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Racing campeón 2001: 10 años no son nada

De la Rúa, Puerta, Camaño y  Rodríguez Saa.  No, no es una delantera de los años ’50. Son los cuatros presidentes que estuvieron a cargo en Diciembre de 2001. Si bien la crisis pegó muy fuerte en Argentina, los hinchas de Racing recuerdan ese momento con la alegría de haber salido campeones luego de 35 años. [caption id="attachment_40744" align="aligncenter" width="400" caption="Racing campeón"]Racing campeón[/caption] El 27 de diciembre de 2001, Mostaza Merlo algo que parecía imposible: sacó campeón a Racing. La seguridad de Campagnuolo, Vitali y Bastía fueron las claves de una defensa muy firme y recia. A su vez en el ataque, José “Pepe” Chatruc y Maximiliano Estévez le aportaban la potencia y velocidad a la Academia. Tras 19 fechas de lucha, la cancha de Vélez fue testigo de la consagración. El gol de Gabriel Loeschbor hizo que la gente de Racing  apostada en el José Amalfitani pase del sufrimiento a la alegría. No obstante, otra proeza de la campaña racinguista fue el ya histórico hito de las dos canchas llenas. Si bien la vuelta se concretó en el estadio del Fortín,  el Cilindro de Avellaneda estuvo repleto de gente que frente a una pantalla de televisión vivieron el partido como si fuese el último de sus vidas. Loeschbor, el gol de su vida. Otra leyenda de aquella campaña fue, sin lugar a dudas, la frase de Reinaldo Merlo.  “Vamos paso a paso” era la consigna del técnico que, cauteloso como su juego,  llenaba de esperanza  los hinchas. Con carácter ganador, carisma y con un esquema bastante defensivo, Mostaza guió a la academia al título. El agónico empate ante River con el zapatazo de Bedoya le dio la tranquilidad necesaria a un equipo que parecía caerse. Incluso, el mismo Merlo salió a decir -en la fecha 17 ante Banfield- que el paso a paso había muerto,  Mostaza anunció: “Me cansé. Vamos a salir campeones”.  Obviamente cumplió. Merlo lo hizo posible Los hinchas de Racing recuerdan ese título con un  amor increíble. Se cortó una racha de 35 años malditos. No sirvió el exorcismo, no sirvieron las compras extrañas, solo sirvió un poco de corazón un orden y un equipo con hambre de gloria. A 10 años de aquel logro, todavía valen las palabras: ¡Salud campeón!  

De la Rúa, Puerta, Camaño y  Rodríguez Saa.  No, no es una delantera de los años ’50. Son los cuatros presidentes que estuvieron a cargo en Diciembre de 2001. Si bien la crisis pegó muy fuerte en Argentina, los hinchas de Racing recuerdan ese momento con la alegría de haber salido campeones luego de 35 años.

Racing campeón
Racing campeón

El 27 de diciembre de 2001, Mostaza Merlo algo que parecía imposible: sacó campeón a Racing. La seguridad de Campagnuolo, Vitali y Bastía fueron las claves de una defensa muy firme y recia. A su vez en el ataque, José “Pepe” Chatruc y Maximiliano Estévez le aportaban la potencia y velocidad a la Academia.

Tras 19 fechas de lucha, la cancha de Vélez fue testigo de la consagración. El gol de Gabriel Loeschbor hizo que la gente de Racing  apostada en el José Amalfitani pase del sufrimiento a la alegría. No obstante, otra proeza de la campaña racinguista fue el ya histórico hito de las dos canchas llenas. Si bien la vuelta se concretó en el estadio del Fortín,  el Cilindro de Avellaneda estuvo repleto de gente que frente a una pantalla de televisión vivieron el partido como si fuese el último de sus vidas.

Loeschbor, el gol de su vida.

Otra leyenda de aquella campaña fue, sin lugar a dudas, la frase de Reinaldo Merlo.  “Vamos paso a paso” era la consigna del técnico que, cauteloso como su juego,  llenaba de esperanza  los hinchas. Con carácter ganador, carisma y con un esquema bastante defensivo, Mostaza guió a la academia al título. El agónico empate ante River con el zapatazo de Bedoya le dio la tranquilidad necesaria a un equipo que parecía caerse. Incluso, el mismo Merlo salió a decir -en la fecha 17 ante Banfield- que el paso a paso había muerto,  Mostaza anunció: “Me cansé. Vamos a salir campeones”.  Obviamente cumplió.

Merlo lo hizo posible

Los hinchas de Racing recuerdan ese título con un  amor increíble. Se cortó una racha de 35 años malditos. No sirvió el exorcismo, no sirvieron las compras extrañas, solo sirvió un poco de corazón un orden y un equipo con hambre de gloria. A 10 años de aquel logro, todavía valen las palabras: ¡Salud campeón!