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Travesía nacional, capítulo II: para ir aprendiendo

Sportivo Belgrano cayó ante Huracán por 1 a 0 en un partido que no le fue para nada cómodo. Sin la ayuda de sus mayores virtudes y en una cancha difícil e histórica sufrió una derrota que, sin embargo, sirve para aprender. El equipo aún no está engrasado y el camino nacional recién comienza.

No era lo deseado para el equipo sanfrancisqueño, pero el partido de hoy era previsible: un grande del fútbol argentino como lo es Huracán no iba a dejar que un recién ascendido le saque los tres puntos tan fácil. Al contrario, el Globo se aprovechó del nerviosismo verde y, sin demasiadas ideas, le ganó con holgura y con la camiseta. De todos modos, pese a haber dominado en general los 90 minutos de juego, el gol llegó recién a los 4 del complemento de la mano de Juan Arraya en una jugada engorrosa.

El equipo de Sportivo Belgrano, parece, se sintió solo, nervioso, perdido. Como suele pasar entre los debutantes (porque el de hoy fue otro debut, el primer gran desafío como visitante en esta travesía). Sin su público, en una cancha dura y hasta con relatores que parecían no haber leído la lista de nombres del plantel cordobés antes de sentarse a relatar. El Indio Verino, la figura del encuentro ante Ind. Rivadavia, lo fue también hoy. Pero su nivel bajó, como el de todo el equipo.

El partido de hoy era para Juan Pablo Francia, el 10 sanfrancisqueño. A un equipo con potencial ofensivo como Huracán hay que moverle la pelota, jugarla, ponerlo nervioso. Cosa que bien sabe hacer el Gordo. Pero las cosas no salieron y la cosa se puso fea desde el principio, cuando Verino salió mal y Germán Mandarino casi rompe las telarañas del palo derecho visitante. El gol llegó algo sucio, con agarrones varios y tras algunos despejes fallidos. Porque Huracán ganó, sí, pero no le sobraron ideas.

Y está bien, Sportivo. Está bien porque este camino es nuevo y desconocido (aunque varios de sus jugadores ya conozcan la B Nacional, la Verde no, y pesa). Está bien porque el cuerpo técnico trabaja, el club también y los hinchas apoyan. Está bien porque esta caída, sin dudas ante uno de los más grandes de la categoría, sirve para aprender a jugar contra esos equipos: sin achicarse, cuidando la pelota en la mitad de la cancha y aguantando cuando hay que aguantar. Y los cambios de Carlos Mazzola apuntaron a mejorar en esos tres puntos.

La próxima cita será igual o más dura que esta: se espera a un Banfield que ambiciona volver a la Primera División de la mano de Matías Almeyda. Pero será en San Francisco, donde la Verde pierde poco y donde las tribunas y los espacios son otros.

 

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