Ball

Conviene pero no convence

Luego de algo más de un año en el club, Luis Zubeldía ha entrado en negociaciones con un Racing Club que no ha demostrado firmes convicciones de renovar, ni de finalizar el vínculo. La Academia se enfrenta ahora a una decisión incómoda y deberá responderse a la siguiente pregunta: ¿Es Zubeldía un entrenador a la altura de la institución? El blondo DT, llegó a Racing suplantando a una estatua viviente como Alfio Basile, quien a pesar de ser adorado por el público blanquiceleste, no tuvo una buena última etapa y debió irse con mucha más pena que gloria. Los primeros partidos de Zubeldía fueron a mediados del Torneo Clausura 2012 y se tomaron a modo de transición, esperando la llegada de una nueva temporada con aires de cambio en el plantel. Entre esta lógica de pensamiento y la buena campaña en la Copa Argentina, la sucesión de empates y derrotas que colmó sus primeros encuentros, fue soslayada. Su segundo torneo, el Inicial 2012, significó la mejor campaña del ex fachero entrenador. Sumó 33 puntos promoviendo a Centurión , Vietto, Fariña y Zuculini no sólo al plantel de Primera División, sino a ser parte estructural del equipo titular. Más tarde se sumaría De Paul. Aquel Racing terminó el torneo en la quinta posición, con 9PG 6PE y 4PP. En lo que va del Final 2013, Racing ha caido en la intrascendencia total, ganando la misma cantidad de partidos que pierde y empata. No logra plasmar una idea de protagonismo en ningún estadio, poblando la mitad de la cancha de jugadores defensivos entre los que Zucculini termina adelantándose y jugando de Lampard para no jugar a cocochito de Bolatti y Pelletieri, que no hacen otra cosa que chocarse. De esta manera, la responsabilidad ofensiva queda pura y exclusivamente en la frescura y rapidez de sus prometedores delanteros. En sus últimas declaraciones, el joven entrenador aclaró que es consciente de haber rendido por debajo de lo esperado este torneo y, por alguna razón, comparó a su equipo con Newell's: "La deuda más grande que tengo es no poder llegar a la estética o forma de jugar que tiene Newell’s, pero podemos encontrar la nuestra con características de Racing". A buen entendedor... Zubeldía cuenta con una ventaja poco común respecto a sus colegas. Goza de una excelente prensa. El periodismo en general ha depositado en el ex Lanus un perfil de hombre trabajador, de bajo perfil y alta jerarquía. En este sentido, es la antítesis de Ricardo Caruso Lombardi. Sobre todas las pálidas que le ocurran, será tratado siempre con benevolencia. Los números finales de Zubeldía no son nada auspiciosos para un equipo grande con pretensiones de protagonismo. Ha ganado 17 partidos, empatado 10 y perdido 15 encuentros. En definitiva, ha perdido casi la misma cantidad de partidos que los que ganó y lo hizo sin lograr nunca una identidad definida de juego que justifique una renovación incuestionable. Por otro lado, se trata de un entrenador rentable. Su tendencia a promocionar jóvenes jugadores, en plena ebullición de mercados poco tradicionales que mueven millones de dólares de dudosa procedencia, es una tentación constante para los dirigentes que ven llegar ofertas multimillonarias por jugadores que no han demostrado todavía valerlos. Esta situación sumada a las terrenales pretensiones que suele tener el DT a la hora de los fichajes, le cierra bastante a las siempre flacas arcas del fútbol argentino. En definitiva, la dirigencia de Racing deberá ver si continúa con un entrenador sin mística, sin gloria, sin ideas claras pero con buena prensa, rentable, buen trato con su plantel y altamente combinable con las divisiones inferiores. La opinión en las gradas, está dividida.  

Luego de algo más de un año en el club, Luis Zubeldía ha entrado en negociaciones con un Racing Club que no ha demostrado firmes convicciones de renovar, ni de finalizar el vínculo. La Academia se enfrenta ahora a una decisión incómoda y deberá responderse a la siguiente pregunta: ¿Es Zubeldía un entrenador a la altura de la institución?

El blondo DT, llegó a Racing suplantando a una estatua viviente como Alfio Basile, quien a pesar de ser adorado por el público blanquiceleste, no tuvo una buena última etapa y debió irse con mucha más pena que gloria. Los primeros partidos de Zubeldía fueron a mediados del Torneo Clausura 2012 y se tomaron a modo de transición, esperando la llegada de una nueva temporada con aires de cambio en el plantel. Entre esta lógica de pensamiento y la buena campaña en la Copa Argentina, la sucesión de empates y derrotas que colmó sus primeros encuentros, fue soslayada.

Su segundo torneo, el Inicial 2012, significó la mejor campaña del ex fachero entrenador. Sumó 33 puntos promoviendo a Centurión , Vietto, Fariña y Zuculini no sólo al plantel de Primera División, sino a ser parte estructural del equipo titular. Más tarde se sumaría De Paul. Aquel Racing terminó el torneo en la quinta posición, con 9PG 6PE y 4PP.

En lo que va del Final 2013, Racing ha caido en la intrascendencia total, ganando la misma cantidad de partidos que pierde y empata. No logra plasmar una idea de protagonismo en ningún estadio, poblando la mitad de la cancha de jugadores defensivos entre los que Zucculini termina adelantándose y jugando de Lampard para no jugar a cocochito de Bolatti y Pelletieri, que no hacen otra cosa que chocarse. De esta manera, la responsabilidad ofensiva queda pura y exclusivamente en la frescura y rapidez de sus prometedores delanteros.

En sus últimas declaraciones, el joven entrenador aclaró que es consciente de haber rendido por debajo de lo esperado este torneo y, por alguna razón, comparó a su equipo con Newell’s: “La deuda más grande que tengo es no poder llegar a la estética o forma de jugar que tiene Newell’s, pero podemos encontrar la nuestra con características de Racing”. A buen entendedor…

Zubeldía cuenta con una ventaja poco común respecto a sus colegas. Goza de una excelente prensa. El periodismo en general ha depositado en el ex Lanus un perfil de hombre trabajador, de bajo perfil y alta jerarquía. En este sentido, es la antítesis de Ricardo Caruso Lombardi. Sobre todas las pálidas que le ocurran, será tratado siempre con benevolencia.

Los números finales de Zubeldía no son nada auspiciosos para un equipo grande con pretensiones de protagonismo. Ha ganado 17 partidos, empatado 10 y perdido 15 encuentros. En definitiva, ha perdido casi la misma cantidad de partidos que los que ganó y lo hizo sin lograr nunca una identidad definida de juego que justifique una renovación incuestionable.

Por otro lado, se trata de un entrenador rentable. Su tendencia a promocionar jóvenes jugadores, en plena ebullición de mercados poco tradicionales que mueven millones de dólares de dudosa procedencia, es una tentación constante para los dirigentes que ven llegar ofertas multimillonarias por jugadores que no han demostrado todavía valerlos. Esta situación sumada a las terrenales pretensiones que suele tener el DT a la hora de los fichajes, le cierra bastante a las siempre flacas arcas del fútbol argentino.

En definitiva, la dirigencia de Racing deberá ver si continúa con un entrenador sin mística, sin gloria, sin ideas claras pero con buena prensa, rentable, buen trato con su plantel y altamente combinable con las divisiones inferiores. La opinión en las gradas, está dividida.