Cachetazo al alma el que recibieron los Cuervos, incluso peor que la temprana eliminación con River en la copa. Después de tanto buscar, San Lorenzo había encontrado un 9 que pagaba con goles y juego lo que el hincha buscaba de él. Martín Cauteruccio le marcó un lindo tanto a Central, pero fue lo último que pudo hacer hasta abril del año que viene.
Sin el ex Quilmes, el único jugador de características similares que hay en Boedo es Rodrigo Contreras, un juvenil de 17 años con pocos minutos en Primera y perseguido por las lesiones. De hecho, el domingo, en Reserva, sufrió un pequeño desgarro. Esta falencia hizo que Pizzi solicitara la llegada de otro 9, pero el Santo llevado gastados aproximadamente $35 millones en refuerzos y los números están ajustados.
Hasta ahora, la mejor racha ganadora del Ciclón se dio terminando el Torneo Final. Relegado Jara, afuera también Stracqualursi por bajo rendimiento, Pizzi apostó por los ligeros Correa y Verón. No le fue mal: ganó siete partidos (uno por Copa Argentina), empató cuatro, no perdió, y los pibes fueron figuras. Quien en ese recambio era titular pero se lesionó hasta fin de temporada fue Villalba, que en sólo tres encuentros marcó dos goles y también se destacó.
Dicho esto, y conociendo la inviersión hecha por el Matador en el receso más el pasivo que aun mantiene el club, suena lógico que San Lorenzo se las arregle con lo que tiene, que no es poco. Afuera de la Sudamericana, prendido en el Inicial y a sólo dos partidos de una eventual consagración en Copa Argentina, no parece una necesidad vital la llegada de otro delantero. Cabe destacar que, además, jugadores como Elizari, Romagnoli, Ruiz, Piatti o Cavallaro (aun no debutó), también se pueden sumar al ataque.
Pero la lesión de Caute duele. Porque el uruguayo, hasta el momento, era el goleador del torneo con cinco tantos. San Lorenzo es, detrás de River, el equipo que más veces tuvo al máximo artillero de un torneo AFA; pero dicha situación no se da desde el Clausura 2001, cuando Bernardo Romeo gritó 15 tantos y un título. Con Cauteruccio la ilusión renació y se desvaneció rápidamente inmersa en esa hermosa promesa. ¿Quién debe ocupar su lugar?
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