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¡Qué cachetazo, River!

Ayer por la noche, en Catamarca, se enfrentaron el “millonario” y Estudiantes de Buenos Aires en donde el equipo de la B Metropolitana, le metió un cachetazo tremendo a todo el mundo River. Principalmente a los jugadores, que se vieron ampliamente superados durante los 90 minutos. Al entrenador, que confió en ciertos players en los que no debía confiar, porque hay algunos no pueden vestir más el “manto sagrado”, eso ya lo saben todos. Pero se ve que el entrenador aun no. Bueno, con la vergüenza que sufrió River ayer, debe haber anotado varios nombres que a partir de Junio no pueden pisar más el “monumental”. Y por último, a los dirigentes, que se piensan que solo un DT de una jerarquía indiscutible se pueden pelear cosas importantes. Coméntenle al señor Presidente, que este plantel, parece armado por el enemigo.

Un equipo de futbol, frente a un rejunte de jugadores. Eso fue en el encuentro. ¿El equipo? Estudiantes, sin dudas. Con mucha entrega y mucha concentración, pero sobre todo, con  amor propio, complicó a River en varios transcursos del partido. Para los que no lo conocen, sobre todo los jugadores del “millo”, el que la rompió el 10, le dicen el “Mudo” se apellida Ruiz. Ese pibe, junto con Sosa y Soria, cada vez que se juntaban a triangular por el sector izquierdo de su ataque, complicaron demasiado a la línea de 3.

Subestimó el partido Ramón, podrán decir algunos. No creo que haya sido así. Ramón Díaz confió en jugadores que no están a la altura de las circunstancias, les dio la oportunidad a 11 titulares que no respondieron de la misma manera. Creyó que con esos nombres contra Estudiantes (BA) le alcanzaba, se ve que no solo eran los hinchas y los jugadores los que conocían poco al rival.

Ramoncopa

Chichizola tuvo poca responsabilidad en el gol, y cada vez que tuvo que aparecer, respondió. La línea de 3 fue una invitación para que el equipo del ascenso, ataque por las bandas obligando el retraso de Solari y de Martínez, los dos de muy flojo partido. Silguero y Espíndola, todavía están muy verdes. Y Bottinelli, pasado de maduro. El error que comete en el lateral que termina en el gol, sumado a todo el prontuario que viene acumulando con la camiseta millonaria, es motivo suficiente como para que en el receso de invierno arme las valijas. Al igual que Acevedo, que descendió con River, para ir a Banfield y también descender, y después volver. Y Mauro Díaz que ya hace tiempo  demostró que le pesa horrores esta camiseta.

Párrafo aparte para la interacción del “Riojano” con los hinchas. Cuando mediaba el segundo tiempo, y el equipo no ofrecía respuestas, de las tribunas bajó el ya famoso “jugadores la c… de su madre…”. Inmediatamente el DT salió disparado del banco de suplentes haciéndoles señas a la gente de cómo iban a cantar eso. No sorprende. Ramón siempre “bancó” a sus jugadores, puertas para afuera. Puertas adentro, el mensaje debe ser otro. Lo que si  llama la atención, es la parcialidad riverplatense, que el año pasado aplaudía al equipo cuando perdía con Atlanta, o cuando era derrotado por primera vez en la historia por un equipo tucumano en el monumental, y ahora se ve que exige un poco más. Eso, también es gracias al cambio de entrenador.

Se equivoca Ramón en la conformación del equipo. Los jugadores no responden ante la confianza que les brinda el entrenador. Pero acá los principales responsables de esta nueva vergüenza, son los dirigentes. Los que arman el plantel, los que prefieren traer negociados antes que los jugadores que necesitamos. Los que prefieren traer cantidad, antes que calidad. Los que destruyeron las divisiones inferiores del club. Esos mismos, que por estar peleando el torneo local, se creen que con algún refuerzo de renombre en julio aspiran para ser reelectos. Nunca se olviden, son los mismos que nos mandaron a la B.

