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River: 90 minutos de actitud

River volvió a las copas internacionales después de 4 años. Como no podía ser de otra manera, de la mano de Ramón. Primer chico de los octavos de final contra San Lorenzo adentro. Un partido que se ganó a pura actitud.

Con solo  cuatro puntos de nueve posibles en el torneo local, River se preparaba para visitar al San Lorenzo de Pizzi por el primer partido de los octavos de final de la Copa Sudamericana. El “millonario”, que volvió a jugar un torneo internacional después de 4 años, sabía que tenía una parada difícil por delante. Porque en el último enfrentamiento entre estos equipos, los de Boedo habían sido ampliamente superiores, porque se reforzó mejor, porque tuvo más tiempo de preparación con el plantel completo y porque la habilitación de Teo Gutiérrez sigue sin llegar.

Marcelo Barovero, que tuvo que cumplir una fecha de suspensión que arrastraba de su paso por Vélez, le dejó el lugar a Leandro Chichizola, que su última actuación oficial con “La Banda” había sido en la Copa Argentina en el partido frente a Estudiantes de Caseros en el que River quedó eliminado. Con Ponzio (que levantó el nivel) jugando nuevamente como lateral  y Kranevitter desde el arranque en posición de volante derecho, el “Riojano” mandó al campo de juego un equipo bien compacto. Para el ataque, Fabbro y Lanzini como doble enlace y Mora (recientemente habilitado) solo arriba. Con la idea  primordial de presionar en el medio campo para impedir que le llegue la pelota a los habilidosos que tiene el “Ciclón” de mitad para adelante.

Idea que se llevó a cabo casi a la perfección. Con mucho sacrificio, con mucha entrega, jugando un partido muy intenso y disputando cada pelota como si fuera la última, el equipo visitante asfixió al mediocampo “azulgrana” y así impidió que los locales generaran peligro en el arco de Chichizola. Cuando River tenía la pelota, tocaba rápido en mitad de cancha, a dos toques, para poder superar el doble 5 conformado por Mercier y Ortigoza. Un quite en mitad de cancha, un pase para Lanzini que gambeteó bien y se escapó por el costado izquierdo, llevaron a que le cometieran falta en esa posición. Fue Fabbro el encargado de patear ese tiro libre peligrosísimo que Álvarez no pudo controlar y que tras una serie de rebotes Maidana conectó con el pie sellando el 1 a 0.

No se jugó bien. Como no se jugó bien en lo que va de esta temporada. Pero se notó un cambio, sobre todo en la actitud. River salió a jugar el partido con el “chip de la Copa” puesto en la cabeza. Consciente de que son 180 minutos, sabiendo que el gol de visitante en el primer partido, mas si significa un triunfo, te da la tranquilidad necesaria para encarar la revancha con otra táctica.

Cuando parecía aparecer alguna nube pequeña un poco oscura, por allá, por el fondo del horizonte, Ramón Díaz lo hizo nuevamente, despejó el panorama una vez más logrando un triunfo en el Bajo Flores despues de 9 años. Y un partido que a priori parecía complicadísimo, fue resuelto con un planteo que no es el que a la gente de River le gusta ver, pero que es efectivo. Esto recién comienza, el DT todavía no pudo utilizar su “11 ideal” ni siquiera una vez. Es un equipo en formación y es fundamental para que esa formación sea llevadera que River gane. Se jugaron 90 minutos a pura actitud, restan jugarse 90 minutos más en condición de local. Esperemos que los próximos 90, sean a puro fútbol, ese que le gusta al hincha “millonario”, el que con Ramón se ha cansado de ver. Eso, indefectiblemente, traerá un final feliz.