Fue 2 a 0, con goles de Santiago Silva y Augusto Fernández respectivamente. Con este resultado el Clausura eliminó el único asterisco que tenía y el Fortín superó en la tabla a River por un punto, jugadas diez fechas del campeonato. Mientras, San Lorenzo sumó su cuarto partido en el que fue derrotado y la misma cantidad de choques sin ganar.
El partido de por sí tenía dos condimentos muy particulares. El principal era que las tribunas estaban vacías, algo tristísimo. El otro era que los dos tiempos a disputarse durarían 42 minutos, por los que ya se habían jugado en Liniers el día de la suspensión. Pero el cotejo comenzó y entre los claros gritos de los jugadores y algunos dirigentes que había en las tribunas llegaron algunas ocasiones de gol.
Entre ellas se vieron dos remates de Salgueiro de afuera del área, ambos desviados. En Vélez se vio alguna combinación entre Moralez, Ricky Álvarez y Silva, con un Martínez un tanto desconectado en el primer tiempo. Los primeros minutos tuvieron sus llegadas de ambos, pero de a poco el partido entró en una meseta y se tornó aburrido.
Fue quizás el Fortín quien mereció un poco más en la primera parte, pero no hizo lo suficiente para sacar ventaja. Se destacó más que nada su trabajo defensivo. Pasó lo mismo con el Ciclón, que salvo alguna acción de Salgueiro o una pincelada de Romagnoli no hizo demasiado. Como siempre, se nota y mucho en el equipo cuando Ortigoza interviene poco o está errático.
Así se fue el primer tiempo, con sabor a poco. Ya en el segundo la cosa cambiaría. Ingresó Menseguez por Velázquez (¿Balsas versión paragua?) pero jamás se conectaría ni con Salgueiro ni con Romagnoli. Vélez a través de un inspiradísimo Álvarez empezaría acorralar a San Lorenzo. Lo tuvo Cubero que tropezó al patear y luego el Burrito Martínez, que a pesar de no haberse asociado mucho con sus compañeros cada vez que hace la individual genera peligro.
Y en ese acorralamiento llegó el primer semigrito (semi sólo porque no se escuchó el particular desahogo de una hinchada en un partido). Pelota en profundidad para Silva a espaldas de Tula, el yorugua recibió en el área, se acomodó y remató fuerte y cruzado a la derecha de Migliore, era un justo 1-0.
Todo el que vio el partido esperó la reacción de San Lorenzo, tanto de sus jugadores como de su DT, y quizá atinó a sospechar de una posible influencia en el encuentro de la seguidilla de partidos de Vélez, lo que beneficiaría inherentemente al Ciclón. Nada de eso ocurrió. Por el contrario, pareció que San Lorenzo se había puesto en ventaja y Vélez era el que lo tenía que ir a empatar. Romagnoli recibía la pelota sin compañía y era devorado por una segurísima defensa.
Ya en el final, San Lorenzo tuvo una pelota parada en la mitad de la cancha y en el interín ingresó Augusto Fernández por Maxi Moralez. Fue centro de Aureliano el área que controló Barovero y sacó un cantragolpe que culminó con un tiro a la red del ingresado ex River, para estampar el 2-0 definitvo.
Así Vélez se trepó a la punta que, a pesar de su compromiso copero, lo tiene en soledad y como el gran equipo a vencer, por resultados y buen juego. San Lorenzo recibió goles por primera vez como visitante y también su primera derrota. Lleva 4 sin ganar, tiene poco volumen de juego y ya casi perdió esa suerte que le podía jugar alguna inspiración individual. Ramón Díaz no encuentra el rumbo y el equipo le está diciendo adiós al campeonato. Salvo algun cataclismo futbolístico que lo ponga de nuevo de pie, parece estar empezando a culminarse el segundo ciclo del Pelado.
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