El presente diario de San Lorenzo es pura incertidumbre. Entre los malos resultados, los disturbios del partido con Colón y los titubeos de la Comisión Directiva, cada día es una nueva caja de sorpresas. Obviamente, las sorpresas nunca son buenas.
El Comité de Seguridad dispuso que por los desmanes devenidos del grosero error de Abal San Lorenzo juegue sin público ante Vélez, que tampoco podrá llevar a sus hinchas al Nuevo Gasómetro. Sí, justo el día que el Ciclón cumple 104 años y ante el equipo que el torneo pasado jugó sin Cuervos su partido. La revuelta y las amenazas de los plateístas terminado el partido ante el Sabalero fueron suficientes, habrá que ver si el tiroteo entre facciones de La 12 por estacionamientos, los piedrazos de los hinchas de Colón, el enfrentamiento entre Los Borrachos del Tablón y la Policía y las agresiones de hinchas de Rafaela a jugadores de San Lorenzo también corren con la misma suerte. De ellos, de más está decir que se habló mucho menos.
La otra gran novedad en Boedo, es que para el match ante el Fortín Madelón continuará como director técnico. Salvo el vicepresidente Aldrey, toda la CD con Abdo a la cabeza querían su destitución, pero el fuerte apoyo de los jugadores y lo costosa que sería para el club la rescisión del contrato le dan una chance más a Carol. Además, la opción de la llegada del Salvador (Caruso Lombardi) no está tan a mano como antes del partido con Belgrano. Eso sí, los directivos azulgranas esperan una renuncia del entrenador si contra el cuadro de Liniers no se obtiene un buen resultado. Y si resultados se buscan, luego de la derrota con la Crema aparecieron rayados los autos de Salgueiro, Romeo, Chávez y el ayudante Fabián García. Una locura.
Mientras, en Boedo arden de bronca porque sienten que les están metiendo alevosamente la mano en el bolsillo. El increíble gol convalidado a Colón, la no expulsión de Gandín y los penales no cobrados a Romagnoli y Romeo (en especial el del Pipi), levantaron sospechas en el pueblo santo, que recordando que River fue notoriamente perjudicado en partidos clave antes descender ya está temiendo lo peor. No faltará algún desprevenido que diga “si descendés es por lo hecho en tres temporadas, no por un partido”. Seguramente esa persona no se puso a analizar que cuando un equipo está en estado tan crítico, un resultado es un envión anímico impagable, y uno, dos, o tres puntos más, un oasis en el desierto.
Lo cierto es que para evitar que los hinchas del Ciclón se revelen, el Comité de Seguridad también tomó recaudos: cualquier autoconvocatoria o alboroto que se produzca antes, durante o después del partido con Vélez, dejará a los fanáticos azulgranas fuera del encuentro con Godoy Cruz también, el siguiente que tiene San Lorenzo como local. De no ocurrir nada extraño, se prevé que contra el Tomba sólo concurran al Pedro Bidegain los socios del Ciclón.
Como desde hace ya un tiempo, San Lorenzo es un circo del que todos se burlan. Problemas por todos lados y cosas inéditas que ponen al club en boca de todos los medios y nunca por algo para aplaudir. Encima, todo se ve agravado por la cercanía con el descenso directo, del que el Matador se está salvando de milagro.
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