Hace un mes, cuando Carlos Bueno hacía su llegada al Ciclón, Rock´N Ball te contaba sobre la incesante búsqueda cuerva durante años de un nueve que anote. Desde el Clausura 2001 que San Lorenzo no tiene al goleador del campeonato, y sin embargo es el segundo equipo que más veces lo tuvo en la historia (17), detrás de River. En aquel campeonato con título incluido, Bernardo Romeo se despachó con 15 tantos, y a partir de ahí, entre jugadores de inferiores y otras apuestas, diferentes centrodelanteros acumularon más fracasos que éxitos.
Bernardo Romeo
El Bernie es el último ídolo del club y se encuentra actualmente en el plantel. Luego de un sensacional 2001, donde fue goleador y campeón del Clausura y la Mercosur (compartió plantel con el Polo Quinteros y Abreu), probó suerte en Europa para volver en el Apertura 2007, con Ramón Díaz como DT. Permaneció hasta el Clausura 2010, teniendo un irregular desempeño con 19 goles en 69 cotejos. Ramón lo borró. Las lesiones lo castigaban, pero la peleó y luego de un buen paso por Quilmes volvió en una delicada situación. En el Apertura 2011, marcó un solo gol en siete partidos, llegando a 98 con la azulgrana. Sus avanzados 34 años le han hecho perder su nivel, sin embargo, los hinchas le muestran un cariño permanente.
Rodrigo Astudillo
El Potro es otro que supo tener buenos momentos en Boedo. Llegó proveniente de Talleres de Córdoba para el segundo semestre de 2002, y debutó el día que el Beto Acosta marcó su gol número 100 en San Lorenzo ante Estudiantes. En dicho torneo, se despachó con tres goles en la Quema en un histórico 4-0 ante Huracán. Además, fue campeón y goleador en la Copa Sudamericana. Permaneció hasta el 2004, y a pesar de no sobresalir dejó una buena imagen en el club, con 13 tantos en 34 encuentros.
Nicolás Frutos
El ex Unión recaló en el club en el mismo momento que Astudillo. Le marcó un gol a Banfield en la última jugada por el campeonato, y luego se desgarró ante Monagas en el primer partido de la Sudamericana. Nunca recuperó la titularidad, y se fue de San Lorenzo en 2003 con cuatro tantos en 26 partidos. Jugando para Independiente, donde tuvo un buen desempeño, le marcó un gol a su ex equipo que no tuvo problemas en celebrar.
Alberto Acosta
El Beto, otro baluarte de la institución, tuvo cuatro etapas en el club y es el sexto máximo goleador de la historia cuerva, con 123 gritos. Su última etapa, comenzó con la obtención de la Mercosur 2001 y culminó con su gol número 300 como profesional en la última fecha del Apertura ´03, cuando San Lorenzo fue subcampeón de Boca. Aquella noche de sábado, Acosta se consagraba goleador del campeonato con nueve anotaciones y se retiraba del fútbol, pero nada de eso pasó: el domingo, Ernesto Farías marcó cuatro tantos y le sacó el galardón terminando con 12. El “hombre gol” sí lo había logrado en el Apertura ´92 con San Lorenzo, también con 12 anotaciones. Además, en 2008 y con 41 años, jugó algunos partidos para Fénix, en Primera C, marcando un gol en su debut con la camiseta del club de Pilar. En San Lorenzo sintieron mucho futbolísticamente su despedida.
Juan Manuel Olivera
El uruguayo llegaba de Danubio para reforzar la delantera de Néstor Gorosito en el Apertura ´04. En su debut, compartió delantera con el Pocho Lavezzi y anotó el único gol de su equipo en el empate ante Olimpo; ya ilusionaba a la gente que le coreó “uruguayo, uruguayo”. A pesar del buen arranque, ese fue su único gol en San Lorenzo, por lo que pasaría al Cruz Azul para el verano 2005. Fue el primer gran fracaso.
Germán Herrera
Llegó proveniente de Central en el mismo momento que Olivera. Era toda una promesa, pero le costó encontrar titularidad en el arranque, algo que sí lograría en 2005. Sus malos rendimientos, y algunos ocasiones increíbles en las que fallaba, le valieron el apodo de “casi gol” entre la cuervada. Comenzó a encontrarse con el gol en el Apertura ´05, pero en los inicios de 2006 recaería en Gremio, donde tuvo un buen nivel. Volvió para el Apertura ´07, donde lo recibía un plantel campeón, pero jugó las dos primeras fechas y pasó a Gimnasia (LP).
