Con el último Gran Premio de Hungría culminó la primera mitad del campeonato 2013 de la Fórmula Uno, que tiene en la cima al alemán Sebastian Vettel. Este año, y en esta parte del calendario, no tiene una gran diferencia con el resto de los pilotos como ha pasado en otros torneos, pero tampoco se encuentra a cuarenta puntos del líder, como lo fue el año pasado. Por suerte para él, el último titulo lo consiguió básicamente por sus fantásticos resultados en la segunda parte del año (con aquellas cuatro victorias consecutivas en suelo asiático), algo que no necesita de manera imperiosa estos últimos cuatro meses de competencia.
La realidad marca que el coche del alemán no siempre fue el más veloz en clasificación (Mercedes logró 7 poles, contra las 3 de RB), pero tuvo un arma fundamental: la contundencia en carrera. Los domingos, el RB9 fue el que generalmente marcó el camino, quizás aprovechando la excesiva degradación de los neumáticos de las flechas de plata, que con el correr de las vueltas caían estrepitosamente en las posiciones. Igualmente, no por eso debemos minimizar lo hecho por el equipo austríaco, más si nos basamos en las estadísticas: obtuvieron 6 de los 10 records de vuelta (tres Mark Webber y tres Vettel), y fueron el equipo más ganador, con 4 victorias, todas del alemán.
Además, cuando no ganó, el niño maravilla siempre llegó dentro de los cuatro primeros (salvo en Gran Bretaña, donde la transmisión lo dejó a pie mientras lideraba…), logrando terminar dos veces cuarto y tercero, mientras que la restante fue su segundo puesto en Mónaco. Esta regularidad lo catapultó a la punta del campeonato, la que agarró en la segunda competencia del año (Malasia) y hasta ahora no soltó.
Esta regularidad fue la que justamente no tuvieron sus rivales: su más inmediato perseguidor, Kimi Raikkonen (Lotus), alternó buenas actuaciones, donde fue candidato a la victoria, y otras en donde pasaba prácticamente desapercibido por el medio del pelotón, logrando pocos puntos.
La mejor carrera del finés fue en la apertura del mundial, donde consiguió un valiosísimo triunfo en Australia. Luego, comenzó con las idas y venidas: un sexto puesto en Malasia, que se contrastó con los tres podios consecutivos que hilvanó (siendo 2º) en China, Bahrein y España, para después en las tres carreras siguientes solo sumar 13 unidades, que sería lo equivalente a un cuarto puesto en solo un GGPP. Finalmente, el Lotus volvió a ser competitivo en Alemania y Hungría, donde nuevamente consiguió dos sendos podios en el segundo lugar para volver al sitio de escolta en el campeonato, que había perdido en manos de Fernando Alonso, superándolo por un punto. Sin embargo, quedó algo lejos de (¿su próximo compañero de equipo?) Vettel, a 38 unidades. Eso sí, continua con el record de más carreras consecutivas llegando en los puntos, que comenzó en Bahrein el año pasado y que hasta ahora llega a 27.
¿Pesará en Kimi la posible incorporación al equipo que dominó la máxima los últimos tres años para poder pelearle el torneo a Vettel? Es una incógnita, que iremos develando con el correr de las carreras.
El tercero en discordia es Fernando Alonso. El español (al igual que el año pasado) terminó la primera mitad del año con un coche que no es de los mejores, algo que si sucedió en las competencias iniciales, donde logró sus dos triunfos (China y España), que podrían haber sido más si no sufría diversos problemas como el ocurrido con el DRS en Bahrein mientras perseguía a Vettel, o la mala decisión del equipo de mantenerlo en pista en Malasia con la trompa rota, algo que lo acabó dejando en la leca.
En las últimas carreras Alonso fue descendiendo en las posiciones: 2º en Canadá, 3º en Gran Bretaña, 4º en Alemania y 5º en Hungría, lugar donde el propio español criticó a las arcas de su equipo, al quejarse del andar del coche, en medio de los rumores que justamente surgieron ese fin de semana sobre su posible traspaso a Red Bull.
