Rock ‘N Ball te da la bienvenida a una nueva sección denominada “¿Qué fue de tu vida?”. La idea es repasar la serie de eventos desafortunados que dejaron a un club o a un jugador en el segundo plano del deporte mundial. Recordaremos clubes como el Nottingham Forest o el Parma, y la historia de jugadores raros como Denílson.
En este caso, nos centraremos en un club que todos conocemos por las primeras ediciones del Winning Eleven como uno de los equipos medio-pelo poderosos y que hoy en día ha entrado en decadencia, el Leeds United A.F.C.
Es que la historia del club no va mucho más allá que eso. Tuvo una muy buena época entre fines de los años 60′ y principios de los 70′, donde se consagró campeón por duplicado de lo que hoy es la Premier League, (68/69, 72/73) e hizo lo propio con la FA Cup (1972), la Charity Shield (1969) y la Copa de la Liga (1968), incluso tuvo peso en Europa ganando en las temporadas 67/68 y 70/71 la Copa de Ferias (actual Europa League). Tras descender en 1982, volvió a las sombras, donde se mantuvo hasta los años 90′ y principios de los 2000 en los que vivió un sueño institucional hecho realidad.
Para hacernos más sencillo el análisis, Leeds consiguió su ascenso a la Primera División en 1990 (competición que cambió su nombre a Premier League dos años más tarde). A partir ese momento, la institución logró un crecimiento increíble a fuerza de una muy buena cantera y acertadas compras. Un año más tarde, luego de haber terminado en la cuarta posición en su primer torneo, consiguió el título de la Primer División Inglesa con Lee Chapman como goleador, Eric Cantona como estrella y Howard Wilkinson como entrenador. Sin embargo, en la siguiente temporada, el desafío a nivel continental que tuvo que enfrentar tras haberse coronado campeón fue demasiado para su plantilla y la capacidad de reacción de su director técnico, haciéndolo terminar en el decimoséptimo lugar en la 92/93. Así siguió hasta el 96′, cuando la suerte fue parecida y Leeds terminó en el 13° puesto, lo que le valió a Wilkinson, conocer la puerta de salida del club.
La época de oro del United resurgió a partir de la llegada de George Graham (nada que ver con Bell, aunque tenía celular) que logró ubicar nuevamente a la institución a nivel continental en la Copa UEFA contando con Jimmy Floyd Hasselbaink, y le dejó su lugar en el puesto al último gran ídolo de los whites, David O’Leary. Con su llegada, se fue el jugador holandés al Atlético de Madrid, pero trajo al mejor Mark Viduka en reemplazo. El presidente rompió el chanchito y batió el record de mayor dinero pagado por un jugador hasta entonces, invirtiendo 18 millones de libras por Rio Ferdinand, del West Ham. O’Leary terminó tercero en la temporada 99/2000 y llegó a la semifinal de la Copa UEFA perdiendo contra el Galatasaray, y haciendo que para el año siguiente se haga una fuerte inversión pensando en conquistar definitivamente Europa.
Lo mejor de la historia del Leeds se vió durante la temporada 2000/01. La plantilla estuvo compuesta, entre otros por Jonathan Woodgate, Lee Bowyer, Paul Robinson, Ian Harte, Oliver Dacourt, Harry Kewell, Robbie Fowler, Alan Smith, Robbie Keane, James Milner y los ya nombrados Viduka y Ferdinand. Los whites terminaron quintos en la Premier League, pero lo más importante fue haber llegado a semifinales de la Champions League, donde perdió contra el Valencia tras haberle ganado al mejor Deportivo La Coruña, jugando en Octavos de Final contra Lazio y al Real Madrid, y habiendo compartido grupo con Milan y Barcelona. El 3-0 contra Valencia marcó un hito en la memoria de los hinchas del Leeds, ya que a partir de ese momento, el club se fue cayendo en picada y con viento a favor.
El hecho de haber terminado quinto en la Premier significó un golpe durísimo para la apresurada economía del club. Peter Ridsdale, presidente entonces, había pedido préstamos de gran dimensión de los derechos televisivos teniendo en cuenta el gran caudal de capitales que entra al club cuando se disputa la Champions League. Claro, Leeds no clasificó y tuvo que afrontar el sueldo de jugadores como Robbie Fowler y Seth Johnson, que cobraban millonadas, con un dinero que no tenía (al mejor estilo Aguilar). La delicada situación se empezó a graficar cuando Rio Ferdinand pasó de ser el jugador mejor pagado por el club para ser el mejor vendido de su historia, por 30 millones obviamente al Manchester United. Tal fue el descontento de los hinchas, que O’Leary tuvo que dejar su puesto inmediatamente. Meses después, Ridsdale vendió a Jonathan Woodgate, Lee Bowyer, Nigel Martyn, Robbie Fowler, Robbie Keane y Harry Kewell, a los mejores clubes del país y tuvo que renunciar temiendo por su vida.
En 2004 la anunciada muerte llegó declarándose al club en quiebra y descendiendo a la segunda división, lo que hizo que el Leeds tuviera que vender valiosos jugadores a rolete por chirolas. La cosa no termina ahí, ese mismo año tuvieron que vender el predio de entrenamiento que el estadio Ellan Road, con un plazo de 25 años para poder recuperarlo. Para el 2005, ninguno de los jugadores anteriormente nombrados formaban parte del plantel blanco.
El club terminó siendo vendido a Ken Bates, miembro del directorio, por 10 millones de libras, pasándose a llamar Leeds United Football Club Limited (Blanquiceleste ¿te suena?). Bates es un empresario de lo más controversial en el fútbol inglés, que había sido dueño desde 1982 del Cheslea FC, comprándolo por el precio de una libra y vendiéndolo por 80 millones de la misma moneda en 2003 a Roman Abramovich. Para colmo de males, tras haber pasado 3 años en la Championship League, por adeudar todavía 35 millones de libras, se vio obligado a descender nuevamente, esta vez a la League One, división que nunca había recibido al club.
Sin embargo, de la mano de Bates, que tuvo algunos manejos raros respecto a la venta de jóvenes jugadores como Aaron Lennon, y de su entrenador Simon Grayson, que curiosamente formó parte del plantel campeón en 1992, Leeds logró recuperar en la temporada 09/10 la Segunda División (Championship).
Hoy en día se considera al club como “libre de deudas” lo que es por lo menos dudoso, teniendo en cuenta que su estadio todavía no fue pagado en tiempo y forma y que hay varios juicios en contra de la institución.
Lo único que mantiene hoy en día el Leeds es su inconmensurable caudal de gente que llena el estadio, motivo por el cual alguna vez, Sir Alex Ferguson dijo que el Elland Road era la cancha “más intimidante” en la que le había tocado jugar.
Leeds sufrió todo lo que sufrió y todavía paga los platos rotos por haber tenido un mal año en lo económico… ¿por casa como andamos?
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