River llegaba a Parque Patricios con la obligación de ganar para seguir puntero. Instituto había pulverizado a Atlanta y lo miraba de arriba. Enfrente tenía al encumbrado Huracán de Diego Cocca. Populares al palo, un estadio repleto. Un partido de primera desde el marco, habría que ver si desde el juego.
Y el partido fue un partidazo. Huracán salió a comerse a su rival y River salió a reafirmar lo que había hecho ante los Bohemios. Así, en un primer tiempo de ida y vuelta y con mucho vértigo, el Globo se puso 1-0 arriba con un horror de Alexis Ferrero que derivó en un desborde y gol de Gastón Machín. Con el 1-0 del Globo, se vio lo mejor de River. Sí, irónicamente fue así.
Es que River es así. Arriba te liquida, pero abajo… Lo importante, en este caso, es que el Millonario hizo primar lo de arriba. Desde Martín Aguirre comenzó a gestar un ataque voraz que encontraba en Carlos Sánchez y Lucas Ocampos sus alas y en un Fernando Cavenaghi prolijo y solidario, más un Andrés Ríos mucho más jugador que en sus comienzos los brazos ejecutantes.
El Torito hoy no hizo tres goles, pero se comprometió con el equipo. Mostró un sacrificio de fierro y hasta jugó bien, pese a que en el segundo tiempo se diluyó un poco. Ríos fue un jugador qu esupo asociarse al circuito, aportó despliegue y además ejecutó el córner de una manera perfecta para que a los 14 minutos Aguirre se eleve y ponga el 1-1.
River se había repuesto rápido del golpe y su mayor virtud fue ir a buscar, rápido el 2-1. Al circuito ofensivo se le agregaron Luciano Vella y Carlos Arano. Ambos muchísimo mejor en su versión yendo que volviendo, más allá del cierre salvador del Tano en la última pelota del partido. Carlos Sánchez, en posición de diez abrió la pelota para la escalada del Tano Vella quien tiró el centro de aire, al corazón del área. Cuando Cavenaghi se preparaba para clavar el gol, Aguirre lo durmió y con una media tijera dio vuelta la tarde.
2-1 para River, dos goles del jugador que Matías Almeyda eligió como recambio cuando intentó jugar con enlace y cuando jugó Cristián Ledesma. El Pelado, en sacar al Pelado se equivocó, y enmendó su error. Lo puso de titular ante Atlanta y pagó con gol y hoy ante Huracán metió doblete. Es claro que en Córdoba su presencia no se discute.
Desde el 2-1, River desperdició 1, 2, 3, 4 situaciones clarísimas de gol (el palo de Andrés Ríos la más saliente) y se fue 2-1, pudiendo haberse ido más tranquilo. En la segunda mitad, el ritmo del partido bajo un poco y Huracán se adelantó en el terreno de juego. Así y todo, River siguió desperdiciando varias situaciones claras y, cuando Huracán atacaba, se defendía medio a los ponchazos, pero bien. Mucho sacrificio en Aguirre-Sánchez y una buena segunda mitad de Arano y de Vella suplantaron el no buen partido de la dupla de Centrales. Leandro Chichizola respondió cada vez que se lo exigió.
River se llevó tres puntos importantísimos de Huracán. Jugó su primer partido realmente chivo como visitante y reconfirmó el buen momento que empezó a construir en el baile que le pegó a Atlanta en la semana. Hoy tenía la obligación de ganar. Pudo golear. Jugó muy bien arriba, el medio anduvo dentro de todo bien más allá de sufrir un poco en la segunda mitad y atrás es donde estuvo lo peor. Fue un gran triunfo. Van diez fechas y River se mantiene invicto y lidera. Sólo dejó escapar ocho puntos. Parece ser el mejor momento Millonario en el torneo, justo antes de un partido complicadísimo.
La próxima semana, en el Mario Alberto Kempes, Instituto, un equipo muy serio y que también tiene un ataque feroz, espera al River de Matías Almeyda. Un partido sumamente importante para las aspiraciones de River y de la Gloria.
Huracán, pese a la derrota, no jugó mal y tiene mejor color que antes de la llegada de Diego Cocca. River hace lo que todos esperaban y lo que estaba obligado a hacer: ganar y ser líder. Del resto todo se puede charlar. Menos que Martín Aguirre debe ser titular en este equipo, claro.
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