero que hace que todos sean hinchas de sus equipos. Un hombre divertido, excéntrico, alocado. Un estratega con un estilo ofensivo, veloz, dinámico, de esos que el lírico disfruta sentarse a ver. Una persona con una enorme mentalidad ganadora, con una firme ideología de conciencia de clases, y con unos valores de pertenencia con los clubes de tradición obrera.
Sin haber sido un gran futbolista en su carrera, Klopp sentía en él mismo grandes condiciones para ser entrenador. “Tenía el talento para la quinta división y la mente de la Bundesiga. El resultado fue una carrera en segunda división”, declaró a The Guardian en 2013. Esas cualidades que él tenía, se empezaron a ver en el 2001, cuando asume como entrenador del Mainz 05, su primer equipo, que militaba en el ascenso alemán. Ese mismo año, el equipo se salva del descenso a la tercera división, y a partir de ahí comienza la gran montaña rusa de la era Klopp. Logró el ascenso en 2004 a la Bundesliga, clasificó a la Copa de la UEFA 2005/06 -metiendo al club por primera vez en una copa internacional- y sufrió su primer gran golpe como entrenador, descendiendo en el año 2007.
Durante su época como entrenador del equipo carnavalero del suroeste de Alemania se empezó a conocer su faceta política. En el año 2007, durante el gobierno liberal-conservador de Horst Köhler, Klopp marcó su postura: “Soy de izquierdas, por supuesto. Más de izquierdas que de centro. Creo en el estado del bienestar. No tengo seguro privado y nunca votaré a quien prometa bajarle los impuestos a los más ricos. Si hay algo que nunca haré en mi vida es votar a la derecha”, declaró al diario Die Tageszeitung en 2007. Este tipo de posturas lo hicieron aún más popular entre los hinchas, cuyo club y ciudad tiene orígenes entre los obreros de la industria cristalera y los trabajadores vitivinícolas.
En julio de 2008, el entrenador llegó a un alicaído Borussia Dortmund, que en aquella época coqueteaba con el descenso. En ese momento empezaba historia de amor que volvería a poner a los mineros de carbón en lo más alto. A puro “heavy metal”, el Dortmund de Klopp conquistaría la Bundesliga en 2011, y conseguiría el primer doblete de su historia (liga y copa) en 2012, con el récord de ser el primer equipo en superar los 80 puntos en una temporada. Fue una época en la que se rompió con la hegemonía del Bayern Munich, que empezó a comprar a los jugadores del equipo aurinegro para pelear los campeonatos. De hecho, este ultimo dato no lo dejó pasar por alto el entrenador: “El Bayern Múnich es como los chinos en el mundo de los negocios. Miran lo que otros están haciendo y lo copian, solo que con más dinero”.
En el plano internacional, la Kloppneta volvería a las competencias europeas en el año 2009 después de 9 años. En 2013 sería la primera derrota en finales internacionales del entrenador. Sin embargo, tanto el equipo como los hinchas mostraron un gran carácter, y el orgullo de estar de vuelta en los primeros planos internacionales. “Fuimos un digno finalista, hemos sido el mejor rival del Bayern en esta Champions”, declaró el DT luego de su primer intento fallido de levantar la orejona. El Borussia Dortmund buscó levantar cabeza rápido y plantarse en el plano local, donde a lo largo de la era Klopp consiguió 5 títulos (dos ligas, 1 copa y 2 supercopas).
El 8 de octubre del 2015, en el Estadio Anfield, Jürgen Klopp era presentado como nuevo entrenador del Liverpool. Desde su primera conferencia de prensa había algo especial en él que atrapó a los fanáticos. Ese dia se presentó de una manera muy peculiar: “Hay un ‘Special One’ y luego estoy yo, que podría ser ‘The Normal One’”. Esa frase era una clara referencia a José Mourinho, quien en esa época era entrenador del Chelsea, que venía de conseguir la última Premier League. Un entrenador que rompió con todos los estereotipos del fútbol inglés, que reavivó el espíritu ganador del gigante de la Premier y se ganó al hincha rápidamente. “Me gusta lo que en Alemania llamamos “fútbol inglés”: día lluvioso, cancha pesada, 5-5, todos con la cara embarrada, que se van a casa y después no pueden jugar durante semanas”, declaró en su presentación.