Por ahora, el español se encuentra a 39 puntos de Vettel, más de una carrera y media de diferencia, que sencillamente se pueden acortar con buenas actuaciones de uno y abandonos del otro. Puede pasar, aunque por como vienen los Red Bull es difícil que suceda…
El equipo que peor la pasó con los neumáticos y que hasta realizó un polémico test con ellos fue Mercedes, que con Lewis Hamilton ocupan el cuarto lugar del mundial. El inglés contó con un coche que a una vuelta fue el más rápido (siete poles en total, con las últimas tres suyas de manera consecutiva), pero que a la hora de recorrer una gran cantidad de kilómetros caía estrepitosamente, más que nada en las primeras competencias. Luego de la tan discutida práctica en Barcelona con Pirelli, parece que los teutones pudieron entender más y mejor al compuesto, consiguiendo tres victorias en las últimas cinco carreras, y afianzándose en la segunda posición del mundial de constructores, aunque un poco lejos de Red Bull. Así, consiguieron aprovechar el dominio absoluto que tuvieron durante varios sábados, pero que nunca podían mantener en carrera. Sin dudas, es el equipo que mejor venía y al que peor le “cayeron” estas vacaciones.
Con Mark Webber en un segundo plano en Red Bull, parece que estos cuatro campeones del mundo serán los que luchen por la corona 2013, en una segunda parte que promete y mucho.
Atrás, se destaca el muy bajo rendimiento de Mclaren, que con Jenson Button y Sergio Perez no han subido ni siquiera al podio, teniendo como mejor resultado un 5º puesto del inglés en Malasia. Desde el vamos, el auto nació “mal”, y a pesar de los cambios introducidos parece no tener rumbo, quedando condenado a las Q2 sabatinas, sin siquiera poder asegurarse un lugar entre los diez mejores. Fruto de esto es la penosa posición que ocupa el equipo de Woking en el mundial, estando en el 6º lugar del torneo, por detrás de Force India. En conductores, Button es el que mejor se encuentra, aunque en un lejano 9º lugar, a más de 130 puntos del líder. Pensar que el año pasado a esta altura Mclaren era el escolta de Red Bull en constructores, y Lewis Hamilton, el mejor de la marca, era 4º en el torneo a casi 50 unidades.
La revelación sin dudas es Force India, que por primera vez en su historia se encuentra en el quinto puesto entre los constructores, con dos pilotos que son asiduos concurrentes de la Q3, como Paul Di Resta y el retornado Adrian Sutil. El equipo de Vijay Mallya atraviesa el mejor torneo desde su creación en 2008, y buscará como sea mantener a raya a Mclaren, en un hecho totalmente inimaginable hace un año.
Otro conjunto que ha realizado buenas actuaciones ha sido Toro Rosso, con Jean-Eric Vergne y Daniel Ricciardo, este último candidato junto a Raikkonen (y porque no Alonso) de ocupar el sitio que dejará vacante Webber en Red Bull. El australiano fue el que mejor clasificó este año, logrando un 5º puesto de salida en Gran Bretraña, y dos 6º lugares en Bahrein y Alemania. Por su parte, el francés fue el que más adelante terminó una carrera, con un interesante sexto lugar en Canadá. Una dupla que en su segundo año comenzó a afianzarse.
En el fondo, quedan Sauber y Williams, dos escuderías que bajaron gravemente su nivel con respecto al año pasado. El equipo suizo, que había tenido uno de los mejores añso de su historia, no pudo siquiera acercarse a aquellos números, con resultados penosos que desembocaron en la rotura anticipada del contrato por parte de Nico Hulkenberg, uno de sus pilotos.
En tanto, el histórico equipo de Groove atraviesa uno de sus peores años, con un debutante como Valteri Bottas que superó a Pastor Maldonado en la mayoría de los GGPP, aunque el venezolano fue el único capaz de terminar en zona de puntos, ya que en la última carrera consiguió ser décimo.
Para terminar, quedan Caterham y Marussia, los únicos dos conjuntos que hasta ahora no sumaron ni una unidad, y que si no pasa nada extremadamente raro seguirán siendo el “furgón de cola” de esta Fórmula Uno.
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