Después del descenso y los destrozos provocados por algunos simpatizantes que mancharon 110 de años la historia del Club Atlético River Plate comenzó la “refundación”.
Los empleados del club de autoconvocaron para limpiar el estadio Monumental, nada tuvo que ver Daniel Passarella en esta iniciativa y mucho menos algún otro dirigente. Esta es una movida directa de aquellos empleados, hinchas y socios que realmente quieren a River, y lo mejor para River.
Antes de que el Millonario entre en esta situación Rock ‘N Ball había dialogado con Eduardo Carpinelli, entrenador de Hockey sobre patines de River y allegado al departamento de deportes del club, y nos contó que él como todos los que conocen el Mundo River debían hacerle conocer a Sergio Cacho Vigil “lo que es River“. Tan bien aprendió “lo que es River” el Director de Deportes de la era Passarella, que ayer se lo vio como a uno más limpiando todo el desastre del pasado domingo.
Cacho es un líder positivo por naturaleza, un motivador nato, y un colaborador incansable. A la mañana llevó medialunas y café para los más de sesenta empleados que fueron a colaborar y al mediodía mandó a comprar choripanes para matar el hambre después de tanto trabajo.
Los que fueron ayer a la mañana al Monumental se encontraron con un estadio devastado: Vallas caídas, vidrios rotos, carteles tirados, escombros al por mayor, oficinas destruidas y tribunas tristes. Había ganado la violencia.
River necesita de estas actitudes para volver a ser lo que fue. Nadie olvida sus 33 títulos locales y mucho menos sus cinco logros internacionales, pero esta es una mancha que duele y quedará en el recuerdo. La mala administración, el desinterés y los dirigentes corruptos e incapaces llevaron al Millonario a la debacle. Es la hora de empezar de nuevo, con la frente alta y el orgullo por encima de todo y todos. Porque es River, uno de los clubes más grandes de Argentina.
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