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River y un punto suspensivo

River empató en Córdoba. A priori un buen resultado, sin embargo, por la dinámica del juego y la expulsión de Facundo Erpen, el trámite le terminó siendo totalmente favorable a tal punto que quedó la sensación que, en la cancha, River perdió dos puntos. Ojo, para el campeonato el empate vale y mucho.

Con casi 60 mil personas en un Mario Alberto Kempes a reventar, River salió a presentar sus credenciales en Córdoba. Rápidamente se hizo dueño del juego a través de un gran partido de sus mediocampistas. Lucas Ocampos regaló lujos e hizo un surco por su banda, Sánchez se juntó bien con Vella y el doble cinco de Martín Aguirre más Ezequiel Cirigliano lució afianzado.

 

[caption id="attachment_36215" align="aligncenter" width="480" caption="Bordagaray no fue solución"][/caption] Además, River contó con un gran partido de Luciano Vella y Carlos Arano, lo cual terminó ayudando a que López Macri, Lagos y Dybala, el tridente de Instituto casi no pesara en el partido, más allá de una tapada con las piernas de Chichizola en el primer tiempo, un palo del chico Dybala en el segundo y algunos remates desde lejos.  

La realidad es que River consiguió plantarse de gran manera ante su escolta y terminó mereciendo, largamente, la victoria. Chocó con Julio Chiarini y con el travesaño, que evitó que un rodillazo de Fernando Cavenaghi se transformara en el justiciero 1-0. Además, el equipo de Matías Almeyda abusó de la media distancia, sobre todo cuando Instituto, con diez, defendió con una línea de cinco el empate. Tanto que Arano, lateral izquierdo del equipo, pateó más de tres veces al arco.

¿Por qué no lo pudo ganar? En el primer tiempo por mala puntería, en el segundo porque curiosamente, cuando el rival se quedó con diez, a River se le acabaron las ideas y terminó cayendo, sistemáticamente, en el embudo del equipo de Darío Franco. Ni Keko Villalva, ni Fabián Bordagaray ni Mauro Díaz aportaron soluciones, al contrario, no supieron donde estaba la llave.

River terminó atacando con el Keko, el ex San Lorenzo y hasta Lucas Ocampos y Carlos Sánchez. A ellos se les sumaba Mauro Díaz e incluso Cirigliano apareció por momentos en tres cuartos de cancha rival. Pero no hubo caso. Instituto se conformó rápido con el empate, River lo buscó toda la tarde-noche pero no supo cómo penetrar el embudo rival. Así, ante un marco de primera, el Millonario y la Gloria empataron y mantienen sus puestos en el campeonato. En definitiva, un punto suspensivo para los dos.

River empató en Córdoba. A priori un buen resultado, sin embargo, por la dinámica del juego y la expulsión de Facundo Erpen, el trámite le terminó siendo totalmente favorable a tal punto que quedó la sensación que, en la cancha, River perdió dos puntos. Ojo, para el campeonato el empate vale y mucho.

Con casi 60 mil personas en un Mario Alberto Kempes a reventar, River salió a presentar sus credenciales en Córdoba. Rápidamente se hizo dueño del juego a través de un gran partido de sus mediocampistas. Lucas Ocampos regaló lujos e hizo un surco por su banda, Sánchez se juntó bien con Vella y el doble cinco de Martín Aguirre más Ezequiel Cirigliano lució afianzado.

 

Bordagaray no fue solución

Además, River contó con un gran partido de Luciano Vella y Carlos Arano, lo cual terminó ayudando a que López Macri, Lagos y Dybala, el tridente de Instituto casi no pesara en el partido, más allá de una tapada con las piernas de Chichizola en el primer tiempo, un palo del chico Dybala en el segundo y algunos remates desde lejos.

 

La realidad es que River consiguió plantarse de gran manera ante su escolta y terminó mereciendo, largamente, la victoria. Chocó con Julio Chiarini y con el travesaño, que evitó que un rodillazo de Fernando Cavenaghi se transformara en el justiciero 1-0. Además, el equipo de Matías Almeyda abusó de la media distancia, sobre todo cuando Instituto, con diez, defendió con una línea de cinco el empate. Tanto que Arano, lateral izquierdo del equipo, pateó más de tres veces al arco.

¿Por qué no lo pudo ganar? En el primer tiempo por mala puntería, en el segundo porque curiosamente, cuando el rival se quedó con diez, a River se le acabaron las ideas y terminó cayendo, sistemáticamente, en el embudo del equipo de Darío Franco. Ni Keko Villalva, ni Fabián Bordagaray ni Mauro Díaz aportaron soluciones, al contrario, no supieron donde estaba la llave.

River terminó atacando con el Keko, el ex San Lorenzo y hasta Lucas Ocampos y Carlos Sánchez. A ellos se les sumaba Mauro Díaz e incluso Cirigliano apareció por momentos en tres cuartos de cancha rival. Pero no hubo caso. Instituto se conformó rápido con el empate, River lo buscó toda la tarde-noche pero no supo cómo penetrar el embudo rival. Así, ante un marco de primera, el Millonario y la Gloria empataron y mantienen sus puestos en el campeonato. En definitiva, un punto suspensivo para los dos.