Sería muy fácil, ya se los ve, diciendo que “River ganó porque no jugó con nadie”. Es cierto, pero para lo que es este River ya había jugado contra nadie cuando jugó con Defensa y Justicia, Desamparados o, porque no, Deportivo Merlo. Y, los tres juegos, le han costado. A los Sanjuaninos le ganó y los otros dos los empató. Hoy, contra Atlanta, un equipo de menor jerarquía individual y colectiva no hubo equivalencias. El Millo aplastó al campeón -por robo, eh- de la B Metro.
¿Se festeja? Sí, se festeja. Lo sumamente valorable es que River, por fin, logró hacer pesar los Cavenaghi, los Sánchez, los Ocampo. Esos que se sabe que son de una jerarquía superior y que hasta acá no habían podido pesar en serio. Algo que pasará desapercido, o no, será el doble cinco que conformaron Cirigliano y Aguirre, el Pelado que hoy volvió, abrió el marcador y se transformó en la pieza que fue siempre tornando aún más inexplicable su salida.
Fernando Cavenaghi exhibió todo su repertorio. Una definición rápida que derivó en el gol de Aguirre, el primero suyo con una definición a la que le puso tiza, el segundo con una definicón mano a mano y el tercero con una definición De luxe. En el medio, Ocampos clavó el tercero del partido luego de un pase de Cavenaghi y Bordagaray hizo el sexto luego de un pase de…Cavenaghi. Hoy, el Torito las hizo todas.
Ocampos es crack. De verdad. Parecía que le habían agarrado la mano, pero hoy el pibe desempolvó todo lo que sabe. Asistencia para Cavenaghi, gol personal definiendo bien y corrió todo. Almeyda lo sacó rápido. Lo quiere muy fresco para el duelo ante Huracán, que todavía debe jugar ante Ferro.
Matías Almeyda encuentra aire. River venía siendo muy criticado con justa causa. No rendía, no jugaba a nada y realmente sus hinchas estaban disconformes. Hoy, ante un rival que le brindó todas las facilidades, algo así como 36 cuotas sin intereses, lo aprovechó de pe a pa. A los 15′ de juego ya ganaba 2-0 y a los 30′ del ST ya le había clavado el set para el orgullo Bohemio que, pese a ser inferior, seguramente no esperaba este terrible cachetazo.
No es para tirar manteca al techo. Hoy River entrenó en el Bajo Flores, pero sí es valorable que el equipo haya sabido aprovechar todas y cada una de las ventajas que le brindó el rival. Rivales entregados ya tuvo en Desamparados de San Juan y Gimnasia La Plata, por ej. A ninguno le sacó la diferencia que hoy sacó.
Es sumamente importante que el espaldarazo llegue ahora. Cuando a River se le vienen dos partidos muy, muy complicados. Ambos de visitante, uno frente a Huracán y el otro, que ya lleva el rótulo de partido clave, es enfrentando a Instituto en Córdoba. Justo antes de ese duro momento, River sacó todas las armas que posee. El tiempo dirá si lo de hoy fue un abuso de un equipo que le dio las llaves de su casa y encima dejó abierto o si se trató de la levantada de un equipo que tiene con qué pero hasta ahora no había demostrado cómo usarlo. River goleó, River se floreó. El tiempo dirá que sigue después.
Atlanta no fue equivalencia y el Bohemio se comió toda la furia, la frustración, la bronca y la ira que River lleva impregnada desde aquel fatídico 26 de junio. El descuento de Soriano es para las estadísticas. River se sacó toda la bronca del descenso, la víctima fue Atlanta. Veremos que sucede de aquí en más, porque para volver a Primera, el lugar donde River pertenece, le queda un largo camino por delante.
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