El invierno millonario fue bastante agitado. Comenzó con la limpieza del plantel, en donde el entrenador decidió que jugadores continuarían y cuáles no. Entre la lista de prescindibles se encontraba el referente del equipo David Trezeguet. El franco argentino que se había sumado a River en la B Nacional, y claro artífice del ascenso, no iba a ser tenido en cuenta para la próxima temporada por parte el DT más ganador de la historia del club. Luego de la paz que había encontrado el club con el regreso del “Riojano”, las aguas volvían a moverse. Muchos hinchas se ofuscaron con la decisión, y otros tantos apoyaron ciegamente a Ramón. River volvió a dividirse una vez más.
Otro punto frágil fue la situación de los Funes Mori, que por presentar dificultades a la hora de la renovación de su contrato fueron separados del plantel por pedido expreso de la dirigencia. Y el DT, sin dar muchas vueltas, lo aceptó. Se fueron Iturbe, Mora (aunque parece ser que vuelve), Trezeguet, y recientemente Luna. Y con Funes Mori separado del plantel, Ramón exigió “necesitamos tres delanteros más”. Fiel a su estilo, desguazó el plantel armado por Matías Almeyda, para presionar a los dirigentes para que le traigan los refuerzos que el pedía, y así se los hizo saber públicamente declarando en cada oportunidad ante los medios diciendo que “necesitamos refuerzos de jerarquía”.
El primero en llegar fue el “Malevo” Ferreyra, que regresó al club que lo formó como jugador después de 10 años fuera, en el medio de una sospechosa negociación que llevó a cabo el representante del director técnico Adrian Castellanos. A los pocos días, y en combo, se sumaron Carlos Carbonero proveniente de Arsenal, y Jonathan Fabbro, quien después de muchas idas y vueltas finalmente vestirá el “manto sagrado”. Y recién esta semana, se sumó el cuarto y más importante de los refuerzos, Teófilo Gutiérrez, el delantero hincha de River que viene a darle un salto de calidad a este plantel en formación. Un zurdo que puede ser volante o lateral, un 8 con mucha llegada y poca marca, un media punta que va a cumplir la función del bendito enganche que River necesita hace tantos años y un delantero goleador, de raza.
Por lo visto en los amistoso de pretemporada, parece ser que la línea de 3 en el fondo va a ser prioridad. Con ese esquema jugó los cuatro amistosos de invierno disputados, en los cuales ganó uno, perdió uno, empato uno, y se impuso por penales frente a Racing el domingo pasado. Igualmente, este último partido parece haber encendido algunas alarmas, y en los entrenamientos de la semana volvió a probar con cuatro en el fondo. El DT quiere un equipo agresivo, que vaya al frente, y no quiere resignar jugadores de ataque. Así que veremos que prepara el entrenador para el debut, el próximo domingo frente al recién ascendido Gimnasia, en La Plata.
Pidió, exigió y los dirigentes, sorpresivamente, cumplieron. Luego de casi cinco años, River vuelve a jugar copa y campeonato. ¿Cómo quitarle al hincha la ilusión? A comienzos de este año, el DT prometió que volveríamos a ser protagonistas, y lo cumplió. Ahora es el hincha el que le exige al entrenador, hay llegar a diciembre con un titulo bajo el brazo. Algo que no ocurre en River desde 1999 cuando, dirigidos por el mismo Ramón Díaz, se logró el conquistar el Torneo Apertura de dicho año.
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