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Siga, siga

Mientras las bombas caen, la pelota rueda por un césped que parece estar ajeno al conflicto bélico entre Palestina e Israel por la soberanía de la Franja de Gaza. Jóvenes europeos, como lo era Mahmoud Sarsak en 2009, estarán disfrutando, “sufriendo” y soñando cada partido de la Eurocopa Sub 21 que comenzará este 5 de junio y que se llevará a cabo en tierras israelíes. Un país que hace algunos años convive con la guerra. Mientras hoy los muchachos menores a 21 años sueñan con la gloria, hace aproximadamente cuatro años, Sarsak, por aquel entonces un joven jugador de la Selección de Palestina, era apresado por el ejército israelí, y esa fantasía  de convertirse en un gran profesional empezaba a diluirse. Su destino era Cisjordania, ciudad en la que el equipo nacional de Palestina realizaría sus entrenamientos. Pero Sarsak nunca llegó. El ejército israelí lo arrestó en la terminal de Erez (paraje fronterizo entre Israel y la franja de Gaza), acusándolo de formarte parte de la Yihad islámica, un grupo terrorista islamista. Lejos de tener una causa legítima, fue encarcelado por ser un “combatiente ilegal”. 373015_577546558943235_1107838660_n No tuvo derecho a un abogado, ni a visitas, pero si fue torturado en los interrogatorios. Razón por la cual debió ser internado en cinco oportunidades. Ya cansado de una falta de respuestas, Sarsak, junto con algunos  prisioneros que estaban en una condición similar a la de él, decidieron comenzar el 19 de marzo de 2012 una huelga de hambre. La suya duró tres meses, tiempo en el cual pasó de los 76 a los 45 kg. y en el que se desarrolló una campaña internacional en ayuda a la causa, de la cual participaron deportistas y otras personalidades. El 10 de julio de 2012 fue liberado y pudo regresar a su hogar. Hace algunos meses se encontró con ésta noticia y su opinión al respecto fue casi previsible. Su sueño de volver a ser un  profesional del fútbol aún está lejano y la decisión por parte de la UEFA de realizar un torneo Sub-21 en Israel (sede elegida en 2011, en plena condena de Sarsak) parece alejarlo aún más. “Total esto es fútbol. Siga, siga”.

Mientras las bombas caen, la pelota rueda por un césped que parece estar ajeno al conflicto bélico entre Palestina e Israel por la soberanía de la Franja de Gaza. Jóvenes europeos, como lo era Mahmoud Sarsak en 2009, estarán disfrutando, “sufriendo” y soñando cada partido de la Eurocopa Sub 21 que comenzará este 5 de junio y que se llevará a cabo en tierras israelíes. Un país que hace algunos años convive con la guerra.

Mientras hoy los muchachos menores a 21 años sueñan con la gloria, hace aproximadamente cuatro años, Sarsak, por aquel entonces un joven jugador de la Selección de Palestina, era apresado por el ejército israelí, y esa fantasía  de convertirse en un gran profesional empezaba a diluirse.

Su destino era Cisjordania, ciudad en la que el equipo nacional de Palestina realizaría sus entrenamientos. Pero Sarsak nunca llegó. El ejército israelí lo arrestó en la terminal de Erez (paraje fronterizo entre Israel y la franja de Gaza), acusándolo de formarte parte de la Yihad islámica, un grupo terrorista islamista. Lejos de tener una causa legítima, fue encarcelado por ser un “combatiente ilegal”.

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No tuvo derecho a un abogado, ni a visitas, pero si fue torturado en los interrogatorios. Razón por la cual debió ser internado en cinco oportunidades.

Ya cansado de una falta de respuestas, Sarsak, junto con algunos  prisioneros que estaban en una condición similar a la de él, decidieron comenzar el 19 de marzo de 2012 una huelga de hambre. La suya duró tres meses, tiempo en el cual pasó de los 76 a los 45 kg. y en el que se desarrolló una campaña internacional en ayuda a la causa, de la cual participaron deportistas y otras personalidades.

El 10 de julio de 2012 fue liberado y pudo regresar a su hogar. Hace algunos meses se encontró con ésta noticia y su opinión al respecto fue casi previsible.

Su sueño de volver a ser un  profesional del fútbol aún está lejano y la decisión por parte de la UEFA de realizar un torneo Sub-21 en Israel (sede elegida en 2011, en plena condena de Sarsak) parece alejarlo aún más. “Total esto es fútbol. Siga, siga”.