Hernán Peirone
Lo de Látigo fue un romance con final infeliz. En el final del Apertura ´04 se ganó el lugar que era de Olivera, y vinieron un gol a Almagro en la 17º, dos a Lanús en la 18º y luego tres a Racing para esperanzar al pueblo de Boedo, que miraba asombrado al cordobés de 18 años. En la segunda del Clausura ´05 metió otro hat-trick histórico: a Boca, en un 3-0 en el Bajo Flores. Luego de aquel encuentro, su entrenador, el Bambino Veira, aseguró que “llevaba el gol en el alma”, e increíblemente su nivel decreció. Se quedó afuera del Mundial sub 20 (había sido titular en el Sudamericano), y perdió la titularidad en San Lorenzo. Empezaron las lesiones, poca participación, irregularidad, problemas contractuales, todo. Dejó de jugar en 2006, fue parte del plantel campeón ´07 sin participar, y se fue en 2009 a Emelec, con 12 goles en 54 partidos.
Leonardo Fabio Moreno
El colombiano llegó en enero del 2005 proveniente de América de Cali, y la rompió en su debut veraniego ante Independiente, con un gol y un acierto en la definición por penales. Pero sólo fue una insinuación, porque su andar sería similar al del equipo que dirigía Héctor Veira, que iba a quedarse rápido sin copa y sin campeonato. Una pubialgia, muy malos rendimientos, murmullos de los hinchas y solamente un gol, le hicieron imposible asentarse en el puesto que peleó con Ulloa y Peirone. El cantante duró un campeonato y se fue.
Leonardo Ulloa
Arribó en el mismo momento que Moreno, con 19 años, proveniente de la C.A.I de Comodoro Rivadavia. Le costó sumar minutos, pero de a poco se los fue ganando con más esfuerzo que fútbol. La gente no aguantó su flojo nivel y en el Apertura ´06 ya cayó a la Reserva, donde en la tarde del 1-7 con Boca se despachó con tres goles en un 4-0. Los hinchas lo aplaudían y ovacionaban, perplejos por lo que estaban viendo. Debutó como titular, tuvo algunos pocos minutos en el título del Clausura ´07, y de ahí pasó a Arsenal, con escasos tres goles en 32 encuentros.
José Saturnino Cardozo
Llegó al prometedor San Lorenzo de Alfaro un goleador consagrado. Paraguayo y proveniente de Pachuca, era el gran pase del invierno de 2005. El equipo arrancó bárbaro, pero sus goles llegaron en la 6º fecha, contra Central, cuando con calidad marcó un doblete para dejar al Ciclón solo en la punta. Cosa del destino, su nivel decayó como el de todo el equipo, que finalizaría 9no con catastróficas goleadas en su contra. Se quedó para el Clausura, y a pesar de un discreto 8º puesto jugó poco y marcó menos. Hizo sólo cinco goles en Boedo, y fue su último club como jugador, meses después empezaría su carrera como DT en Olimpia.
Roberto Jiménez
Proveniente de Malingas, su pueblo natal peruano que le valió como sobrenombre, Jiménez tuvo una historia parecida a la de Cardozo. En la segunda fecha anotó un doblete para liquidar a Colón 5-0. Vino otro triunfo, el 1-7 con Boca y tres victorias al hilo, donde San Lorenzo fue puntero y empezó la debacle. Malingas no fue ajeno a ello y su desempeño pasó a ser irregular. Se quedó para el Clausura, donde previamente le anotó un gol a Racing en un postergado del Apertura para liquidar el pleito, y luego se anotó en un 1-0 a Belgrano en la Bombonera. Sin mayor participación en el título con Ramón Díaz, pasó a Lanús para disputar el Apertura, donde también fue campeón. Con la azulgrana contabilizó siete tantos en 25 cotejos.
Joaquín Botero
Otra gran apuesta sudamericana para el Ciclón. Llegó por expreso pedido de Ruggeri para disputar Sudamericana y campeonato en 2006. Venía de Pumas de México, donde había tenido una gran perfomance, pero su paso por San Lorenzo fue poco feliz: cuatro partidos jugados por la copa, dos por el torneo local, y ningún gol para rescindir su contrato cinco meses de después de su llegada.