Ayer por la noche, en Catamarca, se enfrentaron el “millonario” y Estudiantes de Buenos Aires en donde el equipo de la B Metropolitana, le metió un cachetazo tremendo a todo el mundo River. Principalmente a los jugadores, que se vieron ampliamente superados durante los 90 minutos. Al entrenador, que confió en ciertos players en los que no debía confiar, porque hay algunos no pueden vestir más el “manto sagrado”, eso ya lo saben todos. Pero se ve que el entrenador aun no. Bueno, con la vergüenza que sufrió River ayer, debe haber anotado varios nombres que a partir de Junio no pueden pisar más el “monumental”. Y por último, a los dirigentes, que se piensan que solo un DT de una jerarquía indiscutible se pueden pelear cosas importantes. Coméntenle al señor Presidente, que este plantel, parece armado por el enemigo.

Un equipo de futbol, frente a un rejunte de jugadores. Eso fue en el encuentro. ¿El equipo? Estudiantes, sin dudas. Con mucha entrega y mucha concentración, pero sobre todo, con  amor propio, complicó a River en varios transcursos del partido. Para los que no lo conocen, sobre todo los jugadores del “millo”, el que la rompió el 10, le dicen el “Mudo” se apellida Ruiz. Ese pibe, junto con Sosa y Soria, cada vez que se juntaban a triangular por el sector izquierdo de su ataque, complicaron demasiado a la línea de 3.

Subestimó el partido Ramón, podrán decir algunos. No creo que haya sido así. Ramón Díaz confió en jugadores que no están a la altura de las circunstancias, les dio la oportunidad a 11 titulares que no respondieron de la misma manera. Creyó que con esos nombres contra Estudiantes (BA) le alcanzaba, se ve que no solo eran los hinchas y los jugadores los que conocían poco al rival.

Ramoncopa

Chichizola tuvo poca responsabilidad en el gol, y cada vez que tuvo que aparecer, respondió. La línea de 3 fue una invitación para que el equipo del ascenso, ataque por las bandas obligando el retraso de Solari y de Martínez, los dos de muy flojo partido. Silguero y Espíndola, todavía están muy verdes. Y Bottinelli, pasado de maduro. El error que comete en el lateral que termina en el gol, sumado a todo el prontuario que viene acumulando con la camiseta millonaria, es motivo suficiente como para que en el receso de invierno arme las valijas. Al igual que Acevedo, que descendió con River, para ir a Banfield y también descender, y después volver. Y Mauro Díaz que ya hace tiempo  demostró que le pesa horrores esta camiseta.

Párrafo aparte para la interacción del “Riojano” con los hinchas. Cuando mediaba el segundo tiempo, y el equipo no ofrecía respuestas, de las tribunas bajó el ya famoso “jugadores la c… de su madre…”. Inmediatamente el DT salió disparado del banco de suplentes haciéndoles señas a la gente de cómo iban a cantar eso. No sorprende. Ramón siempre “bancó” a sus jugadores, puertas para afuera. Puertas adentro, el mensaje debe ser otro. Lo que si  llama la atención, es la parcialidad riverplatense, que el año pasado aplaudía al equipo cuando perdía con Atlanta, o cuando era derrotado por primera vez en la historia por un equipo tucumano en el monumental, y ahora se ve que exige un poco más. Eso, también es gracias al cambio de entrenador.

Se equivoca Ramón en la conformación del equipo. Los jugadores no responden ante la confianza que les brinda el entrenador. Pero acá los principales responsables de esta nueva vergüenza, son los dirigentes. Los que arman el plantel, los que prefieren traer negociados antes que los jugadores que necesitamos. Los que prefieren traer cantidad, antes que calidad. Los que destruyeron las divisiones inferiores del club. Esos mismos, que por estar peleando el torneo local, se creen que con algún refuerzo de renombre en julio aspiran para ser reelectos. Nunca se olviden, son los mismos que nos mandaron a la B.