En sus primeros 8 meses gestó una revolución en el club. El equipo llegó a la final de la Europa League 2015/16, perdiendo el partido decisivo frente al Sevilla de España. Por otro lado, en la Premier League no logró mejorar mucho la posición en la que estaba el club cuando llegó. Los Reds terminaron octavos y no clasificaron a ninguna copa. Sin embargo, dirigentes e hinchas notaron algo distinto, tanto en el equipo como en el entrenador, por lo que no dudaron ampliarle nuevamente el contrato hasta 2022. El nuevo estilo de juego se identificaba mucho con los fanáticos, y Klopp lo sabía: “Si los espectadores quieren emociones, pero tú les ofreces una partida de ajedrez, alguna de las dos partes tendrá que buscarse un estadio nuevo. Los 60.000 aficionados que llenan las gradas no vienen para pasar el rato. ¡Quieren pasión!”.
Las siguientes dos temporadas serían de un crecimiento exponencial tanto en el juego como en resultados. El Liverpool terminaría la temporada 2016/17 en el cuarto puesto, clasificando a la Champions League. La temporada siguiente llegaría a la final de la Copa de Campeones, donde perdió frente al Real Madrid en el Estadio Olímpico de Kiev. Otra vez el entrenador quedó al borde de la gloria y al conjunto inglés se le escapó de entre las manos la sexta Champions de su historia. Pero Klopp entendió que, con un equipo joven como el que tenía, y las grandes mejoras en el juego, la Copa no era un sueño imposible: “Traeremos la Copa de Europa de vuelta a Liverpool, estoy seguro”.
El 2019 fue el año de Klopp. Con un Liverpool imparable, los Reds se adueñaron del mundo conquistando la Champions, Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes de ese año. Se convirtió en el equipo favorito del mundo entero, con el estilo de juego aceitado a la perfección, y figuras como Mohamed Salah y Sadio Mané que hacían goles de todos los gustos, formas y colores. Lo único que no pudo conquistar fue la Premier League, donde el Liverpool quedó segundo con 97 puntos, detrás del Manchester City. A partir de ese momento se volvió una obsesión para el club volver a conquistar el titulo que le llevaba esquivo los últimos 30 años. Sin embargo, Klopp no dejó pasar las declaraciones de Guardiola sobre que es más importante ganar la liga que la Champions: “Para Guardiola es más importante la Premier porque lleva años sin jugar esta final”.
Pero el 2019 no fue el año de Klopp solamente en el plano futbolístico. El año pasado, Inglaterra vivió un año electoral, donde la agenda política estaba atravesada por el Brexit. La victoria de Boris Johnson en diciembre de ese año fue el empuje final hacia la separación del Reino Unido de la Unión Europea. La ciudad de Liverpool fue una de las que presentó mayor oposición a esta separación. Esta postura, obviamente, se reflejó en el club y su entrenador, quien nunca eludió las cuestiones políticas.
En una conferencia de prensa en septiembre de 2019, el entrenador del Liverpool fue consultado sobre el Brexit. Primero, Klopp marcó que no es la persona adecuada para hablar sobre el tema, y así hizo su primera reflexión: “Ese es el problema, la gente escucha a las personas inadecuadas. Por eso ocurren este tipo de cosas, por eso Trump es el presidente de los Estados Unidos”. Luego siguió: “No es la solución. La Unión Europea no es perfecta, no lo fue y no lo será. Pero sí es la mejor idea que hemos tenido”. “Cuando muchos países poderosos se unen está todo bien. Cuando nos separamos y vamos en dirección contraria ocurren los problemas. Lo hemos aprendido así a lo largo de la historia”, continuó el alemán. A su vez, señaló que “los partidarios del Brexit eran muy ruidosos, tenían publicidad en los autobuses, por todos lados… Y los otros pensaban que no tenían que hacer nada porque la gente decidiría con sentido común”. Por último, hizo una fuerte crítica al ex Primer Ministro británico David Cameron, impulsor de la separación: “Dividió al país al instante en cuanto hizo la pregunta”.
En el 2020 el Liverpool logra el título tan ansiado durante las últimas 3 décadas: la Premier League. En una campaña sin precedentes hasta el momento, se consagró 7 fechas antes de la finalización del torneo. Además, logró un invicto de 27 partidos y solamente perdió 2 encuentros en lo que va del campeonato. Sin embargo, fiel a su estilo, Klopp ya piensa en la temporada que viene y en como afrontará la “defensa” del título: “Manchester City, Chelsea y United serán muy fuertes la próxima temporada. Están en muy buena forma y está claro. Tottenham y Arsenal no se quedarán dormidos, lo mismo que el Leicester. No iremos a defender el título, sino a atacarlo”.
El entrenador lleva 19 años de trayectoria. Un loco del futbol, que piensa y siente este deporte como pocos. Un director técnico carismático, que logra ganarse el cariño en cada suelo que pisa. Una mentalidad ganadora, pero siempre manteniendo los pies sobre la tierra y recordando de donde viene. Una persona que a donde vaya sentirá el calor de los hinchas aclamando su nombre. El es Jürgen Klopp, el hombre que nunca caminará solo.
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