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Se prendió fuego

La llegada de Tévez a la Argentina no pasó desapercibida, ni aquí ni en Inglaterra, donde los hinchas del Manchester City se acordaron de él de una manera no muy amable… [caption id="attachment_35162" align="aligncenter" width="480" caption="Los hinchas prendieron fuego un muñeco con la casaca del Apache"][/caption] Como todo ídolo popular, genera amores y odios. Sin términos medios. Pero últimamente hasta los que solían amarlo pasan a odiarlo. ¿De quién se trata? Del “jugador del pueblo”, Carlos Tévez. Ahora, ¿jugador de qué pueblo…? Porque su imagen quedó muy deteriorada en Argentina después de, injustamente, haberle echado toda la culpa de la eliminación de la Copa América por su penal fallado. Y en Inglaterra, más precisamente en Manchester, tampoco lo quieren mucho que digamos… Cuando llegó a Manchester, pronto se transformó en ídolo, donde fue una de las figuras del equipo que ganara dos Premier League, una Champions League, un Mundial de Clubes, una Football League Cup y una Community Shield. Pero cuando llegó Berbatov, todo cambió. El búlgaro (inexplicablemente por el nivel de juego de uno y de otro) se ganó el corazón de Sir Alex Ferguson, quien desplazó a Carlitos al banco. El Apache, con el temperamento que lo caracteriza, terminó yéndose del club luego de una pelea con el histórico manager del Man U. [caption id="attachment_35163" align="aligncenter" width="480" caption="Los Citadinos se cansaron de Tevez"][/caption] Para colmo no tuvo mejor idea que marcharse al eterno rival, al City de Roberto Mancini, donde nuevamente se transformó en ídolo ni bien se puso la camiseta. ¿Por qué? Simplemente porque sabían lo que significa futbolísticamente Tévez y porque dejar en banda al más poderoso de la ciudad para llegar al humilde City era un hecho para considerar. Ni hablar cuando, en el primer encuentro ante su ex club, le convirtió un gol y se lo gritó en la cara ni más ni menos que a otro Red histórico, Gary Neville. Encima, se transformó en la figura y goleador del City en su primera temporada, con 29 goles en 42 encuentros. La última campaña terminó marcando 23 en 42 y clasificando a los Blues  a la Champions League, además de haber ganado la FA Cup, habiéndole ganado la final al Stoke City y habiendo dejado en el camino ni más ni menos que al United. Pero al término de la pasada temporada, el “Apache” decidió cambiar de aire y buscarse un nuevo club, algo que no empezó a caer bien ni en la dirigencia ni en los hinchas Citadinos y fue un hecho que empeoró aún más su ya mala relación con Mancini. Finalmente se quedó en el City, siendo suplente del recién llegado Agüero, algo que tampoco le gustó mucho… y lo demostró en el último partido de Copa cuando, perdiendo 2-0 ante el Bayern Munich, se negó a ingresar al campo de juego. Tras este último hecho de indisciplina, Mancini dejó en claro que no volverá a ponerse la camiseta azul mientras él esté a cargo y los hinchas demostraron que tampoco tienen ganas de que eso pase. Un claro ejemplo es que las mismas camisetas que antes se ponían para idolatrarlo, hoy las usan para prender fuego muñecos en las calles. La historia de Tévez siempre fue complicada, pero cuando encontraba su lugar en el mundo, cuando tantos los hinchas como los técnicos lo querían, él siempre encontró la forma de prenderse fuego, solo.

La llegada de Tévez a la Argentina no pasó desapercibida, ni aquí ni en Inglaterra, donde los hinchas del Manchester City se acordaron de él de una manera no muy amable…

Los hinchas prendieron fuego un muñeco con la casaca del Apache

Como todo ídolo popular, genera amores y odios. Sin términos medios. Pero últimamente hasta los que solían amarlo pasan a odiarlo. ¿De quién se trata? Del “jugador del pueblo”, Carlos Tévez. Ahora, ¿jugador de qué pueblo…?

Porque su imagen quedó muy deteriorada en Argentina después de, injustamente, haberle echado toda la culpa de la eliminación de la Copa América por su penal fallado. Y en Inglaterra, más precisamente en Manchester, tampoco lo quieren mucho que digamos…

Cuando llegó a Manchester, pronto se transformó en ídolo, donde fue una de las figuras del equipo que ganara dos Premier League, una Champions League, un Mundial de Clubes, una Football League Cup y una Community Shield.

Pero cuando llegó Berbatov, todo cambió. El búlgaro (inexplicablemente por el nivel de juego de uno y de otro) se ganó el corazón de Sir Alex Ferguson, quien desplazó a Carlitos al banco. El Apache, con el temperamento que lo caracteriza, terminó yéndose del club luego de una pelea con el histórico manager del Man U.

Los Citadinos se cansaron de Tevez

Para colmo no tuvo mejor idea que marcharse al eterno rival, al City de Roberto Mancini, donde nuevamente se transformó en ídolo ni bien se puso la camiseta. ¿Por qué? Simplemente porque sabían lo que significa futbolísticamente Tévez y porque dejar en banda al más poderoso de la ciudad para llegar al humilde City era un hecho para considerar. Ni hablar cuando, en el primer encuentro ante su ex club, le convirtió un gol y se lo gritó en la cara ni más ni menos que a otro Red histórico, Gary Neville.

Encima, se transformó en la figura y goleador del City en su primera temporada, con 29 goles en 42 encuentros. La última campaña terminó marcando 23 en 42 y clasificando a los Blues  a la Champions League, además de haber ganado la FA Cup, habiéndole ganado la final al Stoke City y habiendo dejado en el camino ni más ni menos que al United.

Pero al término de la pasada temporada, el “Apache” decidió cambiar de aire y buscarse un nuevo club, algo que no empezó a caer bien ni en la dirigencia ni en los hinchas Citadinos y fue un hecho que empeoró aún más su ya mala relación con Mancini.

Finalmente se quedó en el City, siendo suplente del recién llegado Agüero, algo que tampoco le gustó mucho… y lo demostró en el último partido de Copa cuando, perdiendo 2-0 ante el Bayern Munich, se negó a ingresar al campo de juego.

Tras este último hecho de indisciplina, Mancini dejó en claro que no volverá a ponerse la camiseta azul mientras él esté a cargo y los hinchas demostraron que tampoco tienen ganas de que eso pase. Un claro ejemplo es que las mismas camisetas que antes se ponían para idolatrarlo, hoy las usan para prender fuego muñecos en las calles.

La historia de Tévez siempre fue complicada, pero cuando encontraba su lugar en el mundo, cuando tantos los hinchas como los técnicos lo querían, él siempre encontró la forma de prenderse fuego, solo.