Se terminó la relación entre el público del Real Madrid y José Mourinho. Los hinchas no se aguantaron más las derrotas frente al Barcelona, ni los problemas de conducta de algunos jugadores ante la adversidad, ni mucho menos, la soberbia del entrenador.
Técnicos resultadistas, si los hay, y entre esos se encuentra el portugués. Hay que reconocer que ganó mucho más de lo que perdió, pero su ego no puede contra el fantasma del Barcelona que dirige Pep Guardiola. Mourinho hace lo que puede, probó con todo; llegó a defender con once jugadores dentro del área para ganarle al mejor equipo de la historia. A veces pudo, otra tantas no. Sus recursos para vencer al tridente Xavi–Iniesta–Messi son casi nulos.
No es casualidad que ayer en el Santiago Bernabéu casi todo el estadio haya silbado a uno de los técnicos más ganadores de la historia, el mismo que en mayo del año pasado levantó la Copa del Rey en la cara del Barcelona. De eso la gente ya se olvidó, cada derrota en un clásico es un puñal para gran parte de España.
Nadie duda de la capacidad de un entrenador que ganó dos veces la Liga de campeones con dos equipos diferentes (Porto e Inter), pero su ambición por ganar, por ser protagonista y por sentirse el dueño de la pelota, lo anula. Mourinho quiso hacerse amo y señor de la Casa Blanca (donde era la casa del fútbol) y no le salió tan bien. Fue más que entrenador, tomó decisiones, eligió jugadores, e incluso hizo echar al Director General del Real Madrid, Jorge Valdano, porque él consideraba que conspiraba en su contra, que no sumaba a su manera de trabajo.
Quiso ser dueño, manejar la orquesta a su manera, y por lo visto no sonó tan bien. Él hizo oídos sordos, pero nunca en su carrera como técnico lo habían chiflado sus propios hinchas. “Zidane ha sido pitado aquí. Ronaldo y Cristiano Ronaldo, Bota de Oro, han sido pitados aquí. ¿Por qué no puedo ser pitado yo? No es un problema para mí. Zidane respondió con su fútbol y los otros, Ronaldo y Cristiano, también. Puede ser que un día yo pueda responder y se queden tristes ellos”, declaró el portugués después del triunfo del Madrid ante el Bilbao por 4-1. Él respondió con otro triunfo, uno más como entrenador, pero eso no le alcanza a la historia del conjunto Merengue.
La relación se quebró, no solo con los hinchas, sino también con los jugadores. El diario Marca, que siempre fue pro Madrid, reveló la interna entre Mourinho y varios referentes del plantel, que además son referentes de la Selección española, que no es poca cosa.
El entrenador acusó a Sergio Ramos de no marcar a Puyol en el corner del primer gol, pero éste se excusó: “Piqué y Puyol estaban haciendo pantalla y decidimos cambiar los marcajes. Como usted nunca se ha vestido de corto, no sabe que a veces se dan esas situaciones”, sentenció el defensor campeón del mundo con la Selección española. Además, otro de los que se le reveló a Mourinho fue el capitán del equipo y de la Roja, Iker Casillas, exigiéndole al entrenador que le dijera las cosas en la cara y no por la espalda.
El Madrid le lleva cinco puntos al Barcelona en la liga, está invicto en la Liga de campeones y con un partido por jugar en la Copa del Rey. Si vamos a los números, el presente de Mourinho es muy bueno, pero esto en la Casa Blanca no alcanza. La esencia del club es otra cosa, la historia del conjunto Merengue es mucho más importante que el ego de un técnico ganador.
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