El Mercado de pases es la novela de todos los comienzos de temporada, no solo en Argentina, sino que también en el mundo. El Torneo inicial 2013 estará devaluado en lo que respecta a refuerzos, que por el momento solo serán incorporaciones. Son pocos los que quieren jugar acá, pero no precisamente por lo futbolístico, sino por cómo se paga. A Boca se lo puede comparar con los grandes clubes del mundo, por lo que gasta en comprar y después no recupera vendiendo.
Si tomamos como ejemplo el fútbol habla hispano, con España como referente, podría comparar a los dos Gigantes (Barcelona y Real Madrid) con Boca, por la forma de comprar y vender que tienen, especialmente desde el 2009 a la fecha. Ambos equipos, protagonistas de todas las temporadas europeas y líderes en el rating, han perdido 570 millones de euros en fichajes. Por ejemplo, Zlatan Ibrahimovic fue comprado por el equipo catalán en casi setenta millones y luego vendido en 45. Así sigue la lista que nunca termina, porque por Yaya Touré ganó quince millones de euros, cuatro menos que lo que perdió por Gabriel Milito, o lo mismo que le había salido Alexandr Hleb, Seydou Keita o Eidur Gudjohnsen.
Volvamos a Boca y su único ejemplo resonante, Nicolás Gaitán. El futbolista oriundo de San Martín fue vendido al Benfica en el 2010 por ocho millones y medio de euros, teniendo en cuenta que el delantero es proveniente de las inferiores fue una gran venta, la mejor del Xeneize en mucho tiempo. El Zurdo no tuvo reemplazante, por ahí pasaron Pablo Mouche (Estudiantes de Buenos Aires), Sergio Araujo (Inferiores), Lautaro Acosta (Sevilla), Sebastián Palacios (Inferiores) y Juan Manuel Martínez (Corinthians). Cinco jugadores, dos de ellos llegaron en la última temporada, no pudieron reemplazar a uno. Boca también tuvo a otros delanteros, pero por características, los más parecidos a Gaitán fueron los mencionados. Ninguno pudo ser socio de Lucas Viatri, Nicolás Blandi, Santiago Silva, Franciso Di Franco o Darío Cvitanich, para transformalos en el nuevo Martín Palermo.
Boca compra y seguirá comprando para tapar huecos, lugares vacíos. Facundo Roncaglia se fue con el pase en su poder a la Fiorentina, por su puesto pasaron Franco Sosa, Emiliano Albín, Leandro Marín, recién con este último en menos de veinte partidos se le empezó a encontrar reemplazante, y en reiteradas ocasiones los marcadores centrales pasaron a jugar de lateral derecho.
La lista sigue, pero Boca en su momento fue por Walter Erviti, le compró el pase, pero ahora el volante se va a México para endulzar su bolsillo y otra vez el xeneize no podrá amortizar sus gastos. Lo que pasa con el volante, pasará con Silva, que llegó desde la Fiorentina y se olvidó los goles en Italia, porque no solo no rindió, sino que también se podría ir en este mercado, por este jugador, Boca intentará “recuperar” un millón y medio de dólares, pero en la disputa seguiría perdiendo.
Los dirigentes de Boca se desesperan porque saben que ya han gastado mucho, se la jugaron por el Burrito Martínez cuando se fue Riquelme y terminaron pagándole el sueldo a los dos. Fueron por Fernando Gago (lo vendieron por veinte millones de euros en el 2006) para romper el mercado y terminaron rezándole a Cristian Erbes y Federico Bravo, porque Ribar Rodríguez se lesionó más de lo previsto. Ahora van de nuevo por el volante de Valencia, también por el Cata Díaz y Sebastián Domínguez, asumiendo que haber contratado al Chiqui Pérez en el mercado anterior fue un error.
Boca hoy por hoy está plagado de errores, busca refuerzos en los mismos puestos que buscó en enero. Pasando en limpio: en el verano fueron por Pérez (defensor central), Rodríguez (volante central) y Martínez (delantero); en julio el Xeneize ya abrochó a dos delanteros (Franco Cangele y Claudio Riaño), va por un nueve de área para reemplazar a Silva y Viatri, y tiene en carpeta a un central y otro volante tapón. Tres puestos, los mismos que antes, otras tres contradicciones de esta gestión técnica y dirigencial en seis meses.
Por trascendencia, Boca no está lejos de parecerse al Real Madrid o Barcelona, porque a nivel mundial son el centro de la escena, y en la forma de manejarse tampoco son tan dispares. Si los resultados acompañaran sería otra cosa. Barcelona desde el 2009 a la fecha perdió mucho en incorporaciones, pero ganó más en derechos, como el Real Madrid, el caso de Boca no es el mismo, ya que en los próximos once meses está todo dado para que solamente juegue campeonatos domésticos, al menos que sea campeón en diciembre.
El tiempo dirá, con resultados o sin ellos, pero todos los grandes se manejan del mismo modo, aunque en algunos casos los nombres de los clubes ya no venden, por lo menos en Argentina: Boca ya no es la primera opción.
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