Se armó una historia detrás de una patada, la que le pegó Agustín Orión a Leandro Paredes. El arquero es el único de un grupo determinado que no se expresó en contra del vestuario, no porque no quiera sino porque no le conviene. El excapitán xeneieze no lesionó a propósito al amigo de Riquelme, tuvo la intención de golpearlo porque es calentón, porque seguramente tiene muchas cosas guardas que sabe que por la boca no pueden salir, pero ante la pisada sobradora del volante, explotó.
Paredes en los entrenamientos juega así, pero va a ser un jugador en serio cuando a esas pisadas las haga en los partidos que valen. Por eso también se calentó Orión, porque lo expuso a él cuando a esas cosas las tiene que hacer en La Bombonera, contra rivales en serio, como Riquelme contra Migliore en su momento. Otra rivalidad que se formó en el vestuario de Boca.
Orión es calentón, lo dice su curriculum, pero en el Mundo Boca las cosas se sobredimensionan, por más de que la victima sea un jugador que terminó lesionando y por quince días fuera de las canchas. En la jerga siempre se mencionó que Orión era un mala leche, pasó antes por San Lorenzo y Estudiantes. La patada no sorprende por sus antecedes con Radamel Falcao, se podía esperar una reacción así, el problema es que fue con un compañero.
La patada tampoco sorprende porque Orión sabes cosas que nosotros no, pero insisto, no lo quiso lesionar. Orión no se bancó que lo sobre un chico que en la cancha es intrascendente, quizás con esto la Joya aprenda. A Paredes todavía le falta muchísimo, la comparación en su momento con Riquelme lo infló demasiado. El pibe no pudo convivir con esa responsabilidad. Pero si tiene personalidad para pisarsela a un compañero en un entrenamiento, también tendría que saber bancarse la patada, porque se expone a eso.
El arquero no se fue de Boca porque sabe que atajando ahí tiene su pasaje asegurado a la Copa del mundo que se va a jugar en Brasil. Tiene muchas internas guardadas que saldrán a la luz en un año, pero que empiezan a tener su lugar con una patada que habló por si sola. Paredes fue la victima en esta oportunidad, quizás Román haya tomado nota y, por las dudas, no se acercará al arco que defiende Orión.
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