Andrés Silvera
El Cuqui llegó junto a Jiménez y Botero, pero su pase se retrasó y debutó recién en la 4º fecha, otra vez el 1-7 con Boca presente. Para el título del 2007 aportó siete goles; sus disparos a la red tenían la regularidad que a San Lorenzo le costaba encontrar, aunque nunca estuvo ni cerca de ser el goleador de alguna competición. Sus faltazos a entrenamiento y los tristemente célebres problemas por los premios de la Libertadores ´08 le valieron el rechazo del público y su ciclo se terminó a mitad de 2009, a pesar de una aceptable marca de 35 goles en 98 partidos.
Bruno Fornaroli
El uruguayo llegó al Ciclón en el verano ´09. Parece mucho tiempo vacío entre las llegadas de Silvera y Malingas respecto a la de Fornaroli, pero en el medio estuvo la vuelta de Romeo, y nada menos que Lavezzi, Bergessio y la Gata Fernández. El Tuna mostró movimientos interesantes, pero también sufriría la malaria de un equipo que no daba pie con bola y ni siquiera pasó su zona en la Libertadores. Un doblete en Jujuy fue su único contacto con la red en 15 partidos, para volver a la Sampdoria en julio.
Emiliano Alfaro
Otro yorugua, que llegó por constante y caprichoso pedido de Simeone y tampoco se amigaría con el arco. Fue titular en el Clausura 2010, donde con mucho ímpetu intentaba contrarrestar su falta de gol y técnica. Allí marcó sólo dos goles y se quedó para el Apertura, donde no fue titular y disputó tres encuentros sin anotaciones. En total, fueron dos tantos en 18 partidos.
Sebastián Balsas
El lungo de 1,97, también uruguayo, fue la gran apuesta del Apertura 2010. Dos goles claves a Racing y a Boca en el comienzo sorprendieron a propios y extraños, pero otra vez San Lorenzo pecó de dejarse llevar por las apariencias. Balsas no sólo dejó de marcar sino que prácticamente no le aportó nada más al equipo, perdía muchas pelotas y la gente le mostró su fastidio. Se fue a fin de año, con tres goles en 15 encuentros.
Pablo Velázquez
Otra de las diez apuestas latinas en Boedo. El paraguayo llegó a comienzos de 2011 redoblando la apuesta de Balsas, ya que éste también sorprendía con su altura (1,92). Debutó en la primer fecha y a pesar de no marcar mostró recursos y hasta algunos lo eligieron como figura. Su primer tanto llegó en la 4º fecha ante All Boys, y su segundo y último en la 12º en el clásico ante Huracán. Pocos goles, flojo nivel, deudas del club con él; se fue a mitad de año con pena y sin gloria.
Emmanuel Gigliotti
Uno más que ilusionó al principio y defraudó después. Para la fecha 6 ya había marcado tres tantos y parecía que San Lorenzo había encontrado al fin una carta de gol segura. Como tantos otros, padeció el síndrome del 9 azulgrana y su buen comienzo fue una luz que se apagó rápido. No anotó más goles, y perdió tantas pelotas como las que el Tano Pasman le reclamaba a Caruso. Hoy, con el equipo en Promoción, pelea su puesto con Carlos Bueno y Romeo.
Carlos Bueno
La enésima apuesta charrúa que ya ilusionó a los cuervos con tres goles en tres partidos este verano. Tiene 31 años y viene del Querétaro donde estuvo amigado con la red. Bueno se pone la misma camiseta que supo defender su papá en los ´80 y ya se mostró comprometido con la causa. Ahora, por los puntos, los hinchas esperan que responda igual que en la pretemporada.
Rock´N Ball aclara
En la lista puede faltar algún nombre, lo que desde el sitio queremos es resaltar a quienes desde la cantera o clubes ajenos, fueron cartas o esperanzas de gol en la Primera del Ciclón. Hubo algunos que, por escasa participación o poca trascendencia, quedaron afuera de la selección. Y otros, también, porque no recayeron en el once titular como referencias de gol, más allá de que pueden ser buenos delanteros y haber tenido correctas o destacables actuaciones. Lo que sí nos preguntamos es: ¿podrá el Ciclón sacarse la mufa y encontrar un goleador?
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