Archivo

San Lorenzo – Colón: las secuelas de la violencia y la prepotencia

Ya está. El partido terminó y ahora sí no hay vuelta atrás. Abal pudo cambiar su errónea decisión, pero su desmesurada necesidad de demostrar autoridad le sacó a San Lorenzo dos puntos justo en la fecha en que ninguno de sus principales competidores sumó de a tres. La cagada ya está hecha, y la misma fue tal, que sus consecuencias también están por tener repercusión.

Nada justifica que se rompan las instalaciones de un estadio ni que se quiera agredir o amenazar a un árbitro. Nada, ni siquiera la situación de ayer. Tampoco se va a solucionar con un torneo de 38 equipos ni con una "Súper Liga". Cuando los hinchas se ven perjudicados como los Cuervos ayer, algunos de ellos, reaccionan de esa manera. Le pasó a River con Pezzotta, justo en la tarde más triste de su historia, y ya se vio cómo reaccionaron algunos. Ojo con generalizar, los que causan desmanes siempre son los menos. Eso sí, la sanción se la comieron todos, y seguramente con los hinchas de San Lorenzo pasará lo mismo.

No es la primera vez que esa inentendible actitud prepotente de un árbitro le impide razonar. Abal querido, si tenés un colaborador, dale pelota hermano. Y si no le diste pelota, te equivocaste, pero podés tirar tu decisión atrás, hacelo. Errar es humano Diego. Si la última palabra es tuya, si la decisión pasa por tus manos, hacela valer, no la eches a perder haciéndote el malo y el autoritario. Vos solito te ganaste los insultos y la agresión, que obviamente están mal, pero que con un poco de sentido común podrías haber evitado.

La injusticia llevó a la impotencia y el desenlace fue tan triste como su comienzo. ¿Sus consecuencias? Seguramente la suspensión del estadio de San Lorenzo y por qué no de su público. Las próximas paradas del Ciclón son en Rafaela y nuevamente en el Nuevo Gasómetro, donde recibiría a Vélez que no podrá contar con su público por un vieja sanción mutua. Si los hinchas podrán ir a estos partidos y si el reducto del Bajo Flores se clausurará aun no se sabe, lo que desde Boedo esperan es que Abal pague con la misma moneda y si se puede más caro.

Los puntos de un partido que Colón no hubiera empatado nunca a San Lorenzo no se los devuelve nadie. Es cierto que el Ciclón tuvo 20 tranquilos minutos para liquidarlo, pero es más cierto que el Sabalero nunca insinuó algo y tampoco daba la sensación de que lo fuera a hacer.  Los insultos y el abucheo son entendibles, no se puede mostrar pasividad ante semejante robo, pero las roturas y las agresiones no se pueden pasar por alto. Tampoco el accionar de la Policía, que hace valer con gases y provocaciones los costosos operativos para los que se los contrata y los cuales cada vez son menos efectivos. ¿Habrá alguna vez descuento por ineficiencia?

Está claro que ayer todos colaboraron para que todo salga mal. Los hinchas de Colón que tiraron piedras, Abal no queriendo redimirse de un error clarísimo, los simpatizantes azulgranas que reaccionaron a los golpes, la policía pegando y tirando gases en el amontonamiento de gente de todas las edades, y Abdo saliendo a decir disparates en caliente. Presdiente, esto excede a un formato de torneo, acá hay un problema social mucho más grave y que los funcionarios no pueden seguir obviando. Y no se va a solucionar con una sanción, con un nuevo torneo o con más policías, acá hay que ponerse a trabajar. Queridos dirigentes, hagan valer sus considerables aumentos de sueldo. Y si es pronto mejor.

Ya está. El partido terminó y ahora sí no hay vuelta atrás. Abal pudo cambiar su errónea decisión, pero su desmesurada necesidad de demostrar autoridad le sacó a San Lorenzo dos puntos justo en la fecha en que ninguno de sus principales competidores sumó de a tres. La cagada ya está hecha, y la misma fue tal, que sus consecuencias también están por tener repercusión.

Nada justifica que se rompan las instalaciones de un estadio ni que se quiera agredir o amenazar a un árbitro. Nada, ni siquiera la situación de ayer. Tampoco se va a solucionar con un torneo de 38 equipos ni con una “Súper Liga”. Cuando los hinchas se ven perjudicados como los Cuervos ayer, algunos de ellos, reaccionan de esa manera. Le pasó a River con Pezzotta, justo en la tarde más triste de su historia, y ya se vio cómo reaccionaron algunos. Ojo con generalizar, los que causan desmanes siempre son los menos. Eso sí, la sanción se la comieron todos, y seguramente con los hinchas de San Lorenzo pasará lo mismo.

No es la primera vez que esa inentendible actitud prepotente de un árbitro le impide razonar. Abal querido, si tenés un colaborador, dale pelota hermano. Y si no le diste pelota, te equivocaste, pero podés tirar tu decisión atrás, hacelo. Errar es humano Diego. Si la última palabra es tuya, si la decisión pasa por tus manos, hacela valer, no la eches a perder haciéndote el malo y el autoritario. Vos solito te ganaste los insultos y la agresión, que obviamente están mal, pero que con un poco de sentido común podrías haber evitado.

La injusticia llevó a la impotencia y el desenlace fue tan triste como su comienzo. ¿Sus consecuencias? Seguramente la suspensión del estadio de San Lorenzo y por qué no de su público. Las próximas paradas del Ciclón son en Rafaela y nuevamente en el Nuevo Gasómetro, donde recibiría a Vélez que no podrá contar con su público por un vieja sanción mutua. Si los hinchas podrán ir a estos partidos y si el reducto del Bajo Flores se clausurará aun no se sabe, lo que desde Boedo esperan es que Abal pague con la misma moneda y si se puede más caro.

Los puntos de un partido que Colón no hubiera empatado nunca a San Lorenzo no se los devuelve nadie. Es cierto que el Ciclón tuvo 20 tranquilos minutos para liquidarlo, pero es más cierto que el Sabalero nunca insinuó algo y tampoco daba la sensación de que lo fuera a hacer.  Los insultos y el abucheo son entendibles, no se puede mostrar pasividad ante semejante robo, pero las roturas y las agresiones no se pueden pasar por alto. Tampoco el accionar de la Policía, que hace valer con gases y provocaciones los costosos operativos para los que se los contrata y los cuales cada vez son menos efectivos. ¿Habrá alguna vez descuento por ineficiencia?

Está claro que ayer todos colaboraron para que todo salga mal. Los hinchas de Colón que tiraron piedras, Abal no queriendo redimirse de un error clarísimo, los simpatizantes azulgranas que reaccionaron a los golpes, la policía pegando y tirando gases en el amontonamiento de gente de todas las edades, y Abdo saliendo a decir disparates en caliente. Presdiente, esto excede a un formato de torneo, acá hay un problema social mucho más grave y que los funcionarios no pueden seguir obviando. Y no se va a solucionar con una sanción, con un nuevo torneo o con más policías, acá hay que ponerse a trabajar. Queridos dirigentes, hagan valer sus considerables aumentos de sueldo. Y si es pronto mejor.

Dolorense, nacido en 1991. Licenciado en proyecto de Magíster. Hay una cosa que nunca van a entender...